Izuku sonrió divertido, hace unas semanas Katsuki se había estado sintiendo mal, vomitaba y tenía mareos ocasionales cosa que le preocupo en un momento, apesar que el rubio se negó a ver que estaba mal por mero orgullo, tuvo que ser arrastrado por Mitsuki al médico para saber si estaba bien.
Gran sorpresa se llevaron al saber sólo que Katsuki estaba pasando por una etapa que muy pocos de los padres primerizos pasan. Síndrome de Couvade, según el doctor era algo normal cuando la pareja tenía un lazo lo suficientemente fuerte como para compartir aquellos síntomas.
Katsuki no estaba muy feliz con eso, y Izuku le pareció divertido aunque internamente se preocupaba por el aspecto cansado y pálido de su Alfa.
Izuku podia decir que apesar de todo le gustaba que Katsuki supiera lo que necesitaba incluso antes de pedirselo, aunque era extraño, Izuku no se quejaba al ver como Katsuki dejaba un plato de Chazuke cubierto de maní enfrente de él.
Aveces observó al Alfa hacer berrinches en su lugar, como si también supiera cual era su cambio de humor en el momento. Era tan extraño y divertido que a Izuku se le hacía imposible no sonreír.
Aveces Katsuki invitaba a Izuku a enrollarse en las sábanas de la cama para comer Katsudon sofreido con almendras, cosa que apesar que no había pensado, se le antojaba en el momento.
Izuku lo quedaba mirando con detenimiento.
¿Así se veía el cuando hacía todas esas cosas? Se preguntaba completamente divertido.
Eran las tres de la mañana, cuando Izuku se había despertado, estaba casi dormido mirando fijamente algún punto en la habitación oscura, después de que se hubico en el espacio-tiempo, fue que escucho un agetreo en la cocina, no vio a Katsuki a su lado, así que se levantó seguro con que Katsuki fuera el causante.
Izuku camino con cuidado, hasta ver la luz de la cocina encendida, se acercó sin hacer ruido y allí vio a Katsuki, estaba hechando algunas cosas en la licuadora. Se sentó en la mesa del comer mirándolo desde allí en silencio, Katsuki solo lo observó de reojo y siguió con lo suyo sin comentar nada.
Era algun extraño licuado de agua de aceitunas con pepinillos, crema batida, Arequipe y maní. Izuku abrió los ojos mientras se lamia los labios, sintiendo el sueño irse y su estómago gruñir.
Katsuki servía el contenido de aquella bebida en una vaso, se dio la vuelta y miró a Izuku con neutralidad como si no le sorprendiera que estuviera allí.
— Aquí tienes... — dijo dejando la bebida enfrente de Izuku, quien sorprendido y con un brillo de felicidad, tomó el vaso.
En silencio, disfruto de la bebida, haciendo ruiditos completamente encantado con su antojo repentino, dejando el vaso a medio beber, se lamio los labios y vio a Katsuki preparar un pan con rodajas de pepino, untar Arequipe, maní y leche condensada.
Preparo cuatro de esos y los puso frente a Izuku.
— Se me antojaron ¿A ti no? — pregunto el rubio cuando sintió la mirada incrédula de Izuku.
El peliverde rió divertido.
— Has tenido muchos antojos últimamente — comentó divertido el peliverde tomando uno de los panes y comiendolo con gusto. — ¿Seguro no me saliste con una sorpresa Kacchan? — se mofo con la boca llena.
Katsuki arrugó la nariz avergonzado.
— Oh, callate. — chisto el rubio comiendo con agresividad aquel pan mientras Izuku reía a su lado.