Ya habían pasado alrededor de cuatro o cinco meses, poco a poco se iban acostumbrado, claro, les costaba alguna cosa, y ahora más ya que estaban pensando en que habitación hacer la de Hanako, era pequeña, pero necesitará su propia habitación cuando sea mayor.
Mientras pensaban donde estaría, la pequeña dormía una noche con cada uno, esa noche le tocaba a Mikey.
Mientras este miraba algunos papeles sobre algunos tratos, Hanako estaba entre sus piernas. Era una linda escena, el mayor rodeaba con su brazo el cuerpecito de Hanako.
—Estarás incómoda así...
Con cuidado se levantó cargando a la pequeña, agarro sus papeles y se sentó en la cama con la bebé encima.
Hanako hacía los típicos ruidos de bebé mientras alzaba sus bracitos hacia Mikey con una sonrisa.
—¿Upa?
Esta hizo un ruido como si entendiera lo que le decía, así pues, Mikey la agarro y comenzó a jugar con ella.
Choques con su nariz contra la otra, pequeñas mordidas en las mejillas o agitaciones leves, todo aquello debía ser lo mas divertido para Hanako ya que no paraba de reír, pero el sueño le iba ganando.
Sonriendo, Mikey se levantó y tumbó con cuidado a la bebé en su cuna. La arropo y le acerco un peluche que usaba siempre para dormir, lo abrazo y al instante se durmió.
❜🍼. . . . . . . . . . . . . . . . . . 🧸❜
2 horas, 3 horas, 4 horas...el mayor estaba agotado, quería irse a dormir, pero algo se lo impedía, suspirando fue al baño, se lavo la cara e intento dormir.
Al fin se pudo dormir, un profundo sueño ya que no escucho los llantos de Hanako, fue Koko quién lo despertó.
—Por fin, ya pensaba que habías muerto —¿Qué pasa? —Hanako comenzó a llorar—dijo el mayor de los Haitani. —¿Qué? —Tranquilo, los bebés suelen llorar mucho —Aunque nunca lloro...—dijo preocupado Koko. —Tranquilos—miró a Koko y Mikey para calmarles—está bien, solo le van a salir los dientes —¿Dientes? —Sí, les salen desde los 6 meses —¿Ya ha pasado tanto...? —Eso parece —Ran...–llamó Mikey estirando sus brazos hacia el nombrado.
"Que lindo..." pensaron ambos, sonriendo le paso a Hanako que le miro sonriendo, es cierto que lloro, sus ojos estaban rojos y un poco hinchados, pero ahora sonreía como siempre, lo cual era algo que alegraba mucho al de pelo blanco.
Mikey dio pequeños besos en la frente provocando que la pequeña riera, y de nuevo, el sueño gano a Hanako. Ran y Koko se fueron a sus respectivos cuartos mientras que Mikey tumbó a la bebé a su lado para enterarse cuando llorara y poder consolarla.
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