Había pasado un tiempo desde que Jungkook recordaba despertar con los ojos llenos de lágrimas. Hacía mucho que no experimentaba esos sueños de su juventud, una época en la que atravesó un sinfín de emociones.
Después de despertar, mantuvo la mirada fija en el techo, tratando de traer a su mente los recuerdos de aquel sueño en el que se encontraba con cierto castaño. Era un sueño lleno de fantasía y, al mismo tiempo, de una intensa sensación de realidad.
Se soñó atravesando el océano con él, recordando la promesa que se hicieron tiempo atrás: "Navegaría por todos los mares para estar a tu lado". Cerró los ojos, evocando la sensación dentro de su sueño de una agradable brisa acariciando su rostro mientras escuchaba el canto de los pájaros a su alrededor.
De repente, todo cambió y se vio caminando de la mano con él por la orilla del mar, solos y sin rumbo, sin la necesidad de apresurarse. Simplemente disfrutando de la compañía mutua mientras avanzaban juntos.
El sueño parecía una fantasía, pero poco a poco se llenó de realismo. Suspiró profundamente, intentando apartarlo de su mente. Sin embargo, en ese instante, recuerdos del pasado afloraron en su cabeza. Aunque sabía que lo mejor era no permitir que esos pensamientos tomaran el control, se sintió incapaz de detenerlos.
Recordó aquellos días en los que se acostaban en el jardín, sintiendo cómo los rayos del sol acariciaban sus rostros. En ese tiempo, Jungkook anhelaba que esos momentos fueran eternos, deseando que su juventud durara para siempre.
Recordó con nostalgia todas las veces que caminaban de la mano, como si el mundo entero se redujera a ellos dos solamente.
—Kookie, ¿bailarías conmigo? —preguntó el castaño con una amplia sonrisa.
—¿Aquí? —cuestionó Jungkook con asombro, abriendo los ojos grandes mientras observaba al contrario asentir, con la mano extendida hacia él.
Sin dudarlo, el azabache tomó su mano y la atrajo hacia él, comenzando un baile improvisado. No les importaba quién los viera o lo descoordinados que estuvieran; en ese momento, solo existían ellos y la suave brisa que acariciaba sus rostros. Era como si un millón de ilusiones alimentaran su joven amor, haciéndoles sentir que podían conquistar el mundo juntos.
A pesar de la aparente paz y tranquilidad que evocaban esos recuerdos, donde podía sumergirse en la felicidad de los días de primavera, la realidad volvió a golpearle de lleno. Recordó que no todo siempre fue tan perfecto como en aquellos tiempos.
Sin embargo, su mente parecía estar enfocada únicamente en los días de felicidad, como aquellas tardes en las que se sentaban juntos para contemplar la luz del sol, y cuando tontamente creían que podían ser cualquier cosa que quisieran. Eran jóvenes, creían que todo giraba entorno a ellos.
Recordó aquellos momentos en los que corrían entre los árboles, pateando las hojas que se cruzaban en su camino, con el sol brillando radiante y sin una sola nube que oscureciera su camino.
—Mira Kookie, los pájaros están cantando para nosotros.
—Es verdad —aseguró el azabache con una sonrisa.
No entendía por qué, después de tanto tiempo y todo lo que había pasado, estaba volviendo a soñar con esa época en la que floreció aquel amor. Aquel amor que, en ese entonces, parecía ser tan perfecto y reluciente, como si el mundo brillara únicamente para ellos dos. Llegó a creer que era la bendición más grande de su vida.
Jungkook no podía negar que se había enamorado perdidamente de Taehyung. Se había perdido en los rayos del sol que los acompañaban cada vez que caminaban juntos de la mano, se había perdido en la brisa que hacía ondear levemente su cabello castaño. Su amor era tan intenso que llegó a creer que aquella felicidad duraría eternamente.
—Kookie, ¿estarás siempre conmigo? —preguntó Taehyung, recostando su cabeza en el hombro de Jungkook mientras observaba el amanecer.
—Siempre, lo prometo —respondió con convicción, apretando el agarre de sus manos con firmeza.
Por más que Jungkook se esforzara por dejar atrás esa historia de amor, parecía estar totalmente aferrada a él, tatuada con fuerza en su piel y debajo de ella y, más profundamente, en su mente y en sus sentimientos. Quizás había cometido el error de creer que todo siempre sería tan brillante para ambos, que no había necesidad de temer porque nada podría separarlos.
Estaba equivocado.
En aquella primavera en la que se enamoró, Jungkook se vio obligado a aprender una infinidad de lecciones. A pesar de haber atravesado tantas experiencias desde entonces, aún se lamentaba de que, a pesar de todo, volvería a vivirlo todo de la misma manera. A medida que reflexionaba sobre su pasado, se daba cuenta de cuánto había cambiado y evolucionado, pero también de cuánto había permanecido igual en lo más profundo de su corazón. Aunque ahora veía las cosas con una perspectiva más madura, no podía evitar sentir que su corazón seguía anclado en aquellos momentos de juventud, cuando el amor parecía tan simple y eterno. Era como si una parte de él se negara a dejar ir aquellos recuerdos, por más dolorosos o nostálgicos que fueran.
Era doloroso admitirlo, pero su amor se había vuelto tóxico para ambos, y durante mucho tiempo se aferraron a la esperanza de que algún día todo volvería a ser como antes. Fue así que decidieron esperar, incluso si eso significaba lastimarse en el proceso.
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・⁺ 𝐁𝐀𝐉𝐎 𝐌𝐈 𝐏𝐈𝐄𝐋 《𝙺𝚘𝚘𝚔𝚅》
FanfictionJungkook se niega a soltar a su primer amor a pesar de todo el daño que este le hace. Taehyung no puede dejarlo ir, sin importar cuanto lo lastime, él lo ama a su jodida manera. ᏪHistoria de mi autoría. ᏪContenido homosexual. ᏪContiene lemon, angst...