Capítulo 2: Gracias.

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Hace horas que estaba en esa pequeña sala de espera, llena de desconocidos absortos en sus teléfonos móviles o propios pensamientos, ajenos a ella, que nerviosa recorría la habitación de un lado al otro. Observaba en el reloj de su muñeca como los minutos pasaban y no recibía ninguna noticia de su amiga. Emma había preguntado varias veces a los enfermeros que pasaban por allí, pero nadie supo darle información sobre la operación de Elsa.

Su cuerpo continuaba cubierto por la suave manta con la que Killian la había tapado en la ambulancia. Podría haber subido a su planta y cambiarse de ropa, pero no quería moverse de allí hasta que recibiese alguna noticia.

Su cabello ahora lucía en una coleta alta que caía sobre su hombro derecho y sus manos ya estaban limpias, no quedaba ni rastro de la sangre que antes las cubría. Sus ojos estaban rojos, irritados de tanto llorar, y su maquillaje totalmente arruinado, manchando su pálido rostro.

Se acercó a la ventana que estaba junto a la máquina de café y apoyó su frente sobre el frío cristal, empañado por la lluvia. Cerró los ojos e intentó dejar su mente en blanco. Podía sentir como las gotas de agua golpeaban el ventanal, y le gustaba, el sonido de la lluvia siempre había tenido un efecto calmante sobre ella.

El ruido de la puerta al abrirse la sobresaltó, provocando que su cuerpo se volviese a tensar. Inconscientemente, abrió los ojos y se dio la vuelta lo más rápido que su cansado cuerpo le permitió. Al hacerlo se encontró de frente con una mujer de su misma estatura, cabellos morenos y mirada fría, que se acercó hacía ella de manera apresurada y con movimientos nerviosos.

—Señorita Swan —Comenzó a hablar la mujer, que vestía un traje de enfermera de una blancura impecable y sobre sus hombros llevaba una pequeña chaqueta azul —.Su compañera está fuera de peligro.

—Oh, ¡Dios mío! Gracias señorita Blue —dijo Emma, sintiendo como todos los nervios la abandonaban de golpe.

—No me de las gracias a mí, si no al Dr.Jones, él es el que ha hecho un magnifico trabajo reclamó Blue.

—¿El Dr. Jones? —preguntó Emma.

—Sí, él fue la persona que os encontró en el callejón —respondió la mujer.

Emma se quedó pensativa por un instante, no podía creer que el apuesto hombre que había salvado la vida de su amiga era el mismo del que tanto había estado escuchando hablar en el hospital en los últimos meses. Todos comentaban que era el mejor cirujano de Los Ángeles y que operar con él era una gran oportunidad. Había sentido una gran curiosidad por conocerlo pero nunca coincidieron en la misma planta, y jamás se hubiera imaginado hacerlo de esa extraña forma.

—¿Me está escuchando?— preguntó la severa mujer moviendo su mano frente a los ojos de Emma, reclamando su atención.

—Sí, perdone— se disculpó —¿Cuándo podré ver a Elsa? —Estaba ansiosa por recibir una respuesta.

—En cuanto termine su turno —dijo Blue, mientras se daba la vuelta en dirección a la puerta de quirófanos.

—Espere —gritó Emma, agarrándola del brazo —¿Cómo mi turno? Necesito ver a Elsa ahora — suplicó mirándola intensamente a sus impasibles ojos marrones.

—Suélteme señorita Swan —exigió, guiando su mirada a la mano de la rubia, que sujetaba con fuerza su brazo izquierdo —o le abriré un expediente —amenazó aprovechándose de su cargo de jefa de enfermeras.

La tensión entre ambas mujeres era evidente, pero Emma soltó el brazo de Blue cuando sintió como una mano tocaba su hombro derecho. Se giró bruscamente y se encontró con la mirada de un hombre, tenía cabellos rubios y vestía una bata blanca sin abrochar, dejando ver la cómoda ropa de cirujano, de un azul oscuro.

BROKEN HEARTS (CaptainSwan AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora