CAPÍTULO 3. Hamburgo

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    En camino a Hamburgo, de forma rápida y sin detenernos, estábamos pasando a altas velocidades por Berlín y ya casi no escuchábamos los estallidos de las explosiones del campo de batalla que dejamos atrás para empezar a ver el campo o por lo menos faltaba aún la zona metropolitana de la ciudad. 

 –HERMANO!!!, HERMANO!!! VAMOS MUY RÁPIDO, VEO TODO PASAR MUY DEPRISA!!!

–EMMA TRATA DE QUE TUS VISORES NO SE CAIGAN!!!

–OK!!!

     Justo al momento de casi salir de la ciudad por una de las avenidas importantes de esta nos encontramos con el primer obstáculo del viaje y es que justamente el camino estaba completamente bloqueado para la moto por un edificio de cristal o lo que parecía un edificio de cristal colapsó bloqueándonos el paso, no pareciese que hubiera caído debido a los bombardeos de los rojos, sino que tal vez haya sido derrumbado por tropas de la Wehrmacht de manera estratégica para no hacerles el camino tan fácil al enemigo, al fin de al cabo no teníamos la energía suficiente en la moto como para subir los escombros, sí la teníamos, pero eso sería gastar una gran cantidad de energía que nosotros no podíamos desaprovechar así como así, por lo que dimos media vuelta y a toda velocidad lo primero que se me ocurrió fue el encontrar la estación del metro más rápida para lograr el cruzar debido a que si nos alejábamos de aquella zona en particular podría ser que nos encontráramos con la Wehrmacht o con rojos y ¿para qué buscar problemas con una moto robada?.

     A una cuadra a la izquierda de esa misma, justamente como por la misma altura se encontraba de igual manera otro edificio bloqueando el paso y creo que las explosiones y sonidos de temblores son de más edificios que corrieron la misma suerte, cuando hace unos pocos días se mostraban orgullosos; brillantes de cristal; imponente, en cambio, ahora son nada más que escombros semejantes a la tierra. 

     La estación de metro la hallé ahí justo en esa cuadra, ahora un promedio de cuadras que toma el tener que salir a la siguiente estación son aproximadamente unas 20 cuadras ya cuando son las que están al borde de la ciudad para poder traer a gente de la zona metropolitana, no la pensé más e incliné la moto hacia abajo para lograr pasar con cuidado, me sorprendió el seguir viendo alumbrado dentro de la estación iluminándolo todo, y no era casualidad es que HABÍA PERSONAS REFUGIADAS ADENTRO Y YO YENDO A TODA VELOCIDAD: 

–CUIDADO!!!, CON PERMISO!!!, LO SIENTO!!! 

–AHHHHHHHH!!! 

–¿EH?!! 

–¿QUÉ ES ESO?!!! 

–HEY DETENTE!!! 

–LO SIENTO MUCHO, SOLO QUÍTENSE DEL CAMINO!!! 

–HEY DETÉNGASE, EN NOMBRE DE LA LEY!!! 

–HERMANO LA WEHRMACHT NOS HA AVISTADO 

–YA LO SÉ 

     En ese momento la Wehrmacht ya tenía justo motos voladoras también en las vías del tren para nuestra desgracia, justo se les ocurrió la misma maldita idea que a nosotros de viajar por el subterráneo. 

–NECESITAMOS APOYO DE LA CABALLERÍA DE HIERRO, MANDEN REFUERZOS 

–ENTERADOS, YA VAMOS EN CAMINO UN ESCUADRÓN 

     Nosotros, luego de haber esquivado a toda esa gente, al fin logramos el adentrarnos a las vías, solo esperaba no encontrarme con algún tren de frente y que ahí quedemos aplastados. 

–HERMANO, CREO QUE AHÍ VIENEN 

–EMMA HAZ ZOOM CON TUS VISORES Y DIME ¿CUÁNTOS SON? 

–SON 5, SÍ SON 5 MOTOS VOLADORAS ARMADAS CON METRALLETAS 

Hijos de FatherlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora