COMPROMISO.|Sara Stone|
—No pierdas tu tiempo hablando con ella. Vamos a otra mesa — dije.
— ¡No! — se zafó de mi agarre abruptamente — Esta perra me va a escuchar. Ha venido hasta mi a decirme que...
—Sara, no hagas un escándalo — musité irritado — Todos nos miran.
Miró a su alrededor cuidadosamente. Y agradecí quebrada comprendiera. Suspiró y después me miró arrepentida. Se aferró a mi mano y decidió seguirme.
— ¿De verdad crees qué Leonardo se casará contigo? — pero estaba claro que Clarisa no lo dejaría pasar.
Sara se detuvo de golpe y apretó con fuerza mi mano. No conforme con eso, se giró hacia ella y la miró con rabia.
Estaba realmente furiosa.
—¿Y tu qué sabes de nosotros? — preguntó manteniéndose molesta.
— Él no es hombre de compromisos y su prueba de ello es lo mucho que duro comprometido con Amelia. Lo mismo pasará contigo.
— ¿Cómo es que volviste, Clarisa? — cuestioné amargamente.
Me había encargado de mandarla lejos de la ciudad a cargo de la administración de un rastro. Conseguí que no fuese contratada por parte de ninguna de las empresas más importante de todo Córdoba. ¿Qué hacía aquí?
Ignoró mi pregunta.
— Han pasado tanto tiempo juntos y todavía no te das cuenta de que Leonardo no es un hombre de compromisos.
— Estas tan equivocada, chula — respondió Sara con una calma exagerada. Soltó mi mano y caminó con suma seguridad hacía Clarisa, cuando hace un rato no podía caminar sin que se le doblaran los tobillos. — Tal parece que no lo podemos mantener más en secreto después de todo —. Me miró de reojo.
Todo el mundo estaba atento y para mi desgracia, no tenía ni idea de lo que fuese a salir de aquella boca tan problemática. Pues estaba convencido que algo se le había ocurrido.
—Sara — Murmuré impaciente. — Déjalo ya.
— Leonardo y yo nos vamos a casar en un mes. — finalizó con convicción.
El silencio reino el lugar y como era de esperarse, Clarisa se quedo en blanco. No, yo también lo estaba. ¡¿Pero qué carajos?!
— Así es, Leonardo Pereira me propuso matrimonio — le gritó en la cara — No una, sino más de tres.
— Sara, ya basta, amor. — dije intentando parecer despreocupado. Pero en el fondo estaba enfadado y ese enfado crecía cada vez más. Pues todos nos miraban.
— Además, para que te quede claro — dio dos pasos más hacia ella y como si fuera posible, se paro de puntitas para poder alinear sus rostros — ¡Ya tenemos dos bebés! No uno, ¡dos!
Bien, ya había sido suficiente.
La tomé del brazo y la llevé conmigo en dirección al auto. No podía permitir que hiciera más el ridículo. No podía otra vez aguantar sus... Actitudes inmaduras.

ESTÁS LEYENDO
¡ELLA ES MI DESASTRE! ™
Roman d'amour[ ESPECIAL: ¡LA CHICA DESASTRE!] No se trata unicamente de estar enamorados. No se trata solamente de desearse. No se trata simplemente de amarse. Es mucho más que eso... Nuevas situaciones que nos harán reír, enojar y amar. La breve continuación d...