・⁺ 𝐁𝐀𝐉𝐎 𝐌𝐈 𝐏𝐈𝐄𝐋 《𝙺𝚘𝚘𝚔𝚅》

2. Emerald Eyes

8 años atrás... (16 años)

En una cálida noche de verano, Jungkook se acercó a la casa de Taehyung con emoción, preparado para llevarlo a una cita que había planeado con esmero. Con el lugar perfecto en mente y la certeza de que a su novio le encantaría, estacionó frente a su casa, se bajó del auto y una vez en la entrada, tocó la puerta. Tras saludar a su padre y asegurarle que estarían de regreso a tiempo, ambos se subieron al auto y se dirigieron hacia su destino.

—¿A dónde vamos, Kookie? —preguntó Taehyung, sus ojos brillaban con expectación, acelerando el corazón de Jungkook de emoción.

—Espera un poco más, ya casi llegamos —respondió el azabache con una cálida sonrisa.

Después de conducir un rato más bajo el cielo estrellado de mediados de julio, finalmente llegaron a su destino. Jungkook estacionó el carro y apagó las luces, permitiendo que la noche y el brillo de la luna los envolvieran.

—¿Dónde estamos? —cuestionó Taehyung con curiosidad al bajar del carro, observando a su alrededor.

—Ven conmigo —indicó Jungkook, tomando su mano con determinación y atrayéndolo para que caminara a su lado.

Se adentraron en el campo que se encontraba frente suyo de la mano, dejándose envolver por la brisa nocturna y el sonido de los pájaros que descansaban en los árboles. Caminaron hasta llegar al extremo, donde se encontraba un acantilado con vista al extenso mar.

—¡Wow! Es hermoso —exclamó Taehyung, con evidente fascinación en su mirada.

Jungkook lo miró encantado, luego lo soltó, haciendo que Taehyung volteara a verlo con curiosidad. El azabache hizo una reverencia y entonces, le extendió la mano.

—¿Bailarías conmigo? —pidió con suavidad, sonriendo con ternura.

—Oh, ¿cómo podría negarme? —Taehyung asintió, esbozando una amplia sonrisa mientras aceptaba la invitación.

Jungkook llevó con ternura las manos de su novio hasta su cuello, mientras Taehyung, con una sonrisa cómplice, posaba las suyas en su cintura. Se miraron por un momento antes de dejarse llevar por el sonido de la noche. Con pasos tímidos pero llenos de emoción, empezaron a deslizarse de un lado a otro, como si estuvieran recreando un vals bajo el manto estrellado. Aunque sus movimientos eran un tanto torpes, el amor que compartían hacía que cada paso fuera perfecto a sus ojos.

Se desplazaban lentamente, deleitándose con el sonido nocturno a su alrededor, sintiendo cómo su amor mutuo crecía cada vez más. Creían firmemente que este amor perduraría para siempre, que había comenzado con ellos dos juntos y que terminaría de la misma manera al final de sus días.

Habían compartido innumerables noches juntos, pero ninguna se sintió tan especial como esta, donde los ojos de Taehyung brillaban con un verde esmeralda tan intenso que parecía reflejar no solo su ser, sino también su alma entera. En su mirada, Jungkook se sentía protegido, como si el tiempo se detuviera por completo.

Jungkook nunca se había sentido tan seguro como se sentía con él. Por primera vez en su vida, tenía la sensación de que podía considerar a alguien como su hogar, y este chico que le veía con tanto amor realmente lo era para él.

—¿Cómo encontraste este lugar? La brisa es realmente agradable —preguntó Taehyung, cerrando los ojos mientras disfrutaba del viento en su rostro.

—Mi madre me habló de él. Sabía que te gustaría, así que por eso te traje.

—Cualquier lugar es bueno, siempre y cuando estemos juntos tú y yo.

Jungkook depositó un tierno beso en los labios de su novio, sintiéndose la persona más afortunada por tenerlo a su lado. Siempre que pensaba que estar con él no podría ser más increíble, terminaban compartiendo otro momento juntos que para Jungkook resultaba ser aún mejor que el anterior.

—Eres todo lo que siempre quise, Tae. Eres todo lo que necesito —declaró Jungkook con sinceridad.

Las mejillas de Taehyung se tiñeron de un rojo carmesí, sus ojos brillaban enfocados en lo único que le importaba en ese momento: el hermoso chico frente a él.

Ambos continuaron balanceándose suavemente de un lado a otro. Aunque no había música, el sonido de los pájaros a su alrededor era más que suficiente para disfrutar de ese momento juntos y grabarlo en sus memorias. Anhelaban que ese instante fuera eterno. ¿No es lo que solemos desear cuando encontramos a la persona indicada? Todo iba tan bien que realmente podían sentir que nada podría salir mal.

—Gracias por traerme, Kookie. Realmente nunca te quedas sin ideas, eres el mejor —declaró Taehyung con cariño, colocándose de puntillas para poder alcanzar los labios de su novio.

—No hay de qué, amor. Haría cualquier cosa con tal de verme reflejado en el brillo de tus hermosos ojos.

La noche transcurrió y, sin darse cuenta, el tiempo pasó más rápido de lo que parecía. Cada vez que estaban juntos, olvidaban realmente que existía algo como el tiempo. Se perdían el uno en el otro, y todo lo demás pasaba a ser algo sin importancia.

—Kookie, te amo.

—Yo también te amo, Taehyung. Eres mi lugar seguro, mi hogar.

Se sumergieron en un beso profundo y apasionado, donde el amor que se tenían se expresaba sin reservas. Jungkook acariciaba suavemente el rostro de Taehyung, sintiendo la suavidad de su piel bajo sus dedos. Con la otra mano, lo atrajo hacia él, sintiendo el calor y la cercanía de sus cuerpos.

El beso parecía detener el tiempo a su alrededor, creando un mundo donde solo existían ellos dos. Cada caricia, cada contacto, era una declaración silenciosa de su amor mutuo, un recordatorio de que estaban juntos, de que eran uno solo en ese momento.

La noche era perfecta, y les pertenecía solamente a ellos dos.