Melifluo [El Sultán]

Bölum 21

—¿Ya se ha enviado a la chica?

Cuestiono Harika a Nazenin quien se encontraba a su lado mirando a las niñas jugar en el jardín.

—Así es Sultana.

—¿Y estas segura que no nos traicionara? -volvió a preguntar con una vaga tranquilidad bebiendo un poco de su té- no quiero ninguna falla... Realmente quiero que esto funcione.

—Le prometo por Allah, que esa chica es fiel a usted.

—Eso espero y también quiero que Ali Aga nos este comunicando cada movimiento que ella de.

—Sí Sultana.

Harika suspiró realmente se reflexionaba ¿Cómo llegó a eso? Nada es fácil si los constantes intentos de asesinato de Nurbanu la abrumaban, los acosos de Mustafa ¿Que no entendía? Las cartas con poemas, flores, presentes tallados en oro y hasta animales de regalo.

Fue expulsado de Topkapi, fue golpeado a muerte por Selim y aun así... ¿Seguía? Era uno de sus mayores problemas, pero también Nurbanu que había sido expulsada al viejo palacio sin poder ver a sus hijos y aún así intentaba asesinarla, su primer intento envió una serpiente de cascabel a su habitación por la noche, después a una de sus visitas a un refugio que fue creado hace menos de un mes y medio alguien intentó asesinarla clavándole una daga en el pecho.

—Shah -llamó con un suspiro a una de las trillizas quien le miró- ¿Quieren volver a adentro?

—No, queremos quedarnos un momento más.

—Solo una hora, está empezando a hacer un poco de aire -acepto sonriendo volviendo a Nazenin- ¿Está bien?

—Parece que la relación que tienen es buena, Sultana.

—Es difícil mantener una relación con Geverhan... Por Allah, es una niña que adora mucho a su madre y la entiendo, es quien le dio la vida... -dijo frotando su frente observando nuevamente a las niñas- pero no todo lo que dijo Nurbanu de mi a esa niña es verdad.

—La Sultana Geverhan es fácil de influenciar...

Harika sostuvo a Evren quien comenzó a reír al ser cargada por su madre, fue la primera en despertar y era la que proclamaba atención.

—Así es, pero prefiero mantener una relación estable con ella respetando su espacio personal.

—Las Sultanas se ven saludables.

—Gracias a Allah, no hay nada que las haga enfermar -respondió besando la mejilla de su hija que tomó su velo moviéndolo de lado a lado- Evren es bastante enérgica, mientras Hande y Aygul son bastante tranquilas.

—Son iguales al Príncipe.

—Así es y eso me gusta bastante -dijo sonriendo mientras observaba a las otras dos durmientes- por cierto ¿Dónde está Murad?