Capítulo VIII

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«Vôce é mais forte do que imagina.
Acredite»
(Eres más fuerte de lo que imaginas. Creélo).

POV Ashley:

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POV Ashley:

                                  Martes,13 de enero/2021
Querido diario:
El último SMS recibido de Ethan me dejó con unas ganas de matarlo, el muy idiota había leído mis más recónditos pensamientos. Hablé con Alice, le mostré el mensaje. Solo hicieron falta unos segundos para que comenzara a burlarse de mí. Terminamos viendo un maratón de las películas de The Hunger Games, pasándome toda la noche escuchándola hablar del flechazo que siente por Peeta y comiendo helado de chocolate. Esta ha sido  la mejor noche desde que nos mudamos. Pero, a pesar de todo no paro de pensar en él. Llevo dos horas dando vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño y  todavía no lo consigo. Solo me queda contarte todo a ti, donde  único sé que puedo mostrar de verdad todo lo que siento y me atormenta. Alice tenía razón cuando dijo que tengo miedo a que me lastime, es la realidad, pero es mayor el terror que siento cuando empiezo a notar los sentimientos que han empezado a surgir por él.

Guardo mi diario y bajo hacia la cocina con mucho cuidado de no despertar a Alice para beber un vaso de agua.

Al llegar a la cocina me encuentro con mi padre.

—Hola papá, ¿qué haces despierto a estas horas? —digo al observar la tristeza que asoma en su rostro.

—No logro conciliar el sueño —dice entre susurros.

—¿Qué sucedió? —Me acerco hasta la silla en la que está sentado, tomo asiento al frente de él.

Está ebrio. El olor a alcohol se siente.

—Nada hija, tranquila. Ve a descansar, mañana debes despertar temprano para ir a la escuela.

—¿Papá, por qué estás bebiendo?
—pregunto suavemente.

—Hija, déjame solo por favor. —Ruega observándome.

—No lo voy a hacer, estuviste para mí siempre que pasaba por mis peores momentos, eres mi padre y siempre te voy a apoyar como tú lo haces al defenderme de mi madre cada vez que lanza sus insultos.

Su mirada se entristeció cuando mencioné a mi madre.

De hecho, no la he visto desde que se fue por la mañana al supermercado.

—¿Es mi madre verdad, qué le sucedió? No ha regresado desde que se fue esta mañana a hacer las compras —susurro despacio.

—Ay hija —dijo con un resoplido, observándome como si fuera una copa de cristal a punto de estallar en pedazos.

—Papá, por favor, dime que sucedió,
me estás asustando y el encontrarte en esta situación a estas horas de la noche tampoco ayuda mucho —digo mientras mantengo la mirada en él.

El día en que te conocí  (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora