12| Informante

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Logan Lee, el nombre del pobre desgraciado al que habíamos secuestrado, era un integrante de "Cerbero", un simple peón. No era el jefe... Pero, no fue nuestra culpa.

Ese era el auto del jefe, su casa, sus cosas... Todo era suyo, pero él no estaba.

La noticia nos llegó después de que llegamos a la mansión ese día, estaba con Auri cuando Massimo llegó y ordenó una reunión. En efecto, esa era la casa del jefe de "Cerbero", su rutina, el plan no tenía fallas... Pero una apareció, una que sacudió toda la familia Salvatore.

"Hay un traidor entre nosotros".

Solo esas palabras bastaron para que todo se pusiera de cabeza.

El traidor había informado a Cerbero de nuestro plan, de lo que pensábamos hacer, y ellos pusieron sus cartas en la mesa; un cambio rápido de personas, un sacrificio, y una bomba de información que haría de todo un caos.

Pasaron unos días, las cosas no se calmaron, empeoraron. Las miradas de desconfianza llenan la mansión, los susurros de acusación igual.

Si esto sigue así... Todo se irá al carajo.

Él italiano se adentra a mi habitación sin tocar, Auri da un pequeño salto gracias al susto, la bandeja con los platos de mi desayuno se tambalea peligrosamente, pero no cae.

—Lamento haberla asustado señorita —susurra Massimo.

—No-no importa.

La morena deja escapar una risita nerviosa, besa mi mejilla y sin previo aviso sale a toda velocidad del cuarto... ¿Por qué parece tan asustada?

—Raro.

—Si que lo fue —comenta Massimo.

—Debe estar alterada, ya sabes. Por el caos que hay afuera —susurro.

—Si, la mansión es un desastre.

Un suspiro cansado sale de los labios del italiano, me acomodo contra el respaldar de la cama; él nunca me visitaría solo porque si, ¿qué irá a pedirme esta vez?

—Tu salvaste a Piero, ayudaste a Gianna salir de aquí, proteges a Alexei a pesar de no merecerlo y Adney habla bien de ti, creo que no hay persona en la que pueda confiar aparte de ti.

Confiar en mí, ¿para qué...?

Massimo nota mi confusión; deja a la vista su sonrisa divertida, la que usa para ocultar su maldad.

—Necesito que alguien descubra quien es el traidor, y eres en quien confío para hacerlo.

—¿Quieres que lo haga yo? —pregunto confundido.

—Yo confío en que puedes descubrirlo, confío en que sabrás que hacer, Mikey.

—Pero yo, nunca he sido bueno investigando.

—No lo harás solo, quiero que vayas a esta dirección —Me entrega un papel—, ahí te esperará nuestro informante, quiero que trabajes con esa persona para descubrir al traidor.

—Oh, está bien.

—Buena suerte, Mikey.

De la misma forma que aprecio, desaparece, sin decir más. Auri vuelve unos minutos después, abro mi boca para preguntar por su comportamiento, ella me calla con un abrazo.

—Ultimamente se ve tan irritado, tan peligroso, tengo miedo, Mikey —susurra.

Su voz tiembla, sus manos se aferran a mi. La abrazo con fuerzas, dejo su rostro contra mi cuello mientras le doy caricias a su hermoso cabello.

Street of SinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora