— ¿Qué? — cuestionaron Alfa y Omega delante del doctor que seguía escribiendo en su computador el expediente del Omega.
— Lo que escucharon, está en gestación, Sr. Bakugou — repitió el doctor mirando la reacción de los recientes futuros padres quienes tenían miradas perdidas en algún punto del consultorio — les dare algunas indicaciones para su embarazo Sr. Bakugou, lo mejor sería acudir desde ahora a su ginecólogo para cuidar de su embarazo... — dirigió sus ojos hacia su computador leyendo el expediente médico del Omega — Es todo un milagro siendo usted un Omega regresivo, aunque debo decir que aún puede estar en etapa de riesgo, por lo tanto, le pediré que se abstenga de espacios llenos de estrés, movimientos fuertes...
El doctor seguía hablando aunque ninguno de los dos presentes estuviera prestando la suficiente atención, sólo había una palabra que resonaba en sus cabezas.
Embarazo.
Embarazo.
Embarazo.
Embarazo.
¡Embarazo!
Ya para cuando salieron del Shock, Izuku y Katsuki se encontraban sentados en el piso del baño porque que al peliverde le atacaron unas náuseas mientras se servían la cena.
Izuku miró a su esposo quien lo observó igual sin saber que decir exactamente, ninguno de los dos espero, es más, nisiquiera habían planeado o hablado de querer tener un cachorro.
Apesar que llebavan cinco años casados y desde la infancia conociéndose ninguno de los dos se planteo ser padre, es más, como dijo el doctor era casi imposible que un Omega regresivo pudiera gestar por su pequeño útero.
¿Cómo había pasado?
Ninguno de los dos lo sabía, un milagro, tal vez, pero ahora sólo podían pensar en el supuesto bebé que se estaba gestando en el interior del peliverde. Katsuki no sabía que decir así que una mueca apareció en su rostro, pero desapareció al ver cómo los ojos de su amado se llenaban de lágrimas.
— Escucha cariño, primero que nada quiero que respires ¿Esta bien? — pidió Katsuki sosteniendole el rostro y limpiando las lágrimas de su Omega. Izuku descolocódo asintió y soltó el aire que no sabía que estaba reteniendo — Bien, así cielo, lo segundo es levantarnos del suelo pues esta frío, no te hace bien.
Izuku no dijo nada, solo se dejó hacer por las fuertes manos de su Alfa quien se encargo de limpiar sus lágrimas y ayudarlo a llegar al sofá en la sala para hablar más cómodamente.
Ninguno dijo nada y Katsuki sólo fue a preparar un poco de té para calmar un poco el ambiente.
Diez minutos después, los dos se encontraban en el sofá con tazas de té caliente. Izuku tenía los ojos hinchados por los intentos de retener su llanto a sollozos.
— Y... ¿Qué haremos? — pregunto Katsuki tratando de ser sutil al hablar cosa que no le estaba saliendo bien, no le gustaba ese silencio que se apoderaba de la sala y sinceramente sus nervios lo estaban carcomiendo.
— No lo se... Tu... ¿Qué piensas? — pregunto Izuku con nerviosismo moviendo la taza en sus manos.
— No lo se... — y el silencio volvió.
No sabía cómo hablar de ello. Ninguno se sentía preparado física ni mentalmente como para tener un cachorro, cada uno perdido en sus inseguridades.
Aunque el anhelo estaba allí, enterrado profundamente por el bien de la pareja.
— Quisiera... Quisiera intentarlo... — hablo Izuku pasando saliva al sentir la mirada de Katsuki en él — Se que no tenemos buenas experiencias, pero tal vez, esta vez... — Izuku sonaba esperanzado y Katsuki no quería matar esas esperanzas aunque sabía que era arriesgado, ya habían perdido a otros cachorros sin enterarse que Izuku estaba en gestación, pero tal vez el Omega tenía razón y está vez sí lograrían cuidarlo apropiadamente al saber que estaba gestando.
Katsuki hizo una mueca que quiso parecer sonrisa.
— ¿En serio quieres esto? No voy a obligarte... Tampoco quiero que... Sabes lo que quiero decir Izuku — suspiro frustrado con todo eso, era demasiadas emociones encontradas, la esperanza y el miedo.
Izuku suspiro y se acercó hacia Katsuki para tomarle de las manos. Los ojos verdes de Izuku miraron los rojos de su esposo, determinación y decisión pura era lo que destellaba en los ojos esmeralda.
— Si, Quiero intentarlo. — y Katsuki solo pudo abrazarlo transmitiendole todo su amor y apoyo.
— Esta bien. Allí estare para ti. Pará los dos.