Izuku hizo una mueca mientras estaba sentado en el sofá y dejaba de prestarle atención a la televisión.
Le faltaba solo un mes para dar a luz y estaba sintiéndose peor que nunca, ya casi no podía caminar por sus pies hinchados y el dolor en su espalda baja por la enorme panza, sin mencionar las patadas inesperadas y fuertes que su pequeño cachorro le daba a mitad de la noche o en medio de algo, estaba agotado físicamente como si hubiera estado haciendo ejercisioso por dos días seguidos.
Pero dejando de lado eso, había algo que de verdad era incomodo y ese era sus pechos.
Ugh.
Como le dolían, estaban inchados y llenos de Leche para su bebé, era demasiado incomodo y pesada, aún no entendía esas mujeres que se operaban para tener pechos más grandes, apenas y el podía soportar este pecho promedio.
Suspiro.
Se recostó completamente en el sofá, con sus pies sobre la mesita de centro y dejó caer su cabeza sobre el respaldo del sofá para luego desabotonar la bata que llevaba y dejar libres sus pechos inchados, el que la tela le rozara los pezones lo hacía más molesto.
Con cuidado llevó sus manos hacia sus pechos para masajearlos y que él dolor pasara un poco. Se aseguró de masajearlos con cuidado, sin dar demasiada presión para que no terminará con una fuga de Leche, pero lo suficiente como para disminuir el dolor.
Suspiro complacido, sintiéndose un poco mejor mientras seguía masajeandolos, sus manos se movían al rededor con delicadeza.
Derrepente sintió que alguien lo miraba, abrió los ojos — que se los había cerrado para relajarse un poco — y observó a Katsuki parado frente a él con una mirada de completa concentracion y un brazo cruzado por su pecho mientras que la otra se encontraba sobre su boca.
Izuku dio un respingon por la impresión y sin querer presionó más fuerte de lo que debería sus pechos, se quejo adolorido y luego sintió la humedad empezar a escurrirse entre sus palmas.
— ¡Kacchan! Me asustaste ¿Qué heces allí? — arrugó la cara por el leve dolor, aunque se sonrojo avergonzado al sentir como de sus pechos la leche materna salía y empezaba a escurrirse. — Sabes que ¡Olvídalo! ¿Podrías buscarme el extractor de Leche, Kacchan?
— Tengo una mejor idea — habló derrepente Katsuki acercándose hacia el Omega como un lobo hacia su presa, el peliverde se encogió de hombros y volvió apretar sus pechos sin querer, se volvió a quejar y más leche salió, está vez escurriendose hacia su panza. — Mira todo el desastre que haces, descuida, tu Alfa se encarga de limpiarte y ayudarte con tus malestares — ronroneo el rubio sentándose a su lado y dejando un cariñoso beso sobre la frente del Omega.
— ¡Kacchan no te atrevas! — exclamó avergonzado sabiendo perfectamente lo que su esposo quería — E-esto es para el cachorro, mejor ve y busca el-¡Ah! ¡Kacchan, escuchame!
Izuku gimoteo sonrojado haciendo una mueca mientras sentía la boca de Katsuki al rededor de su pezon, jadeo al sentir la succiones en en este, mientras la mano de Katsuki tomaba el otro.
Hecho su cabeza hacia atrás, jadeando entre muecas al sentir la lengua de su Alfa recorrer su pecho, bebiendo con satisfacción la leche que salía de este.
— Tan delicioso... — ronroneo el Alfa pasando su lengua por el pecho del peliverde hasta atrapar el otro pezon en su boca y succionar con fuerza, sintió a Izuku temblar en sus brazos mientras jadeaba.
— Kacchan... — gimoteo Izuku llevando una de sus manos a las hebras rubias de Katsuki, cerrando los ojos y dejando que su Alfa se encargará del desastre en su pecho.