Melifluo [El Sultán]

Bölum 2

Todos en el harem murmuraban con bastante intriga sobre aquella chica que vieron pasar momentos antes ¿Quién era? ¿Por qué era llevada a la antigua habitación de Hurrem?

—Ustedes dos. 

Sumbul señaló a dos chicas quienes se encontraban en un rincón en completo silencio y ambas se levantaron al llamado del hombre. 

—Traigan sus cosas y siganme.

—¿Hicimos algo malo? -pregunto asustada una de ellas sosteniendo su ropa ¿Las van a expulsar?- ¿nos decapitaran?

—Sumbul... 

—Callense y solo caminen -ordenó molesto levantando sus manos- por Allah, que mujeres tan preguntonas. 

Ellas guardaron silencio inmediatamente y solo siguieron a Sumbul Aga quien caminaba con gran prisa, cuando llegaron a su destino y entraron a la habitación se sorprendieron al ver a la chica ahí parada.

—Sultana, estas dos chicas -llamó con una sonrisa inclinándose a ella y ese llamado sorprendió a ambas esclavas- desde ahora estarán bajo su servicio. 

Harika volteo haciendo ondear aquel vestido rosa pastel y al hacerlo la belleza de la chica Inglesa cautivo a las esclavas que estaban delante de ella.

—Ella es la Sultana Harika -anuncio con seriedad a las chicas quienes voltearon a verle- es la protegida de nuestra Sultana Hurrem y tienen que estar con ella todo el tiempo, si algo les pasa ustedes asumirán las consecuencias… Me retiro, tengo algunas cosas que hacer. 

Harika asintió tomando asiento en la cama, por fin se sentía libre de suciedad, su cuerpo estaba completamente limpio y muy cómodo con aquel vestido.

—¿Cuales son sus nombres? -preguntó sintiéndose curiosa colocándose el velo que había dejado en la cama- debo conocer a las chicas que estarán bajo mi servicio a partir de ahora. 

—Aysel.

—Y Burcu… Esos son nuestros nombres.

Se presentaron inclinándose hacia ella, aún les parecía muy intrigante ¿De quien era esposa? ¿De quién es hija? ¿De quién es familia? Si Sumbul se dirigía a ella como una Sultana… Tenía que ser alguna de las tres opciones. 

[...] 

Harika observaba a sus doncellas buscarla, ¿Sería malo para ellas haberse escapado? Necesitaba descansar un momento de aquella habitación, donde se mantenía día y noche sin poder salir, sabía perfectamente que Hurrem lo hacía para protegerla, pero su duda era ¿de quien la protegía y cuidaba? Sabía que ahí todos se peleaban de muerte, pero nadie sabía de ella ni de su razón de estar ahí. 

Aunque en algunas ocasiones no se la pasaba sola en aquella habitación, Selim iba a verla cada que visitaba el palacio y era muy agradable su visita… Pero realmente deseaba mucho poder salir más seguido al jardín.

—Sé que tendré algunos problemas con la Sultana Hurrem por esto… -murmuró cubriendo su cuello con el velo y suspiro cansada- pero necesito aire fresco por lo menos tres veces al día. 

—Harika. 

La rubia quien se había agachado se asustó al escuchar la voz de Selim e inmediatamente se levantó inclinándose hacia él. 

—Príncipe -saludó con una sonrisa nerviosa al verse descubierta por el susodicho en su mente- ¿aún sigue en el palacio? 

—Así es, Su Majestad me permitió quedarme más tiempo para arreglar unos asuntos pendientes de las provincias -dijo acercándose a ella con una leve sonrisa- y aproveche para tomar un poco de aire fresco y encontré a una fugitiva que está siendo buscada por sus doncellas. 

—También requería un poco de aire -menciono sonriendo al pelirrojo- no me gusta estar encerrada durante mucho tiempo, soy una persona que le gusta estar libremente… Que le gusta viajar por el mundo. 

—¿Que eras antes de ser traída aquí? 

Ambos comenzaron a caminar mientras platicaban, eso es lo que amaba Harika podía hablar sin ningún problema con él. 

—Mercader, tenía un pequeño negocio que me servía para viajar mucho en barco, gracias a eso yo no tenía un lugar estable para quedarme y eso me gustaba mucho -respondió aun sonriendo recordando sus viajes en barco- me dedicaba a distribuir mi material por varias partes del mundo… Pero en Egipto… Ahí fue donde fui secuestrada por los turcos hace cuatro meses. 

—Has sido una mujer libre -comentó Selim bastante curioso por saber más de ella y de su pasado antes de llegar al palacio- pero no pareces afectada al haber sido secuestrada.

Una plática bastante amena, para Selim le parecía bastante intrigante y curiosa esa chica, no era igual que las otras concubinas del Harén o como Nurbanu quien intentó suicidarse cuando llegó, mientras que ella es bastante conformista y se adaptó muy rápido al palacio.

Una mujer bastante interesante y siendo elegida por su madre ¿quien no estaría intrigado por saber todo ella?

—Soy muy conformista con lo que me llegue a suceder -respondió deteniéndose delante de unas flores- siempre he sido así desde que era una niña pequeña. 

—Otras concubinas hubieran intentado huir.

—Yo no soy como esas concubinas, Príncipe -respondió mirando la flor que acababa de agarrar y se acercó al rostro de Selim- me acostumbre a conformarme a todo lo que suceda, si es bueno o malo… La vida me ha enseñado a ser así desde una edad temprana… Es difícil, pero no imposible. 

Selim ahora sentía remordimiento aquella chica hablaba ahora con un tono muy vacío ¿que tanto habrá pasado? Para que ella no muestre ni un poco de sentimientos al decir eso.  

—Estas flores son mis favoritas -dijo cambiando el tema y colocó aquella flor en el oído del pelirrojo- tengo que volver a mi habitación, ya he tomado mucho sol y necesito descansar un poco. 

Se inclinó para después partir, él solo observaba como desaparecía de su vista y aquel sentimiento de remordimiento aun lo atormentaba.   

—Esos ojos esconden un pasado triste y solitario. 

Ella es la única mujer que lo pone en un estado de intriga y curiosidad extrema algo que ni siquiera Nurbanu había logrado.

Continuará…