Melifluo [El Sultán]

Bölum 10

—Esa mujer es digna de ser elegida por Hurrem -respondió enojada Mahidevran apretando un pedazo de uva que reventó por la fuerza- es tan irrespetuosa y corriente como ella.

—Sultana debemos hacer todo lo posible para quitarla del camino.

Mahidevran solamente bufo no haciéndole caso a Nurbanu, realmente Harika sería una piedra en el zapato y no sería fácil de tratar o manejar. 

(...)

Selim y Mustafa caminaban con tranquilidad por el jardín principal, ambos parecían tener una charla muy buena por que eran pequeñas risas las que tenían.

—¿Ella es tu nueva favorita? -cuestiono Mustafa deteniéndose y Selim hizo lo mismo- parece ser una Sultana.

—La Sultana Hurrem me la dio como un regalo -respondió Selim con una sonrisa pequeña- nuestro padre y mi madre le dieron el título de Sultana,

—Esa mujer realmente tiene buena suerte, Allah la ha bendecido completamente -admitió Mustafa sorprendido observando a su hermano menor que aún sonreía- ¿y aun no queda embarazada?

—No, aún no ha quedado embarazada y eso realmente no me importa, no quisiera que se sienta que nada más la quiero como incubadora de mis hijos -mencionó borrando esa sonrisa que tenía y la neutralidad se apoderó de su rostro- esa mujer es muy diferente a todas… Diferente a Nurbanu cuando llegó al Harén, Harika me ha hecho sentir como si no debiera importarme el trono y solamente el vivir dia a dia.

Cuando Mustafa la había visto por primera vez pensó que era una chica más, pero al verla a un lado de Selim supuso que era su favorita… Aunque realmente le había atraído, su cabello tan rubio y sedoso a la vista, sus ojos verdes esmeraldas, como si fueran unos diamantes vivos.

Un deseo tan profundo en su corazón se apoderó rápidamente en él, cuando la vio algo que no había sentido desde Efsun había fallecido hace unos años ¿Estaba bien desear a la mujer de su hermano? Sería pecado desear a la mujer de Selim, pero sus ojos son hipnotizantes y le hacía sentir algo. 

—Selim haz cambiado por completo -mencionó tratando de sacar de sus pensamientos a la favorita de su hermano- las criadas cuando llegamos estuvieron diciendo que ya no tomas como de costumbre.

—He dejado de beber desde que ella llegó a mi.

El cómo hablaba de ella y de lo que a logrado con el pelirrojo, golpeó levemente su hombro para seguir caminando.

[...]

Harika tarareaba mientras alimentaba a sus pequeñas aves en la jaula, la llegada de Mahidevran le perturbaba por alguna razón la tranquilidad que ella siempre tenía, ni siquiera Nurbanu lo lograba ¿y ella si? Entonces Hurrem tenía razón de que Mahidevran se hacía la víctima e inocente todo el tiempo.

La prueba eran las pocas veces que hablaron durante ese día, aunque logra voltear la carta no le gustaba atacar a nadie y más cuando ella misma es tranquila con todos.

—Sultana, el baño ya está libre -mencionó Fakria entrando a la habitación- ya puede ocuparlos.

—Está bien -dijo levantándose de su lugar al mismo tiempo que miraba al lugar donde Nazenim se encontraba dentro- Nazenim acompañame a los baños. 

La chica salió de su habitación inclinándose y asintiendo ante la orden de la rubia. 

—Fakria, hay una carta en aquella mesa -dijo indicando con la cabeza el lugar mencionado- mandala al palacio de Estambul, es para la Sultana Hurrem. 

—Como ordene Sultana. 

~

—¡Su Majestad! 

Selim bajo los pergaminos al ver a Fakria completamente agitada en la entrada de la habitación.

—¿Qué sucede Señorita Fakria? -cuestiono preocupado levantándose y acercándose a ella- ¿algo le ha pasado a Harika? 

—La Sultana se ha desmayado en el jardín.

—¿Han llamado a la medica? 

Se apresuró a salir, sabía que últimamente Harika no se sentía bien de salud y evitaba salir a pasear, pero había ocasiones en la que el aburrimiento le ganaba y aunque tuviera la cerámica, nada la entretenía. 

Selim trataba de evitar esas salidas por algún incidente que llegase a ocurrir, como el actual en el que ella terminó inconsciente… Le preocupada si ella tuviese alguna enfermedad. 

—Hermano -la voz inesperada de Mirihmah en la entrada de la puerta de Harika le sorprendió- la médica ahora mismo está dentro. 

—¿Qué haces aquí Mirihmah? -cuestiono sosteniendo de los hombros a la Sultana- no recibí ninguna carta sobre tu llegada. 

—Llegue de improviso, también vendrá madre más tarde -respondió preocupada observando la puerta- escuche que Harika se había desmayado y vine cuánto antes.

—Así es Sultana -hablo Fakria haciendo que ambos hermanos voltearan a verle- estábamos caminando en el área de los tulipanes, cuando la Sultana se desvaneció.

Fueron interrumpidos cuando la médica salió de la habitación, al mismo tiempo que Nurbanu y Canfeda llegaban.

—Sultanas y Príncipe -saludó con una gran sonrisa en su rostro provocando la palidez en Nurbanu- la Sultana está perfectamente bien.

—¿Por qué se ha desmayado? -cuestiono Selim mostrando neutralidad- si dice que ella está bien.

—Lo felicito Príncipe -exclamó inclinándose, esa fue la gran palabra para que la expresión de Mihrimah cambiará de preocupación a felicidad- la Sultana Harika está embarazada.

La sonrisa de Selim no se hizo esperar, un pequeño grito de emoción por parte de Mihrimah y una sonrisa entre Fakria junto a Valería. 

Para las últimas no pasó desapercibida la pérdida repentina del equilibrio en Nurbanu, quien llevó su mano a su pecho hiperventilando rápidamente al escuchar la noticia de Harika embarazada.

—Felicidades Príncipe -felicito Fakria sonriendo- haremos los preparativos para celebrar el embarazo de nuestra Sultana. 

—¿Ella está despierta? 

—Sigue dormida, no tardará mucho en despertar -mencionó la médica acercándose a Mihrimah- hay algunas cosas que me preocupan Sultana.

Continuará…