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Caminaba enfadado hacía el castaño y su amigo, su ceño dolía de lo fruncido que se encontraba y sus manos picaban por la fuerza con la que sus uñas se incrustaban en su palma al cerrarlas en puños. A pocos metros Jimin y Taehyung reían sin ser conscientes de que él se estaba acercando, y eso lo enfadaba aún más, Taehyung parecía ser muy cercano a Jimin.

No sabía con que propósito se dirigía hacía Jimin, mientras más cerca estaba más molesto se sentía sin saber bien la razón del porqué. Podía ser, quizá, que Jimin hace unos segundos había estado casi encima de Taehyung, podría ser que el moreno le caía lo suficientemente mal como para enfadarse de que Jimin se le acercara, podría ser que le molestaba ver a Jimin tan tranquilo cuando él se sentía morir por ir a buscarle; realmente no importaba mucho ahora, no cuando de un solo jalón levantó a Jimin del suelo hasta ponerlo detrás suyo.

—¿Cuál es tu puto problema, imbécil? —se quejó Taehyung, oscureciendo su mirada, dejando atrás al chico dulce de hace unos segundos que reía junto a su amigo—. Suéltalo ahora mismo si no quieres que te rompa el hocico.

—¡No te quiero cerca de Jimin, que te quede claro! —advirtió, dándole un empujón al moreno con fuerza.

Jimin se soltó del agarre del capitán y fue hasta donde su amigo se encontraba en el suelo. —¡Tae! ¿Estás bien?

Aquello solo lo enfureció más, le molestaba ver a Jimin preocupado por aquel chico que tan mal le caía. —¡Jimin! ¡Déjalo, necesito hablar contigo!

Una vez estuvo sobre sus pies, Taehyung no dudó en golpear al capitán, con precisión, su puño fue a dar al rostro de Yoongi y, casi al instante, recibió un golpe también por parte de este, haciéndolo perder el equilibrio y caer nuevamente al suelo. 

—¡No estés jodiendo! ¿Quién carajos te crees para decidir quien puede o no estar cerca de Jimin? —escupió Taehyung con furia una vez estuvo de pie nuevamente, mientras Jimin se colocaba frente a él para no dejarle acercarse al capitán.

Sonrió, aún si el pecho le dolía, aún si el enfado subía hasta calentar cada recóndito lugar de su cuerpo y su boca sabía a sangre por el golpe recibido. —Que te importe una mierda, yo ya te lo advertí.

Cada vez más estudiantes se reunían a su al rededor, sacando sus celulares para grabar aquella escena que se montaban el capitán de baloncesto, el rarito y el gay que golpeaba a todos los que se atrevían a molestarlo a él o a su novio.

Jimin se encontraba desconcertado por el actuar de Yoongi, si bien apenas lo conocía, nunca imaginó que él fuera tan impulsivo como para golpear a alguien. Trató de calmar a Taehyung mientras el mayor soltaba unas cuantas ofensas.

—Ya Tae, por favor —pidió Jimin mientras jalaba a Taehyung para irse de ahí.

Finalmente, Yoongi hizo silenció y Taehyung se rindió. Tomados de la mano, Jimin y Taehyung se alejaban de ahí, pero el capitán lo impidió, quien sin darse por vencido tomó a Jimin del brazo.

—Tengo que decirte algo, acompáñame —casi susurró Yoongi, mirando al suelo mientras sentía sus mejillas enrojecer. Sabiendo que las miradas estaban sobre él, levantó la mirada y exclamó: —¿Qué se les perdió bola de metiches?

—¿Crees que lo dejaré ir contigo, maldito loco? —interrumpió Taehyung, soltando de un manotazo el agarre que tenía sobre el brazo de su amigo.

Suspiró y negó, molesto con anticipación por sentir su dignidad y orgullo por los suelos. —Por favor, Jimin, te lo pido por favor.

Con suplica en su mirada, observó a Jimin, quien se asomaba tras el alto y delgado cuerpo de Taehyung; parecía dudar en su lugar y Yoongi solo esperaba por una positiva, no se iría de ahí sin llevarse a Jimin con él, aún si tenía que golpear al moreno hasta dejarlo en el suelo y tomar a Jimin como si de un saco se tratara.

Para suerte de los tres, Jimin finalmente asintió tras asentir y susurrar algo al oído de su amigo, quien no tuvo más que aceptar la decisión tomada.

—Tendré mi celular con el volumen al cien, tú solo llámame e iré por ti, no dudes en hacerlo —dijo con cariño a Jimin, tomando su rostro para hacerle notar su preocupación.

Asintió nuevamente y sonrió mientras sus mejillas eran apretadas por las grandes y morenas manos de Taehyung, tomándolas él para apartarlas con delicadeza y ponerse de puntillas para dejar un casto beso en la frente del más alto. Taehyung era la mejor persona que conocía, con el único que podía ser él mismo.

Justo en aquel momento el timbre dio por finalizado el tiempo del almuerzo, cada estudiante tomó camino a sus respectivas clases. Taehyung miró por ultima vez a Jimin antes de marcharse también, buscando, aunque sea, una pizca de arrepentimiento en el rostro de Jimin ante la decisión de escuchar al capitán, sin embargo, lo que encontró fue una sonrisa que le prometía llamarle si las cosas se salían de control. 

Suspiró rendido y le dio la espalda a su amigo y a Yoongi, quienes lo miraban tomar sus cosas del suelo y luego caminar hasta perderse de vista.

—Bien, ¿de qué quieres hablar? —inquirió, volteándose sobre sus talones, dispuesto a darle toda su atención a ese extraño chico que hacía una semana lo había besado sin compasión. 

Miró a su derecha, a su izquierda y luego a Jimin, sintiéndose observado. Frunció el ceño, incómodo por el hecho de hablar ahí. —Aquí no, vamos al taller.

Sin objetar a cambio, Jimin asintió y dirigió sus pasos hasta aquel lugar donde todo comenzó, sin voltear a ver atrás para asegurarse de si el capitán venía tras suyo o no.

Maniac ; yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora