4. Do me a favor

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 Una semana antes de partir

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Una semana antes de partir... (19 años)


Jungkook habría deseado no tener que despertarse, sobre todo porque no hacía mucho que se había acostado. Sin embargo, apenas eran las diez y media de la noche cuando el sonido de una llamada entrante en su celular lo sacó de su sueño, iluminando la oscuridad de la habitación y devolviéndolo de regreso a la miseria de su realidad.

Suspiró con fuerza, se giró hacia la mesa de noche y tomó el móvil para ver quién llamaba a esa hora.

—Eres tú otra vez —murmuró para sí, con evidente agotamiento emocional en el tono de su voz. Jungkook sintió el impulso de tirar el celular lo más lejos posible, no quería escuchar nada de lo que Taehyung tuviera para decirle.

No quiere, no quiere, no quiere.

Es consciente de que solo le llenará de mentira tras mentira. Lo sabe, y es por eso que no quiere responder, porque también es consciente de que, como un tonto, terminará creyendo cada una de ellas. Caerá nuevamente en ese ciclo que han repetido infinidad de veces, el cual lo consume cada vez más, hundiéndolo en un pozo de miseria donde parece pasar todo su tiempo últimamente.

Está exhausto de esta situación, joder, él lo ama, pero ya no puede más. Por eso, se decide a responder una última vez. Necesita terminar con esto, tiene que hacerlo.

Kookie... —Fue lo primero que resonó del otro lado de la línea.

—Taehyung, basta —declara con firmeza y seriedad—. No puedes seguir haciendo esto, ya es tiempo de decir adiós y dejarnos ir. ¿Acaso no ves el daño que me haces? Dejemos esto aquí, por favor —pidió con cansancio, sintiendo su corazón romperse en miles de pedazos y sus ojos llenarse de lágrimas cuando logró escuchar un ligero sollozo del otro lado de la llamada.

Dudó, mentiría si dijera que no lo hizo. Pero Taehyung sabía cómo manipularlo, cómo hacerlo volver, y Jungkook no iba a caer en ese juego, no podía permitírselo.

—Hazme un favor y cuelga el teléfono. Porque todos los recuerdos que compartimos, y todo lo que me diste, ya me han dejado en soledad y miseria.

El azabache podría ser considerado ingenuo, pues durante un tiempo se esforzó al máximo por hacer feliz a Taehyung, a pesar de que este último solo conseguía hacerlo sentir completamente miserable.

—¿No te cansas de ser así? Mírate al espejo, Taehyung. ¿Te gusta lo que ves? ¿Te gusta en lo que te has convertido? ¿No te cansas de pasar tu tiempo buscando dónde esconder todas las piezas que robas de mí? —Jungkook se odiaba en ese momento, odiaba que le doliera ser así con él, odiaba que ese sollozo le hiciera sentir la peor persona del mundo—. Yo sí estoy cansado. Así que, hazme un favor y cuelga el maldito teléfono.

«Porque yo no soy capaz de hacerlo».

No entiende por qué tiene que seguir lidiando con esto, realmente no lo sabe. Aunque Taehyung sea cruel con él, siempre vuelve prometiendo que esta vez será diferente, que no quiere hacerle más daño, y que lo ama. Jungkook desearía que todo eso fuera verdad, pero sabe en lo más profundo de su ser que nada cambiará. Ha pasado por esto demasiadas veces como para no reconocer la verdad.

La taza que sostiene su café cada mañana es testigo de cada lágrima que ha caído en ella. Porque cada día, al despertar y recordar lo miserable que era su situación, Jungkook no puede evitar quebrarse en llanto.

—P-por favor, no te vayas —susurró con voz entrecortada.

Lo último que le quedaba de paciencia se agotó por completo; ya no podía soportar más esto. Sabía que si no terminaba con esto ahora, iba a terminar cediendo.

—¿Por qué sigues aquí? Ya has tomado mucho de mi tiempo, cariño. No soportaré esto una noche más. Es tiempo de que experimentes la misma soledad que me haces sentir a mí todo el tiempo.

—Arreglemos esto, cambiaré. Te lo prometo, pero por favor, no te vayas.

Oh, mierda. El frágil corazón de Jungkook ansiaba rendirse, anhelaba confiar en él y salir en busca de su presencia para envolverse en su piel. Era ingenuo, estaba profundamente enamorado. Tan profundamente que durante un tiempo no le importó ser manipulado, no le importó aceptar sus mentiras, no le importó volver a entregar su corazón.

Pero ya no más.

—No sigamos con esto, Taehyung. Deja de atormentarme de esta manera, todo lo que pasamos, todo el amor que compartimos... ¡Fue un maldito error! —gritó sumamente molesto y frustrado, haciendo una pausa antes de continuar hablando, más suave pero tan exhausto—. Estoy listo para irme, ya no queda nada de mí que pueda darte.

—Sé que fui un estúpido, lo sé. Yo...

—Quizás algún día... —interrumpió Jungkook—. Aprendas a valorar a alguien como yo.

—Te amo, Jungkook. Te amo, p-por favor... —pronunció el castaño con desesperación.

«Hazte un favor, Jungkook —pensó—, cuelga el maldito teléfono».

—Yo también, Taehyung. Yo también.

Fue lo último que dijo antes de colgar la llamada y estrellar el celular contra la pared.

«También te amo, y por eso... necesito dejarte ir».

 necesito dejarte ir»

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・⁺ 𝐁𝐀𝐉𝐎 𝐌𝐈 𝐏𝐈𝐄𝐋 《𝙺𝚘𝚘𝚔𝚅》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora