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Según Raptor, ya debería estar amaneciendo. Estaba helando, el omega temblaba y el otro no hacia mas que esperar, tenía fe en que los encontrarían.

El temblor de su cuerpo paró gracias al pelaje del mayor, eso reconfortó al alfa, podría dormir tranquilo, porque si, no había pegado el ojo; esperando a que el menor estuviera bien, por el cansancio cayó dormido.

(...)

Un estruendo los despertó, el omega se levantó y vio la entrada de la cueva, seguía tapada, pero podía percibir el olor de Rius. El alfa se levantó y se transformó, se puso al lado del Omega para poder protegerlo, pero al intentar abrazarlo el otro lo aparto, lo miro con una cara sería y pronunció las palabras que no quería oír.

-No me toques- Dijo el omega sin mirarlo.

-¿Raptor, están ahí?- Gritó el azabache desde afuera .

-¡Si! Ya intenté mover las rocas, pero es imposible!-

-¿El omega está contigo?- Preguntó el pelinegro.

-¡Si!- Gritó de vuelta.

-Vale, Raptor escúchame bien, empieza a golpear con tus manos en la parte del costado, esa zona es donde hay menos piedras, si golpeas muy fuerte puede que haya un desequilibrios, yo tratare de quitar las que hay aquí afuera- Dijo el pelinegro para empezar a quitar dichas piedras, mientras el pelirrojo hizo lo que dijo, empezó a golpear esa parte con fuerza, lastimándose en el proceso.

(...)

Después de unos minutos el muro se había derrumbado, el castaño salió primero y luego el alfa, Sparta empezó a temblar. el albino le entrego una manta para que no tenga frío.

-Que bueno que estén bien- Habló el albino.

-Si...- Dijo el pelirrojo al ver la mirada sería del azabache.

-Tienes muchas cosas que explicar, Ari- Habló el azabache.

-¿Ari?- Preguntó con confusión el castaño.

-Raptor es solo un apodo- Contesto el azabache aún con la mirada clavada en el pelirrojo.

-Mi nombre también es un apodo- Dijo entre dientes, apenas si lo escucho el de ojos esmeralda, pero no quiso indagar.

Empezaron a caminar hacia la aldea, el albino iba conversando con el de ojos miel mientras que los dos alfas iban atrás. El pelirrojo se puso nervioso, intentó acelerar el paso, pero la mano del azabache lo detuvo, jalando la capucha de este hacia atrás.

-No evites el tema, puedes contarme- Dijo el azabache con un tono calmado al igual que su expresión.

-N-no lo evito, solo que... Es... Complicado- Respondió.

-Por complicado que sea, sabes que no solo soy tu amigo, eres mi hermano, puedes confiar en mí, y se que no estas así por el omega... Llevas días extraño- Le volvió a decir.

El pelirrojo suspiró, tendría que decirle si o si, el azabache no se detendría hasta que contesté sus dudas.

-Uff, por dónde empiezo... Lo descubrí a los dieciocho, al transforme en el lobo mis ojos son verdes pero, el rosa representa algo más- Finalizó.

-Debe ser un animal espiritual grande y fuerte-

-Si, por eso lo oculté, tenía miedo de que me sacarán de la manada solo por eso, era un recién llegado ¿Cómo podría decirlo?-

-Y esa es la razón por la cuál no tienes frío, está helando y estas intacto-

-Si, es un ser de fuego-

•No necesito a un Alfa•  (Spartor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora