•No necesito a un Alfa• (Spartor)

[03]

Los años pasaron, el castaño dejó de escapar y se concentró en ser el próximo rey, pero algo le molestaba. Perdió el interés en salir porque su amigo Miguel nunca volvió a aparecer, desde esa vez que se untó de barro no volvió a saber nada de él. 

Ahora tenía catorce años, Sebastián, apodado por Andrés como Muzi era más cercano a él; casi que se podría decir que serían pareja en un futuro. Estaba en sus pensamientos, recordando sus momentos de travesuras infantiles hasta que tocaron a su puerta.

-Príncipe Andrés, su madre le espera en la sala del trono- Dijo la mano derecha de sus padres, un chico de pelo verde y traje formal.

-Voy en unos minutos- Salió de su trance, también estaba pensando en todo lo que había pasado últimamente, sus padres comenzaron a irrumpir con una idea que era de total desagrado. Se levantó de la silla y se dirigió al lugar indicado.

-¿Querías verme, madre?- Dijo entrando a la sala del trono, tanto ella como su padre lo observaron de reojo.

-Hijo mío, estamos bajo amenaza de la manada que está al suroeste, necesito que vayas a dialogar con ellos, tu amigo Sebastián y unos guardias te acompañaran, solo será por un par de días- La de corona lo miró seria ante la expresión de su hijo.

-Estoy de acuerdo con tu madre, los nómadas de nuestro alrededor desaparecieron y no creo que sea algo normal que se vayan todos al mismo tiempo- Apoyó el rey junto a su esposa.

-¿Que pasará con ustedes?- Contestó preocupado, todo esto le daba mala espina. 

-Nosotros nos tenemos que quedar, necesitamos estar al pendiente de cualquier signo de ataque- Respondió el padre mientras miraba al líder de la guardia. 

-Partirás ahora mismo, recoge ropa y todo lo que requieras para una semana- Su madre sonrió de forma leve. 

-Entendido- Hizo una breve reverencia y regresó a sus aposentos.

Alistó todo y salió de su habitación, en el trayecto a la salida del palacio se despidió de sus padres de forma rápida, ya estando en frente del carruaje se fijó en un lobo que merodeaba de lado a lado dicha carroza, curiosamente ese animal tenía el mismo tono de pelo que su amigo alfa.

-¿Muzi?- El omega preguntó algo confundido, se debían encontrar a medio camino.

Este solo asintió y se agachó ante la presencia del futuro rey, Andrés lo analizó por unos instantes, aunque sea un lobo joven era algo grande, unos dos metros como mínimo.

-Su majestad, el carruaje está listo- Indicó uno de los sirvientes.

-Pueden retirarlo, tengo una mejor idea-

El castaño se subió al lomo del alfa y este empezó el camino hacia su casa, una bastante lujosa de color blanco.

(...)

Ya estaban llegando a la casa del alfa, a tan solo unos pasos la madre de este salió con un poco de ropa para su hijo, a fin de cuentas la transformación no los regresaba a su forma con prendas cuando cumplían cierta edad ¿Por qué? nadie sabía, así de misteriosa es la magia.

-Hola príncipe Andrés, cuanto tiempo, como has crecido- Siempre con lo mismo por parte de la mujer "Como has crecido" no le molestaba pero era muy predecible en ciertos aspectos.

-Mamá ¿Puedes darle algo de comer a Andrés? Debe estar hambriento- Habló el alfa detrás de unos arbustos esperando a que su madre le pase su ropa.

El resto del día se la pasaron toda la tarde jugando y bromeando, debían aprovechar el tiempo antes de partir al territorio enemigo.

-Muzi...- Llamó el joven omega, el contrario solo lo miró -Tú... ¿Tú crees que mis padres estarán bien?... Por lo que mamá dijo, la situación sonaba grave...-

-No lo sé, pero si puede ser algo complicado- Un silencio se presentó, no era incómodo, era tranquilo, pero un olor llegó a las fosas nasales de ambos.

-¿Sientes eso?- Preguntó el omega, le parecía muy familiar ese olor... -Parece estar en celo... Huele a menta...-

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¡Estoy viva! Agripestada... Pero viva V:

Sorry por el abandono, pero como ya dije en otra historia, me dio una gripita mamona que me dejo en cama y subo el cap hoy porque es mi cumple :P En cierta forma me parece divertido que un cap quede con esta fecha, en fin, se me cuidan.

Chaos.