VIII

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Celos. De eso se trataba todo. Simple, llano y presente en cada etapa de la humanidad.

El plan de Sehun se desarrollaba en tres fiestas bacantes. La primera (donde rechacé a Hyuk cada que intentó acercarse a mí) y la segunda fueron básicamente lo mismo. Era como estar tirando una cuerda de la cual tenía el control absoluto: aflojaba el agarre y luego lo reforzaban. Así mismo, ignoraba a Hyukjae en las reuniones, pero me acostaba con él después.

Hoy, en la tercera y última parte del plan, la cosa era sencilla de explicar, más no de hacer: Provocar celos una vez más.

Al principio intenté hacerle ver a Sehun que no funcionaría. Hyukjae parecía muy arraigado a sus creencias respecto al amor posesivo. Sin embargo, luego de conversarlo un rato, comprendí que mi amigo tenía razón. Todo lo que Hyuk decía sonaba muy bien, de hecho, más de una vez me hizo preguntarme si a lo mejor tenía razón, pero no era sólido. Lucía más bien como la teoría de una práctica desastrosa. 

Cada vez, luego de rechazarlo, venía a mí mucho más fuerte, más decidido y dominante. Lo que hacía le molestaba, la forma en que me follaba lo delataba. No era capaz de ocultarlo. Al mismo tiempo no podía reclamarme nada, solo me preguntaba a qué estaba jugando y yo me limitaba a fingirme desentendido.

Era notorio que una capa de dureza en él se estaba rompiendo, porque comenzaba a percibir más y más ese brillo extraño en sus ojos.

Por mi lado, notaba mi confusión e inseguridades disiparse igual que la neblina se disipa día a día. Por eso escuchar lo que Sehun quería hacer no provocó en mí ganas de salir corriendo y tirarlo todo a la mierda. Al contrario, avivó el fuego y pronto estuve muy caliente de anticipación. 

¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar? Me preguntó él, y mi respuesta lo dejó satisfecho. Me sonrió enormemente. Le dedicó una mirada profunda a Wohyung que le fue devuelta con la misma intensidad. Suerte que Hyukjae estaba en la cocina, y Andy y Sungmin se encontraban distraídos quitándose la ropa, pues a kilómetros cualquiera hubiera podido notar que tramábamos algo malvado. 

—No vayas a ponerte nervioso porque todo se irá a la mierda ¿okay? —me advirtió Wohyung todavía mostrando un dejo de desconfianza.

 Lo entendía. De nuevo los poderosos celos haciendo de las suyas.

 —No te preocupes. Pondré mi mente en blanco. 

—Lo hará bien —me apoyó Sehun. De los tres él era el único al que no le temblaban las piernas.

 La puerta de la habitación se abrió, dejando ver a un Hyukjae que más bien parecía la parte malvada de sí mismo. Entendí que era hora del show y comencé a quitarme la ropa tan rápido como pude. Aquello fue una señal de “luces, cámara, acción” ya que de inmediato percibí la mirada deseosa de Sehun sobre mí. Actué y se la devolví, esperando por Dios que no se hubiera visto falsa. Seguiríamos toda la velada de esta forma, así que debíamos ser creíbles.

 Me tomé varias copas de vino, pues sabía que necesitaría enredarme con Dionisio para poder dejar que mi amigo y su novio me tocaran de la manera en que teníamos planeada.

 Así transcurrieron un par de horas. Yo me entretenía viendo a los demás perderse entre besos y caricias, revolcándose en el lodo del placer que los más bajos instintos les ofrecían. Ya ninguno se contenía por mi presencia, en cambio mis ojos inexpertos los excitaban aún más. Hyuk, en cambio, rechazó a Sungmin cuando se le acercó. A pesar de que ahora la fiesta se estaba desenvolviendo más que otros días, el ambiente tenía un aire pesado imposible de ignorar.

Cuando mis mejillas ya estaban rojas y mi piel empañada por una capa de sudor, dirigí mis ojos a los de Sehun, dándole la señal que ambos estuvimos aguardando. Mi corazón sufrió un vuelco y me quedé quieto, mordiéndome el labio, esperando que llegara a mí.

DIONISIO (Eunhae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora