"Descalificar"
2001Alex aguardó un momento por una reacción, la que fuese. Como no ocurrió, bajó despacio su tenedor y lo colocó sin fijarse en la posición. Enseguida Eric le frunció el ceño desde el otro extremo de la mesa. El tenedor no va ahí, el tenedor no va ahí, el tenedor no va...
Su familia lo crió con muchas normas. Sí, Eric podía ser un poco estricto, pero eso era todo.
Lo reacomodó y sonrió a manera de disculpa. Él continuó comiendo.
—¿Entonces...?
Eric rodó los ojos.
—¿Qué quieres que te diga? —Se tomó un momento para sujetar el vaso y darle un sorbo. Lo colocó exactamente en el mismo espacio después—. Realmente no es como que fueses a hacer...algo allí, tú entiendes.
Alex abrió y cerró la boca. Lo pensó por unos segundos.
—¿Qué quieres decir con eso, Eric?
Su novio resopló.
—Bueno, es obvio. Mala paga, demasiadas horas. Alex, los dos sabemos que tienes un trabajo que nadie quiere hacer, es por eso que lo conseguiste tan rápido. Limítate a hacer lo que te dicen —Eric le restó importancia con un gesto, luego siguió comiendo.
Como si nada.
Alex tenía una ligera punzada en el pecho. No es cierto, quería decirle. Entrené mucho. Me viste. Llegaba cansado todos los días, me lastimé, me dejaron en urgencias más de una vez.
Bajó la mirada.
Eric simplemente no entendía.
Estaba seguro de que no quiso usar esas palabras. No quiso que sonara así.
¿Cierto?
(Excusas, excusas, excusas. Tenía que excusarlo)
—Por eso te he dicho que deberías trabajar conmigo —añadió Eric, tras un rato. El «conmigo» tenía una connotación casi burlona que lo hacía sonar como un «para mí»—. Al menos, gastarías tu tiempo en algo que sea productivo para nosotros.
Alex mantuvo los ojos en la mesa, incluso cuando comenzaron a escocerle. Ya, ya, ya, suplicaba.
Ya sé que no te gusta.
Ya sé lo que piensas.
Ya sé que es una mierda.
2006
A Dane casi se le cayeron los libros que acomodaba de vuelta en el estante cuando lo escuchó. Maniobró de una forma muy cómica al atraparlos en el aire, soltó un dramático suspiro, los dejó en su sitio y lo observó de reojo.
Alex estaba en el mueble de la sala. Lo veía de espaldas hasta unos momentos atrás cuando decidió contarle de la misión que podrían darle en el escuadrón.
—¿Es en serio? —Una sonrisa crecía en el rostro de su novio al acercarse.
Alex asintió.
—Sé que no es la gran cosa, pero...
—¿Que no lo es? ¿Quién dice que no lo es? —Dane tuvo que agacharse un poco para que quedasen a la misma altura, lo que facilitó el que le diese un beso largo, lento. Se sentía ligeramente aturdido cuando se apartó—. Tú querías esa misión desde que oíste que hablaban de ella, Alex, esto es muy bueno. Felicitaciones. ¿No te dije que mi novio es el mejor? —Elevó la barbilla—. Tengo tan buenos gustos. No, no- en serio, estoy saliendo con un héroe prácticamente, ¿te has dado cuenta? Soy muy afortunado. Claro que también es por mis buenos gustos y mi capacidad de convicción para que accedieras a salir conmigo, pero aun así, soy muy afortunado —bromeó, guiñándole.
Alex se echó a reír, sus protestas sobre lo que decía acalladas con más besos. No se daría cuenta de inmediato, pero ese miedo helado instalado en el fondo de su estómago, igual a un bloque, se derretía; los cosquilleos de una emoción más cálida eran los responsables.
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Alex tiene que hablar
RomansaHay días en que Alex cree que ya todo está bien: tiene un buen trabajo, tiene buenos amigos, tiene un novio al que adora. Y otros días, lo recuerda a él. Por difícil que sea, hay que hablar de las personas que nos dañaron para comenzar a sanar. ➢His...