CAPITULO 14

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CONFIANZA

|Sara Stone|

Salimos tomados de la mano por recepción y comenzó a caminar en dirección al restaurante del hotel. No pudo parecerme más raro que nuestra primera salida fuese en el mismo hotel habiendo tantos lugares justo en la playa para recorrer.

— ¿Pasa algo? — cuestionó incomodo cuando me detuve.

— Vamos fuera, en la noche cenamos aquí — sugerí.

— Sara, vamos a comer aquí — dijo — Un amigo nos esta esperando.

—¿Amigo? — pregunté sorprendida y no pude evitar fruncir el ceño — ¿Por qué un amigo estaría aquí en nuestra luna de miel?

— Es un empresario muy importante aquí en México y...

Me alejé de golpe.

—¿Así que... solamente viniste a Cancún por negocios?— musité interrumpiéndolo.

 No sabía que estaba sintiendo con exactitud, pero decepción era uno de esos tantos sentimientos.

— No, nena. — se defendió — Le comenté que hiciéramos negocios en Madrid una vez que regresara de mi luna de miel, pero él dijo que estaría por aquí, así que quedamos. Sara, nuestro negocio apenas esta creciendo, por eso debemos aprovechar cada oportunidad que se nos presente.

— Yo te he buscado a los mejores socios por todo España y ni siquiera te has dignado en llamarlos — le reproché molesta sin llegar a gritar. — Apenas y me tomas en cuenta en tus asuntos a pesar de que quedamos en trabajar como un equipo.

— Nena, te estoy pidiendo que vengas a la cena conmigo. — respondió. — ¿Puedes confiar en mi?

— Y una mierda, Leonardo.

— ¿Y eso qué significa? — pregruntó con un astibo de rabia.

— Que disfrutes tu cena — musité y sin esperar una respuesta suya salí del hotel a toda prisa.

A medio camino me giré para ver si me seguía, pero no, no lo hizo.

Me sentía molesta e irritada, pero sobretodo, me sentía triste. Todo parecía un cuento de hadas, casi perfecto y él lo había arruinado todo con sus negocios.

Comencé a caminar sobre la orilla del mar sintiendo el agua sobre mis pies donde la arena me rozaba ligeramente. La sensación era cálida, fresca y armoniosa. Se sentía tan reconfortante cuando miraba como la luna se reflejaba sobre la inmensa oscuridad del mar. Sin embargo, una sensación molesta en el pecho me hacía querer llorar, lo cual, no hice en absoluto. Entendía que el perder su empresa no había sido fácil y cada oportunidad que se le presentara era oro para él y solo... Talvez me había comportado como una egoísta.

 No podía echar a perder nuestras vacaciones, así que una vez regresáramos a la habitación podríamos hablar sobre lo que cada uno había hecho mal y tener una buena dosis de sexo como reconciliación.

Regresé al hotel una hora después de haber pensado un poco mejor las cosas. Tenía la intención de pedirle que me llevase a cenar mariscos y al volver, follar lo que restaba de la noche. Pero al entrar a la habitación me di cuenta de que él no estaba.

¿Saldría a buscarme?

Bajé al restaurante del hotel y no había ni un solo rastro de él, por lo cual supuse que si había salido a buscarme. Aproveché y cené con calma por si se dignaba a regresar por aquí, pero media hora más tarde ya estaban cerrando el lugar, así que me di por vencida y regresé a la habitación con la esperanza de encontrarlo ahí.

De nuevo, no había regresado aún.

Me puse mi ropa de dormir y me acosté sobre la cama que permanecía tendida. Abracé la almohada y cerré los ojos deleitándome con el sonido que hacían las olas al chocar contra la costa. Una de las mejores sensaciones del mundo, pero eso no era suficiente para llenar el vacío que sentía en el pecho. Me quede así por un buen rato hasta que el silencio de la madrugada me hizo consiente de que él estaba abriendo la puerta de la habitación. No me incorpore y lo enfrente, simplemente fingí estar dormida mientras lo escuchaba desvestirse y tomar una ducha fugaz. Miré el reloj de cabecera y me di cuenta de que estaban por ser las tres de la mañana.

« Cabrón de mierda», pensé furiosa.

Se metió bajo las frías sabánas junto conmigo y dejando escapar un fuerte suspiro, se giró sobre el lado de su cama dándome la espalda por completo.

¡ELLA ES MI DESASTRE! ™ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora