Dos Uchihas que pensaron haber muerto despiertan en un mundo completamente desconocido para ellos. Por suerte se tienen uno al otro por lo que juntos buscan lo que nunca tuvieron en su vida pasada. Su libertad.
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-Lo siento. No morirás como tenías planeado. -dijo en un susurro casi inaudible.
-No pasa nada. Solo me arrepiento de arrastrarte conmigo.-dijo mientras apretaba con más fuerza la mano de la chica que estaba tumbada a su lado.
-No. -giró la cabeza hacia el azabache. -Estoy contenta de morir contigo Itachi.
El azabache se limitó a sonreírle mientras sentía algunas lágrimas recorrer por sus mejillas. Ambos cerraron los ojos para no volver a abrirlos estando aún con las manos agarradas y con una sonrisa dibujada en sus rostros.
O eso era lo que ellos creían
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Poco a poco fui abriendo mis ojos. Sentía los párpados muy pesados. Tardé un rato en acostumbrarme a la luz que me pegaba directamente a la cara. Miré hacia el cielo extrañado y luego a mis manos. ¿Eran más pequeñas?
-¿Estoy en el cielo?
-¿En el cielo? Más bien esto es el infierno.
Escuché aquella voz que no reconocí y me giré inmediatamente a ver de dónde provenía. Delante mía estaban varios hombres mirándome, ¿De que se estaban riendo?
-¿Quienes sois?
-Más bien quien eres tu muchacho. Estas en nuestro territorio ¿sabes?
-No entiend... -miré a los lados y solo estaba yo sentado, Akira no estaba.
-¿Acaso estás buscando a la otra mocosa?
-...¿Cómo?
-Jajaja está cagadísimo.
-¿Habéis visto a otra chica? ¿Sabéis si había alguien más conmigo? -Respondí algo alterado, no entendía nada de lo que pasaba.
-¿Quien dice que te lo voy a decir? -Dijo con una risa que me dio asco.
