CAPÍTULO 5. CORRE, FRANKFURT, CORRE!!!

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     9 de mayo de 1946, Hoffmann quien se caracterizaba por ser alguien de lo más planificador y calculador que puede haber, siendo humano y bajo la gran presión que es el estar a cargo de algo tan importante con el tiempo encima, es natural de que en ciertos momentos cometa errores, como el haber dejado muy cerca a los chicos solos durante un rato justo al lado del frente a unos cuantos metros, tal vez no haya sido la mejor estrategia el haber tenido toda la confianza puesta en que se encontrarían con Jordi y Leo en el hotel y todo esto con el fin de no levantar tanto la cabeza para evitar avistamientos, ya sean del lado rojo o azul, al fin todos quieren un poco de gris. 

     Actualmente, se encuentra en Stuttgart con total incertidumbre y yendo a toda velocidad de nuevo a Frankfurt, lo que le tomará un par de horas el regresar con ellos. En el fondo fue la mejor opción que pudo haber tomado, ya que realmente desconocía la situación de Stuttgart y como él no es alguien buscado por el enemigo o por incluso por las mismas tropas de la Wehrmacht comandadas por alguien tratando de tener un comodín a la hora de negociar rendición con el bando enemigo, era mejor no arriesgarse y dejarlo en manos de sus colegas a que ellos los llevasen a Stuttgart mientras él avanzaba al siguiente pueblo "limpiando el camino" y avisando de situaciones de peligro para los chicos. Desafortunadamente, les ha dejado el auto con ellos, por lo que Hoffmann tuvo que ingeniárselas robando un auto a escondidas de la Wehrmacht para evitar los checkpoints que se pueda encontrar en el camino. Cada minuto que pasaba al menos en el camino de vuelta decía por lo menos 1 maldición. 

–Esto es una completa mierda!!! 

–Carajooooo!!, aceleraaaa!!!!! 

–Vamos!!!, más rápido!!! 

–No esperaba que atacaran hoy la ciudad, maldita sea si se supone que la Wehrmacht ya lo tenía bajo control, maldita sea!!!, a esta velocidad que voy al menos lo haré en dos horas, rayos!!!!! 

     Mientras tanto, en el hotel donde se encontraban Jordi y Leo, se encontraban prácticamente atrincherados en el sótano del hotel con cientos de personas más, incapaces de salir ante el bombardeo enemigo que contaba con obuses clásicos y nuevas armas láser de las cuales pueden ser incluso hasta el triple de destructivas que la pólvora, es energía pura básicamente lo que se dispara. Ambos vestían ropa de civiles, pensando en llegar al hotel a cambiarse a uniformes de la Wehrmacht, solo que el ataque enemigo empezó antes de lo previsto.    

–Debemos de hacer algo, ahora! –dice Leo.

–No creo que haya manera de salir ahora, están justamente bombardeando esta manzana, debemos de esperar a que pase el fuego enemigo o que por lo menos se vaya a otro lugar 

–Ya llevamos 15 minutos con esto, los chicos no responden a los mensajes, deben de haber estado justamente afuera en dirección al hotel solo que empezó el bombardeo o se dañó solamente el celular que les dio Hoff o puede ser que sea parte del ataque enemigo el estorbar a nuestras comunicaciones –con voz un tanto alterada.

–Mira!, respira, estás perdiendo la estabilidad emocional y no sirve de nada el pánico en estos casos 

–Ehhhfgg, Fuuughhhh –respirando hondo–, ok, ya estoy más calmada, pienso que tal vez –mirando al rededor– que podamos tal vez acceder a su sótano por medio de este 

–No lo había pensado, tal vez, tal vez el sistema de ventilación conecta a con ellos 

–Pues mira puede ser que yo deba de... –[BUMMMMMMMM!!!!!] explosión.

     Leo fue interrumpida de hablar debido a una fuerte explosión que justo cayó encima del hotel, el pánico entre las personas se desató, todo el mundo lloraba, gritaba, se alteraba o incluso algunos ante la desesperación salieron corriendo a fuera para evitar el ser sepultados en el sótano, todo estaba completamente cubierto de polvo y no se veía nada. 

Hijos de FatherlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora