Uchihas en One Piece (Itachi x Akira)

9

Ya había pasado casi una semana desde el incidente en el barco. Akira no ha salido de su habitación en todo ese tiempo. Itachi ha estado todo el tiempo con ella encargándose de que no le faltara nada. 

Tenían planeado leer libros en el tiempo en que la pequeña se recuperaba. Para su mala surte no había muchos por lo que los terminaron rápidamente. 

Cuando Akira dormía, Itachi aprovechaba para salir a la cubierta y meditar. Por alguna razón, esta vez sintió que podía usar el elemento de viento, algo que en su vida pasada no podía.

-¿Que haces? -dijo el pelirrojo acercándose al azabache. 

-Meditar. -contestó abriendo los ojos.

-Pensé que estarías durmiendo, llevas todo el día así. 

-Es necesario.

-¿Para qué? -Itachi dirigió su mirada al pelirrojo.

-Para hacerme más fuerte.

-Vaya... no todos los días se ve a un niño así.

-...

-Enséñame a meditar como tu.

-No.

-¿Por que no?

-¿Y para que lo necesitas?

-Tu mismo lo has dicho. Para ser más fuerte. 

El azabache solo soltó un suspiro pesado.

-No puedo enseñarte si no se lo suficiente. Además no creo que te sirva mucho. 

-No me subestimes pequeño.

-No lo hago. Al contrario.

-¿Eh? -lo miró con sorpresa.

-Si alguien debería enseñarle a alguien serías tu a mí. 

-¿Y que quieres aprender? -El azabache lo miró fijamente.

-El otro día, vi que en la pelea hiciste un puño negro. 

-Tal vez sea algo difícil para un niño.

-Me da igual. Enséñame.

-Primero deberías pedirme perdón. ¡Me heriste en el cuello! -Se sujetó la parte de la herida haciendo una pose dramática mientras Itachi lo miraba con una gota anime.

-Perdón.

-Que frio eres. Pero está bien, intentaré enseñarte. Y digo intentaré por que eres un niño.

-Si si, soy un niño, ahora al lio.

-Vamos, atácame.

En ese momento Itachi le lanzó un kunai sin previo aviso dejando al pelirrojo asustado ya que lo esquivó por lo pelos.

-¿¡Que haces!? ¡CASI ME MATAS!

-Pero me pediste que te atacara.

-Si pero eso fue demasiado rápido. Además, ¿¡De dónde salió esa arma!?

-A lo mejor me subestimaste.

-Ahora atácame con tu cuerpo. No pares hasta que te lo diga. -Dijo mientras cerraba los ojos. 

-¿Vas a estar con los ojos cerrados?

-Sí, ahora atácame.

-Como quieras.

Itachi corrió hacia él intentando darle varias patadas y puñetazos. Su sorpresa es que no pudiera asestarle ni uno, pues el pelirrojo estaba esquivando todos los ataques sin ningún problema.