❚𝐃𝐞𝐩𝐞𝐧𝐝𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐄𝐦𝐨𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥.❚Mikey x Takemichi EDITANDO

«𝙏𝙧𝙖𝙜𝙚𝙙𝙞𝙖.»

Odia todo, se odia a si mismo, lo odia a él.

Nunca pensó que su Takemichi le fuera a hacer daño de esa forma. Recién había llegado a la residencia que compartía con su pareja, más no lo encontró por ningún lado. Buscó en la recámara, en la cocina, en el baño, en el sótano, pero no hubo respuesta. La desesperación lo carcomía por dentro, ¿Takemichi había escapado?, ¡Eso no podía ser!, ¿¡Qué cosa había hecho mal!?, Durante todo este tiempo se esmero para que nunca le faltará nada a la persona que más ama, ¡Y está simplemente desaparece!. No sabe que hacer, siente que se va a volver loco en cualquier momento.

¿Por qué?

¿Por qué su dulce Takemichi escaparía de él?

Tiene que buscarlo y encontrarlo.

Takemichi tiene que pagar por la traición que le hizo. No puede estar muy lejos.

Sale de la casa y va hacia el patio delantero, por su rabillo del ojo divisa su vieja motocicleta la cual no usa desde hace tiempo... Desde que discutió con los que se hacían llamar sus "mejores amigos"

...

¡Ellos!

¡Takemichi tenía que estar con ellos!, ¡Lo sabía!

Takemichi nunca sería capaz de escapar de él, menos que sea a la fuerza.

Un nuevo sentimiento lleno de ira lo absorbió de inmediato.

Sacó su calcular, tecleó y llamó.

—Sanzu, necesito que envíes a varios de mis subordinados a patrullar por todo Tokio, en especial en Shibuya y Kanto.— No espero respuesta del contrario y colgó.

Desde ese instante se dió cuenta que había dejado de razonar por completo.

Caminó a paso rápido al garaje, el cual estaba cubierto por una fina capa de nieve, puesto que estaban a finales del invierno. Sin cuidado alguno, abrió el mediano portón de mármol con una llave que solo él tenía, y entró...

Lo único que sacó fueron un par de municiones y un arma pequeña.

El amor te enloquece.

[Horas antes.]

Mikey ya se había ido a trabajar desde temprano.

Eso le pareció raro, él nunca era de los que se levantaba a primera hora pero está vez fue la excepción.

De cierto modo eso le alegro, últimamente Mikey tenía un aura para nada agradable y de algún modo eso le aterra porque hace solo un par de días ambos pelearon y desde entonces ninguno le dirija la palabra al otro. Uno por orgullo y otro por temor a ser lastimado.

—Supongo que volvemos a lo mismo de antes.— Pensó en voz alta con un deje de tristeza. Ya no sabe lo que debía hacer, todo le aburría, y aunque de vez en cuando Mikey lo sacaba a pasear, solo era a un pequeño bosque cerca de su vivienda, pero eso mínimamente lo entretenía.

Caminó sin ningún apuro hacia la sala, quizás y solo se dedicaría a ver un rato la tele.

Pero sus planes fueron interrumpidos por el toqueteo de la puerta.

De inmediato supo que se trataba de Mikey, solo que algo estaba un poco extraño, normalmente él llegaba hasta la noche pero a lo mejor hoy salió temprano de trabajar.

El toc toc de la puerta se hizo más constante.

—¡Voy!— De un brinco se levantó del sofá en el que estaba y fue directamente hacia la puerta, dando saltitos de por medio.