Averiguaron que si Hanako se cansaba a altas horas de la noche, duerme del tirón, pero no era sano ni para los adultos ni para la niña.
La idea del psicólogo infantil seguía ahí, pero también estaba el miedo de que la quitaran. Ran, Kakucho, Rindou y Koko apoyaban la idea, Takeomi, Mikey y Sanzu eran reacios a ella. Decidieron que si en una semana no se les ocurría nada, le llevarían al psicólogo infantil.
❜🍼. . . . . . . . . . . . . . . . . . 🧸❜
Estaban agotados tanto física como mentalmente, algunos se quedaban despierto todas las noches por si la pequeña lloraba, algunos de ellos también se comían la cabeza tratando de buscar algo para ayudar a Hanako.
Esa tarde Kakucho había llevado a la pequeña al parque, donde se encontró con Takemichi con su hija, las pequeñas no dudaron en ir a jugar, mientras que los respectivos padres se sentaban en un banco que les permitía observar a sus hijas sin problemas.
—Pareces cansado, ¿estás bien?—en ese momento, Kakucho se dio cuenta de que Takemichi no sabía sobre el secuestro y pesadillas de Hanako—¿Kaku-chan? —Oh sí, yo solo...solo pensaba en mis cosas —¿Seguro qué estás bien? —Sí, por favor, no te preocupes
No se había conformado Takemichi, pero tampoco podía hacer mucho más, si Kakucho no le quería contar, sería por algo, pero si estaba seguro de que se trataba sobre Hanako: no le quitaba los ojos de encima, y se tensaba cada vez que un adulto pasaba cerca de las niñas o del parque, es como si siempre estuviera alerta.
❜🍼. . . . . . . . . . . . . . . . . . 🧸❜
Las niñas jugaban libremente, sin preocupaciones, mientras los adultos hablaban de cosas triviales, hasta que de forma inconsciente Kakucho mencionó que apenas podía dormir, lo cual era notable, tenía grandes ojeras bajo sus ojos.
Aunque Kakucho dijo que era por el trabajo, Takemichi sabía que no. Lo sabía por las acciones del contrario, la constante atención que le ponía a Hanako, sí, hay que vigilar a tus hijos, pero no hasta el punto de ni pestañear.
Para este momento, Hanagaki ya estaba bastante preocupado, y por mucho que su amigo le dijera que no era nada o que era por el trabajo, le sonsacaría la verdadera razón.
—Kaku-chan—la voz del chico sonaba seria. —¿Mmm? —Mírame—ordena. —¿Qué pasa?—pero solo le miro de reojo y durante un segundo. —Dije que me miraras —¿Qué?—molesto le mira. —Dime la verdad —¿Sobre qué? —Sobre lo que sea que te esté pasando —Ya te dije, trabajo—suspira, estaba cansado ya de eso. —No —¿No qué? —Es evidente que es sobre Hanako-chan—en ese momento, el cuerpo de Kakucho se tensa y los ojos los abre ligeramente, dio en el clavo—¿Qué ocurrió Kaku-chan?
Ahí se dio cuenta de que no tenía más escapatoria, y sin más remedio le contó sobre el secuestro, las pesadillas y el miedo de que puedan quitarles a Hanako. Conforme le iba contando, el de ojos azules se iba sintiendo, pero por pedirle que le contara.
—Lo siento Kaku-chan... —No tienes que disculparte —Puedo hablar con Hina-chan, si le llevamos nosotros no os la quitarán —Ya hicisteis suficiente —No importa, hablaré con ella hoy —Está bien...se lo diré al resto —De acuerdo, quedemos mañana como hoy —Bien
❜🍼. . . . . . . . . . . . . . . . . . 🧸❜
Esa misma noche, Kakucho les comentó a todo sobre lo que había ocurrido y la charla con Takemichi, al prinicipio algunos no estaban de acuerdo, pero era la única solución que tenía en ese momento.
Al día siguiente, Kakucho junto a Mikey y Hanako, fueron al parque, donde se encontrarían con Takemichi y Hina, y la hija de estos.
Como de costumbre, las pequeñas salieron corriendo para jugar, mientras que los adultos se sentaban en una mesa de una zona picnic lo mejor posicionada para poder ver a sus respectivas parejas.
Había un silencio bastante incómodo, no sabían quién debía empezar a hablar, se notaba el nerviosismo y preocupación por parte de los criminales.
—Takemicchi, Hina-chan—fue Mikey el primero en hablar, los dos nombrados miraron al de pelo blanco—Gracias por ayudarnos con Hanako —Mikey-kun...—el de ojos azules llamó a este llorando, seguía siendo el mismo "héroe llorón" de siempre. —No es nada Mikey-kun, fue horrible lo que ocurrió—la esposa del chico llorón, Hinata Tachibana, tenía una sonrisa cálida en su rostro, se notaba la preocupación que tenía por los adultos y por la niña—Y por favor, si necesitáis algo vosotros, también os ayudaremos —Nosotros estamos bien, pudimos encargarnos de esos hijos de puta—no necesitaba especificar más, los Hanagaki sabían a que se refería el de ojos oscuros.
❜🍼. . . . . . . . . . . . . . . . . . 🧸❜
Los miembros de Bonten debían irse cerca de la zona había habido un asesinato, una mujer mató a la amante de su marido, por lo que había demasiados policías. El más alto llamó a Hanako, quién rápidamente se acercó a sus padres.
—¿Pasa algo dada? —No cariño—la alza para después cargarla—Pero tienes que pasar un tiempo con Takemichi y Hina —¿Po qué? —Tenemos cosas que hacer —¿No podo ir yo? —No —Jope... —Pero volveremos pronto, y tienes que portarte bien —¡Ta bien! —Muy bien
El de la cicatriz la achucha recibiendo risas por parte de ella, después de Mikey quién la cargaba, le daba suaves besos en la cabeza, le dolía separarse de su única alegría, lo único que le daba una razón de vivir.
—Mikey-kun, cuidaremos de ella —Lo sé...
El líder sentó a Hanako en la sillita y la abrocho, le da de nuevo un beso en la frente para después ponerse de pie y agradecer al matrimonio por todo su apoyo.
Una vez se fueron Takemichi y Hinata junto a las niñas, Kakucho ya no podía aguantar las lágrimas que amenazaban desde hace tiempo en salir. Mikey solo pudo apoyar la mano en el hombro contrario como muestra de reconfortarlo y se pusieron en marcha hacia su ahora silenciosa casa, volvieron a su miserable y triste vida de antes.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.