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George tocó la puerta de la oficina de su padre.

—Pase —se escuchó en respuesta.

—Papá, ¿estás ocupado?

—Un poco. ¿Necesitas algo?

—Quería hablar contigo sobre algo.

—Claro, George. Siéntate.

George se sentó en la silla frente al escritorio de su padre e intentó buscar las palabras adecuadas para poder expresarse.

—Quería hablar contigo antes que con mamá porque... Bueno, tú sabes. Eres mucho más comprensivo y pues... ambos somos hombres y no sé... ¿tal vez nos entendemos más?

—Creo que entiendo.

—Bien. Hay una persona que causa algo en mí. No sé qué sea ese algo, pero creo que puede ser que me guste. Realmente no sé si me guste porque nunca me ha gustado nadie y supuse que tú podrías ayudarme.

—¿Cómo es esa chica?

—Es que no es... —George se mordió la lengua para no hablar de más—. Es una persona muy linda tanto en su apariencia como en su personalidad, es inteligente, le encanta hacer muchas cosas y es muy amable.

—Se oye como una chica linda.

—Sí...

—No me sorprendería que te guste. Alguien así le gustaría a cualquiera.

—¿Pero cómo sé si me gusta?

—Es una pregunta un poco difícil porque no todos actúan de la misma manera cuando les gusta alguien. Algunas personas suelen ser más cariñosas y algunas personas son todo lo contrario. Pero si te imaginas en un futuro casándote con ella o simplemente de una manera romántica, lo más probable es que te guste.

George se imaginó casándose con Dream, besándose frente a todo el país y simplemente no pudo evitar avergonzarse.

—¿Qué pasa? —le preguntó su padre agraciado por su reacción—. ¿Te has dado cuenta que te gusta?

—Creo que sí.

—Deberías traerla al palacio para conocerla. Si es como dices, seguro les agradará a todos y ya que tanto insiste tu madre con la boda, tal vez sea la indicada.

—Supongo. Gracias, papá.

George salió de la oficina y se topó justo con Dream.

—¡Casi me asustas! —le gritó George—. ¿Me estabas espiando?

—Solo pasaba por aquí.

—¿Y justo coincide conmigo?

—Exacto. Gran coincidencia, ¿no?

—Seguro que no escuchaste nada.

—Nada, nadita. ¿Me perdí de algo?

—No, para nada.

Dream solo sonrió como de costumbre lo que irritó más a George. Estaba seguro que eso no era una coincidencia. Dream seguramente lo estaba espiando porque quería molestarlo.

—Eres horrible, ¿sabes?

—¿Te gusta tocarte pensando en personas horri-

George le tapó la boca antes de que Dream siguiera hablando.

—¡Calla! ¡Alguien te pudo haber escuchado!

—¿Y? ¿Qué hay de malo con eso?

—Te hago recordar que si tienes este trabajo es por mí. Así que haz lo que yo digo.

Príncipe George [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora