Siento algunas gotas caer en mi cara, una pequeña maldición se escapa de mis labios, ¿tanto les cuesta dejar dormir al prójimo?
Más y más gotas, se están esforzando mucho en hacerlo parecer lluvia.—¿Estará bien?
—¡No te preocupes por un ebrio cuando estás conmigo!
Ese grito, esas voces.
¿Quiénes son esos?¿Dónde carajos estoy?
Abro mis ojos, el cielo grisáceo opaca mi vista, las gotas chocan contra mis mejillas, ¿estoy en la calle?
Me siento con lentitud y el dolor de cabeza explota. Miro alrededor tomando mi cabeza, el callejón ha servido de morada para la noche, pero, ¿qué hice anoche?
«¡Dios! Debo dejar de tomar... Debo dejar de tomar tanto».
Aún tengo mi suéter, mis zapatos y mi billetera, bien, al menos aún hay respeto por los jóvenes ebrios. Me pongo de pie y todo da vueltas, todo el licor está a nada de salir, lo trago con dificultad, mi estómago da un vuelco. Fue una mala idea...
Me apoyo de la pared y veo la hora en mi teléfono; 8:30 am, tengo una hora, solo una hora.
«¡Carajo! Debo dejar esta relación amor-odio con el licor por mi bien físico, porque apenas dejo de tomar y los demonios quieren volver».
Amo olvidar mi borroso pasado con el licor, pero como odio la resaca, Dios, dame un milagro y elimina la resaca de este mundo, o elimina los recuerdos.
Dios, hagas lo que hagas, al menos permíteme vivir en paz.
[———————]
Me toma más de lo que espero llegar a la universidad, el dolor de cabeza no ayuda, el mareo tampoco, pero al menos llego.
No me detengo ni por un segundo, ni siquiera la veo, esperaba verla, pero ya no puedo, no tengo tiempo.Me adentro a mi edificio, los primeros cinco escalones los subo bien, el sexto lo veo moverse, piso, ahí voy.
—¡Oh! Mikey, más cuidado amigo.
Si estuviera más ebrio seguro lo beso por salvarme de mi caída.
El chico de cabello castaño y ojos azules me mira con una sonrisa de lado mientras me sostiene con fuerza para evitar que caiga.
—Mikey, ¿puedes pararte? —Su voz calmada me transmitió paz.
—Creo —suelto con un tono grave.
Vaya, mi voz está hecha mierda. Me pongo de pie por mi cuenta, aferrado a la baranda como un bebé que se aferra a su madre temeroso a caer.
—Viejo, me preocupas —Todo rastro de calma se ha ido.
—Estoy bien —suelto la mentira de la forma más convincente.
La cabeza me está matando, los mareos me hacen sufrir de vértigo y los recuerdos golpean la puerta, obviamente no estoy bien. Por la mirada del castaño es obvio que no me cree, coloca mi brazo alrededor de su cuello y se endereza.
—Vamos, Mikey, te daré algo para la resaca —Y de nuevo su voz calmada aparece.
—Gracias, mamá —susurro con algo de burla.
Él ríe divertido. Yo no puedo reír el dolor no me deja, pero al menos una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro, disfruto esto.
Entramos a nuestra habitación, él va directo a la cocina a calentar una sopa de microondas, yo me voy al baño para sacarme el olor a alcohol y vomito.
Mientras limpio mis dientes veo mi reflejo, mi cabellera rubia está totalmente despeinada parece la melena de un león, mis ojos grises combinan con esas hermosas ojeras, mi piel está un poco más pálida que de costumbre y mi labio está roto, ¿me pelee con alguien de nuevo?
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Street of Sin
Action"Hasta la persona más insignificante se puede dar por vencido y terminar a merced de la oscuridad". ¿Como podría llegar alguien como él, alguien "normal" a la mafia? ¿Qué tan cruel puede ser el destino, para mandarte a las manos de los demonios de l...