DOS AÑOS DESPUÉS[Leonardo Pereira]
— ¿Esta vez qué toca?— susurré suavemente contra su garganta hundiéndome en ella.
— Que me folles — jadeó.
— ¿Estas segura? — volví a empujar.
—¡Mmja! —expresó mordiéndose los labios para no gemir.
Le sostuve las caderas y le di con fuerza, entonces no se contuvo más y termino arqueando la espalda en una curva perfecta .
—Mentira... eso fue ayer.
—Lo sé. — gruñí con voz ronca y me acomodé entre sus piernas para facilitar el acceso de una mejor manera. La miré a los ojos y deje que me rodeara el cuello con sus brazos.
Embestí suavemente y con delicadeza sin perder el contacto visual. Procuré ser tierno, pero sin olvidar el toque dominante que ella adoraba. Nos dedicamos en disfrutar el momento, cada roce y sensación. No había urgencia ni prisa de nada. Eso era hacer el amor y ambos lo sabíamos, entonces, me deje venir junto con ella.
No pude evitar expresar mi deseo y amor por ella. Entonces lo dije.
—Cásate conmigo. — susurré contra sus labios, jadeantes.
Ella sonrió al escucharme y después suspiró. Me tomó de ambas mejillas y me plantó un casto beso.
— Ya te dije que no me casaré contigo, Don insistente.
—Bueno, lo intenté —respondí dejando escapar un gruñido al levantarme de la cama. —Cómo sea, la tercera es la vencida.
— Si fuera la tercera te creería —respondió divertida cubriéndose con las sabanas — Pero esta es la quinta vez que me lo pides.
—¡Oh, mierda! — exclamé poco sorprendido y caminé directo a la ducha recordando con humor todas las veces que me había rechazado —Soy un jodido rogón.
Tendríamos un evento muy importante al cual debíamos asistir. Pues habría varios empresarios que posiblemente estuviesen interesados en invertir en nuestro nuevo negocio. Nos alistamos de manera formal y Sara se encargó de elaborar diversos contratos por si llegáramos a convencer a más de uno.
— Te ves hermosa —dije al verla envuelta en un discreto vestido negro. Ella sonrió y acercándose hasta mi todavía descalza, se levantó de puntitas y me besó. Yo la tomé de las nalgas y la apreté contra mi.
— Gracias, ¡Don rogón!
Fui al cuarto de los niños para despertarlos y llevarlos a desayunar mientras Sara terminaba de arreglarse. Comencé con Ana: Fue a la primera que vestí. Un vestido amarillo, calcetas blancas y zapatos negros. Peine su oscuro y corto cabello que até en dos coletas las cuales sostuve con un listón del mismo tono que el vestido. Proseguí con Sebastián: una pequeña camiseta azul y pantaloncillos del mismo color, calcetines blancos y zapatos negros. Le di una suave pasada en su cabello.
— Bien —suspiré al verlos — Ahora vamos a...
— ¡Leo, ya llegó la niñera! — me informó Sara, que ya estaba más que lista.
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¡ELLA ES MI DESASTRE! ™
Romance[ ESPECIAL: ¡LA CHICA DESASTRE!] No se trata unicamente de estar enamorados. No se trata solamente de desearse. No se trata simplemente de amarse. Es mucho más que eso... Nuevas situaciones que nos harán reír, enojar y amar. La breve continuación d...