Haru y Takeomi estaban en la habitación de este bebiendo, había risas y conversaciones fluidas.
—¡¿Enserio sois hermanos?! —Si, pero no compartimos apellido —¡Dios mío! Esto parece una telenovela mexicana
Riendo, Haru se levanto y comenzó a imitar una escena de alguna telenovela que debió de ver en más de una ocasión para saberle el diálogo de memoria.
Takeomi no paraba de reír al ver como la chica se trababa debido al alcohol ingerido.
—Ey no te rías abuelo —¿Abuelo?—alzó la ceja. —Si, eres muy mayor, venga abuelo, tómate la pastilla y a dormir, que ya es tarde —Y tu a la cama, que han terminado los dibujos —Ey ey, respeta los dibujos
Ambos rieron por la estupidez que decían.
—Seré un abuelo, pero seguro que lo hago mejor que Sanzu —¿Eh? —Os escuché el otro día, tonta
Haru escondió su rostro debido al sonrojo notable que le provocaron aquellas palabras.
—¡Pervertido! —¡No lo hagáis al lado de la cocina!
Entre tanto tonteo y risas, ambos comenzaron a acercarse más hasta que ella se encontraba encima de él.
Takeomi repartía besos en el cuello y pecho de ella, mientras, Haru movía su cadera creando fricción.
Tal y como lo hizo con Sanzu, Haru daba botes ahora encima de Takeomi. Los dos gemían y jadeaban al sentir el tacto del otro, ansiaban por más, ninguno de los dos quería que eso acabase, pero estaban cansados.
Jadeantes se tumbaron en la cama mirando el techo.
—Lo haces bien para ser un abuelo —Ya te dije que lo hacía bien —¿A si? Creo que deberías demostrármelo de nuevo
Riendo, el mayor se puso encima de la chica.
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