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Acumulamos tanta tensión durante casi ocho semanas que pensar en esto era inevitable. Me encantaba Hyukjae y sabía que él no me era indiferente, pero estar así, aquí y ahora, me ponía nervioso. Quería que todo pasara entre nosotros, quería tenerlo así como ahora, entre mis piernas, quería que todos los escenarios culposos que se reproducían en mi mente como una película sucedieran lo antes posible. Me estaba quemando de anticipación y él de seguro lo sabía gracias a mi agitado corazón que tenía la manía de dejarme mal enfrente suyo, al igual que mis sonrojos y tartamudeos.
Con las ansias desbordándoseme a través de los dedos, anclé mis manos a su espalda. Hyukjae tenía unos hombros muy anchos que lo hacían lucir poderoso y elegante, pero ahora que podía tocar me percaté que me sentía incluso más pequeño de lo que tantas veces imaginé.
Alejó su boca de la mía y depositó un suave beso en mi mejilla, quedándose ahí un segundo, acariciándome la piel del abdomen por debajo de la camiseta. Yo me dispuse a acariciar su cabello e intentar capturar su mirada.
—¿Qué pasa? —pregunté pegando mis labios al lóbulo de su oreja. Presencié gustoso la forma en que los vellos de su nuca se erizaron ante mi voz.
—Me gustas mucho, Donghae —reveló haciendo que mi corazón saltara aún más frenético. Pudo haberme dado un paro cardiaco en ese preciso instante—. Simplemente no me creo que al fin pueda tenerte así.
No quería que hablara más porque sabía que si la temperatura del ambiente bajaba comenzaría a avergonzarme. En casos como estos prefería no pensar en nada, solo en el calor del cuerpo que tenía encima de mí. Esa fue la razón de que acariciara una de sus mejillas al mismo tiempo que atrapaba el lóbulo de su oreja entre mis labios. Tiré ligeramente de él usando mis dientes y pasé la lengua sobre su piel un par de veces. Hyukjae soltó aire por la nariz y pareció volver a estar listo para continuar en el juego. No necesité soltar palabra alguna, él, que tanto amaba hacer preguntas, entendió a la perfección la sencillez de una de mis mejores respuestas: solo házmelo.
Pasó los brazos por detrás de mi espalda y se sentó, llevándome con él. Pronto terminamos con las piernas enredadas, todavía besándonos, insaciables, sin verle un final a esto.
—Levanta los brazos —me pidió, su voz chocando contra mis labios. Sin perder tiempo lo obedecí. Él me quitó la camiseta y se deshizo de ella lanzándola a la otra punta de la cama.
Volvió a lanzarse a mis labios, pero ahora sus manos exploraban el largo y ancho de mi piel, palpando mis músculos, descubriendo mis bordes y zonas punzantes, haciéndome sentir bien.
Siguiendo su ejemplo saqué fuera de su cuerpo la camiseta que acababa de ponerse. Sonreí en medio del beso al darme cuenta que ahora tenía todo el derecho de mirar sin que me considerara un pervertido. Aprecié su bien formado torso y sus músculos marcados. Me volví loco de deseo y sin pensar demasiado lo empujé de nuevo sobre el colchón de su cama. Terminó acostado conmigo encima.
Sus ojos negros clavados en mí lucían mucho más oscuros que de costumbre, y entonces entendí que no era el único sediento del otro.
Me entretuve en besar su cuello, pasando la lengua por su manzana de Adán, disfrutando el sabor salado de su piel, cuando de pronto diez dedos se hincaron en mi trasero. Abrí los ojos, sorprendido, pero él no se dio cuenta, tenía los párpados cerrados, disfrutando lo que le hacía. Carente de vergüenza introdujo sus manos por dentro de mi pantalón, se hizo cargo del elástico y lo bajó sin problemas a través de mis muslos. Lo ayudé a quitármelo, y mientras lo hacía, aprovechando mi distracción, se incorporó y me derribó sobre la cama.
Algo en sus ojos me decía que los juegos habían terminado, y que las cosas serias acababan de empezar.
Se deshizo de sus propios pantalones y así, ambos cubiertos solo por nuestros calzoncillos, volvió a cogerme de la cintura y comenzó a restregarse contra mí.
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DIONISIO (Eunhae)
FanfictionDonghae, luego de ingresar a la universidad, conoce en una conferencia a Lee Hyukjae, un estudiante de literatura obsesionado con la mitología griega. Hyukjae irradia un aura fuerte de elegancia, misterio e inteligencia que de inmediato llama la ate...