09: Cambios de humor

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Katsuki es un Alfa de carácter fuerte, su mirada sería y porte firme lo hacia intimidante ante todos, su voz ronca con aquellas palabras que parecían más bien órdenes hacían a cualquiera mirarlo con respeto o miedo.

Y un Alfa así podía decirse que no le tenía miedo a nada ni nadie, pero observar como este bajaba la cabeza en sumisión hacia su Omega en cinta era algo muy extraño y interesante de ver.

Todo había comenzado hace algunas horas, cuando Izuku había llegado a la empresa donde su Alfa trabajaba completamente alegre, lleva algunos aperitivos para compartirlos con alguno de los amigos de Katsuki en la oficina.

Después de todo Katsuki estaba ayudando a sus padres en la empresa de estos.

Cuando llego Mitsuki lo resivio con alegría.

— ¡Izuku! ¡Cada día estas más hermoso, cariño! — alago la rubia, Izuku sonrió.

— Gracias Mitsuki, vengo haber como están y también a ver a Kacchan

Esta asintió y siguió hablando con el peliverde.

No pasó mucho para que otras personas abordarán al peliverde, Kirishima aparecieran en la estancia saludando animadamente al Omega.

Eijirou observó la sonrisa que Izuku estaba dando y supo que eran falsas, lo conocía muy bien.

— Deverias ir con Bakugou, está en su oficina — dijo alegremente, Izuku se sonrojo ¿parecía que quería ver a Kacchan? Bueno es que en primer lugar venía a eso.

Izuku solo asintió, apenado y se dirigió a los ascensores para ir con Bakugou.

Mientras caminaba saludaba algunos de los trabajadores pues era muy conocido, después de todo, era el amado esposo y Omega del hijo de los dueños de varias de las empresas Bakugou's.

Izuku saludo a Camie, la secretaria de Bakugou, quien le devolvió el saludo, y entró sin tocar.

Katsuki estaba firmando algunos papeles con el ceño fruncido.

— Katsuki — no resistió y se hecho a llorar, Bakugou volteo al instante que escucho su nombre observando como su Omega lloraba a mares.

— ¿Deku? — se acercó rápidamente a su Omega para sugetarlo en sus brazos, Izuku lloro más, restregandose en el pecho del Alfa, Katsuki estaba desconcertado, no entendía que le pasaba a su Omega y porque no le aviso que estaría allí — Izuku, ¿estas bien? ¿Maní esta bien? ¿Qué pasa? —pregunto preocupado tomando la carita bañada en lágrimas con sus manos.

— No se — respondió sorbiendo su nariz.

— ¿¡Cómo qué no sabes!? — pregunto alterado Katsuki — ¡Viniste aquí a soltarte a llorar! ¿Dime que paso Deku?

— ¡No sé! Estoy muy cansado Kacchan... — suspiro Izuku en un hipido acurrucandose en el pecho de su Alfa.

Katsuki hizo una mueca, Izuku aveces actuaba extraño, estos últimos meses las hormonas lo confundían.

— Deku, no se que diablos sucede, pero no puedes llorar solo porque estas cansado, maldición — recriminó preocupado apartandolo un poco solo para ver la cara pecosa de su Omega, pero se arrepintió al sentir un aroma agrio y picoso venir de su Izuku.

Izuku se enojo por ser apartado del pecho del Alfa, lo empujó haciendo a Katsuki retroceder sorprendido.

— ¡Maldito imbécil te acabo de decir que no se que mierda me pasa! — le grito enojado, Katsuki no sabia que decir solo miro al Omega que hace unos minutos lloraba a mares y que ahora lo miraba con una mueca de molestia que pareciera que le arrancaría el cuello — No entiendes nada, eres un Alfa tonto. — resoplo enojado.

— Deku no m- — se quedó callado al ver como empezaba de nuevo a llorar y el aroma a tristeza se expandía por la sala — ¿¡Ahora por qué demonios lloras!?

— ¡Callate estúpido Alfa! ¡No entiendes como me estoy sintiendo ahora! — Izuku se sento en el sofá de cuero que había en la sala — ¡Estoy gordo, feo y soy una bomba de hormonas! — y empezó a llorar aún más fuerte.

Katsuki estresado y confundido trato de ir a consolarlo. Suspiro, intentando calmarse y se aserco a su Omega para volver a abrazarlo y dejar salir su aroma.

— No estas feo, eres una masita de amor, me encanta verte así todo relleno y bonito. — Izuku se acurrucó de nuevo en el pecho de Katsuki entre hipidos tratando de calamarse. — ¿Nos vamos a casa? — pregunto levantándose para atender una llamada. Pero se detuvo al escuchar un fuerte chillido de Izuku.

— ¡Me odias! ¿Por qué te vas así? ¡No te vallas! — lloriqueo Izuku, Katsuki junto sus cejas frustrado y se acercó rápidamente hacia el.

— No, claro que no, sólo fui a ver el teléfono no te-

— ¿¡Una llamada es mas importante que yo!? ¡Pues has lo que quieres estúpido Alfa!

Katsuki se quedo perplejo al ver como de estar llorando su Omega lo empujaba para sacarlo de su propia oficina cerrandole la puerta en la cara.

— ¡No te quiero ver! — le grito del otro lado completamente enojado. Katsuki miró la puerta de su oficina sin poder creerse lo que ocurría hasta que escucho la voz divertida de su secretaria.

— Oh, creo que los cambios de humor afectaron esta vez fuerte — comentó Camie observando a Katsuki quien la miró extrañado — es normal, así que mejor ve a comprarle algo con mucha azúcar. — aconsejo la castaña mientras tecleaba en su computador.

Katsuki hizo una mueca pero obedeció para salir en busca de algo que cambiará el humor de su Omega.

...

— Deku...

— No quiero oírte Katsuki — el nombrado bajo la cebeza como perro regañado, no le gustaba cuando Izuku usaba su nombre, al menos no fuera del sexo.

— Perdón... — se disculpo entregando una caja de donas de chocolates cubiertas con chispas del mismo y con relleño de nutela y maní.

Izuku le dio una mirada con los brazos cruzados. Le arrebato la caja al alfa sin decir palabra y comió una, haciendo que se deleitará con él sabor ronroneando complacido.

Delicioso...

Katsuki miró a su Omega esperando escuchar que lo perdonará, pero en cambio sólo resivio una mala mirada haciendo que este volviera a bajar la cabeza.

Entonces escucho los sollozos de su Omega, rápidamente lo miró observando como este llorava aún masticando un poco de una dona.

— ¡Lo siento Kacchan! ¡Soy un tonto, eres tan bueno conmigo y yo solo te estoy molestando! — lloriqueo mientras seguía comiendo las donas mientras hacía muecas entre lágrimas por lo rico de las donas.

— No, no, no, tu no eres el problema cariño, yo soy el maldito tonto por no saber como demonios comportarme — trato de consolar el Alfa mientras se levanta a brazar a Izuku, entonces escucho el gruñido del peliverde haciendo que se separara.

— ¡Tienes toda la razón! ¡Nada de este hubiera pasado si tu no pensaras con la polla! ¡Estúpido Alfa!

Si, definitivamente los cambios de humor era algo que Katsuki tendría que llevar con cuidado.

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