Tan pronto como su padre murió, Odette sintió una flecha venenosa atravesar su corazón, y con él, recuerdos ocultos en su memoria que la aterraban cada vez más. Cierta parte de ellos eran borrosos o no existían, creando la incógnita y preguntándose...
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Odette estaba terminando de amarrar sus baletas de ballet, aquellas que solo usaba para las nacionales que su padre le regaló con tanto amor, y que solo le recordaba que hace un año el ya no estaba con ella, ayudándola a llevar el cruel mundo exigente en el que ahora estaba sumergida.
Su figura más influyente ya no estaba, y no sabía si renunciar a la vida o sobrevivir.
En Spotify, puso The Greatest de Sia, era la favorita de ella y su padre, le gustaba la forma en que la melodía la acogía, dando piruetas y cayendo con tanta delicadeza, demostrado su buena flexibilidad capaz de hacerla parecer la niña del exorcista. Tan pulcra y elegante como su padre le había enseñado.
Su padre le enseñó a bailar y dedicarse al arte del ballet. Y su madre a cazar y a tirar el arco. A pesar de que ambos venían de mundo distintos, sus padres deseaban cosas diferentes. Su padre venia de una familia con buena capital, llena de empresarios e inversionistas, con amor a los lujos y grandes ciudades y, aun así, Robert Page adoraba el bosque, el campo y los animales, lleno de pureza e inocencia hacia el mundo, siempre positivo. Al contrario de Lorain Page, quien venia de una granja, vida silvestre y duro trabajo en el campo, tuvo que sacar sus estudios adelante sin casi recursos económicos, se sentía avergonzada de quien era y lo que tenía, y en cuanto tuvo dinero, escapó, dejando atrás su vida en el campo, enamorada de los lujos y la ciudad, todo lo contrario, a su esposo, estaba llena de pesimismo y mal humor. Aun así, ambos sacaron un matrimonio adelante, teniendo 3 hermosos hijos.
Odette se detuvo ante la sensación de miradas en ella nuevamente, haciéndola paranoica. Apretó sus puños, impotente, cansada de sentirse así. Tal vez si cazaba un poco se sentiría mejor.
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La flecha atravesó la cien del dulce conejo blanco que la pelirroja había cazado con tanto empeño. Al menos llevaría de comer a casa para sus hermanos. No comía ningún animal que cazaba, no podía soportar el hecho de comer algo que mató, aunque sonara absurdo.
⎯⎯⎯⎯Seguro ni siquiera tendrás el empeño de comerlo. No comes nada que caces, Oddy.
La pelirroja jadeó del susto e impresión, tomando una flecha y tensando el arco, apuntando a todas las direcciones.
⎯⎯⎯⎯ ¡¿Quién eres?! ⎯⎯⎯⎯gritó, asustada. Podía sentir aquella sombra moverse entre los árboles, la cual solo veía de reojo, tratando de alcanzarla con su mirar.
⎯⎯⎯⎯Estuvimos aquí hace 7 años. ¿no puedes recordarlo?
Aquella voz se oía tan lejana y tan cerca a la vez, confundiéndola. Aquella voz tan cruda y arrastrada, susurrante y masculina. Era un hombre, uno joven.
⎯⎯⎯⎯Muéstrate ⎯⎯⎯⎯murmuró, molesta.
Nada. Todo volvió a estar en silencio y el viento dejó de soplar. Bufó, molesta al no tener respuestas.
Frente a ella cayeron dos objetos lentamente, tan suave como una hoja, aquello llamó su atención. Curiosa, se empinó para tomar aquellas que eran unas fotografías, en malísimas condiciones y muy viejas. En una, se encontraba una Odette de 5 años que le tomaba la mano a un ser extremadamente largo y alto con traje y sin cara y en la otra imagen se veía a ella de 10 años, tomando la mano de un chico de aproximadamente 18 o 17 años de edad, llevaba capucha y un cubrebocas.
Y mientras más miraba las imágenes, más perturbada parecía y mas el miedo y la confusión se apoderaba de la muchacha de cabello rojo.
¿Era una broma de mal gusto? ¿Por qué no recuerda haberse tomado esas fotos? ¿por qué no recuerda quienes eran ellos? ¡¿Qué carajos era eso cosa tan larga y humanoide?!
Empezó a jadear del terror y sintió de nuevo como era vigilada, sus ojos se volvieron llorosos por el miedo y llevo ambas manos a su cabeza ante los susurros interminables que empezaron a aparecer, como interferencias que se hacían cada vez mas fuerte haciendo que cayera de rodillas al suelo.
Quería gritar, pero no podía, quería a su padre, lo extrañaba ¿por qué había tenido que irse?
⎯⎯⎯⎯Llora, pequeña niña. Se que tienes problemas paternales...
Las lagrimas se deslizaron por sus mejillas al escuchar aquella voz masculina de nuevo y un continuo crujido de entre los árboles.
⎯⎯⎯⎯ ¡Quiero a papá!
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Odette estaba acostada en la cama de la casa de la piscina, se había desentendido de su madre y hermanos y ellos no parecía importarles un mínimo. Tenia ojeras y llevaba sin dormir 2 noches seguidas, asegurando ver una sombra alta acechándola en el bosque o incluso ver a una figura de un joven entre los árboles.
⎯⎯⎯⎯ ¡Odette! ⎯⎯⎯⎯su madre llamó a la puerta, provocándole un gruñido. Se levantó sin ganas, con su cabello desordenado y un pijama.
⎯⎯⎯⎯ ¿Qué? ⎯⎯⎯⎯preguntó, frunciendo el ceño.
Ahí estaba de nuevo esa tensión que existía entre su madre y ella, una tensión de enemigas.
⎯⎯⎯⎯ ¿Qué haces?
⎯⎯⎯⎯Sobrevivir, ¿y tú? ⎯⎯⎯⎯su madre frunció su ceño, más molesta de lo que solía demostrar.
⎯⎯⎯⎯Que chistosa, Odette Karin ⎯⎯⎯⎯la de pelo rojo rodó los ojos al escuchar su segundo nombre ⎯⎯⎯⎯Ve al bosque y caza un venado. Lo necesito para la cena.
⎯⎯⎯⎯Pues ve al bosque y hazlo tú ⎯⎯⎯⎯lo siguiente que recibió fue un golpe en su mejilla que no esperó, pero no le sorprendió. Aquello la dejó estupefacta en el suelo, llena de impotencia.
⎯⎯⎯⎯ ¡Te estoy pidiendo que lo hagas tú! ¡No vuelvas a faltarme el respeto! ⎯⎯⎯⎯Lorain podía ser repentinamente violenta. Su madre se fue por su camino, directo a la mansión del bosque.
Odette apretó sus dientes y se levantó del suelo con una mano en su mejilla. Se cambió rápidamente de ropa y tomó su arco y flechas, lista para cazar.
Mátala. Mátala. Mátala. Mátala.
Ese solo pensamiento atravesaba la cabeza de la adolescente mientras oía interferencias. Tapó sus oídos, soltando un quejido por el fuerte ruido.
