12: Habitación del bebé

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Izuku suspiro, con las mejillas manchadas de pinturas al igual que el overol que llevaba, colocando una de sus manos en su cadera y dejó caer la otra que sostenía la brocha, se alejo un poco de la pared que estaba pintaba, mirándola desde varios ángulos y asintió, aprovando su propio trabajo.

Se encontraba en la que será la habitación del bebé, estaba terminando de pintar algunos dibujos y otros cositas en las paredes.

Katsuki había preferido llamar a un experto para que decorara el lugar, pero Izuku se había negado rotundamente, era su cachorro y el se encargaría de eso.

Así que Katsuki no le quedo de otra mas que comprar latas de pinturas, cintas, y otras cositas que necesitarían.

El Alfa terminó colocandose la ropa más vieja y desgastada que tenía para ponerse a pintar las cuatro paredes de la habitación, al igual que el marco de la ventana dejando que Izuku le hiciera los detalles que quisiera a la habitación del bebé.

La habitación tenía colores pasteles,  entre el blanco, un verde agua, con un azul agua.

Los diseños estaban hechos como si fueran de acuerales, la nubes que parecían casi reales expandidas con delicadeza, entre el azul y el verde, algunas estrellas por aquí y por allá, al igual los dibujos de algunas montones de hojas en donde parecía que un Zorro con un mameluco estaba acostado en una especie de nido y al lado un curioso conejo también con un mameluco observando fijamente al Zorro.

No muy lejos había un especie de Búho que parecía volar entre las lindas y esponjosas nubes hacia la parte de la habitación en donde los colores empezaban a ser más oscuros.

Izuku observó el techo y sonrió encantado, en donde una lámpara en forma de sol y luna, juntas, alumbraba la estancia, el techo había sido pintado por Katsuki y era una clase de explotación de colores entre el día/tarde y la noche.

Dio una vuelta contemplando a la habitación y asintió en aprobación, se había asegurado que el lado izquierdo de la habitación en donde predominaba la noche, los colores no fueran tan oscuros, un poco más claros, pero no lo suficiente.

Escucho el silbido de su esposo y lo hizo voltear a verlo, este tenía la camisa manchada en pintura, al igual que una mejilla, los pantalones sueltos y rasgados junto con sus pies descalzos.

Katsuki le dio un trago a la cerveza que traía en mano y luego le extendió a Izuku un vaso con agua.

— Nada mal, para un nerd, embarazado de 29 años, con siete meses — burló Katsuki haciendo que Izuku le escupiera un poco de agua — ¡Ah! ¡Deku! No seas asqueroso — chisto Katsuki secándose el brazo con la camisa fingiendo estar asqueado.

— Tengo 27 años, Kacchan. — corrigió Izuku ignorando las quejas. Y siguió observando la habitación con orgullo imaginandose en donde pondría todas las cosas del bebé.

— Un año menos, un años más... — Le resto importancia, abrazando por detrás al Omega, dejando descansar su cabeza entre el cuello y el hombro de este. — Sigues siendo mío — ronroneo el rubio dejando un beso húmedo y frío por la cerveza, en el cuello del menor.

— ¡Kacchan! — arrugó la cara el Omega tratando de reprimir el ronroneo complacido. Le quito la serveza al rubio de las manos quien se quejo — deja de beber, parece que ya estas borracho.

— ¿Por qué lo dices así? — entrecerro los ojos el rubio, enderezandose un poco mientras Izuku se dio la vuelta para mirarlo.

— Estas más empalagoso que de costumbre y no es una queja — se apresuró a decir, saliendo de la habitación para ir a la cocina y dejarla en la nevera.

— Solo estas así porque no puedes beber — bufo Katsuki apoyándose en una de las paredes distraídamente.

— ¡Kacchan! — Grito Izuku desde la cocina, lo había escuchado y Katsuki penso que tal vez los poderes maternales ya estaban apoderándose de él.

— ¿Qué? No empieces con tus berrinches... Tal vez si me pase con las cervezas — murmuró lo último hechando la cabeza hacia atrás en la pared, derrepente abrió los ojos y observó fijamente el techo con una cara amarga, Izuku entró y lo observó extrañado por esa mueca.

— ¿Pasa algo Kacchan?

— Deku ven aquí. — hablo con irritación Katsuki sin dejar de mirar hacia el techo.

— ¿Qué? ¿Qué ocurre? — pregunto tratando de mirar lo que él rubio miraba pero no había nada.

— Pegate de la puta pared y lo entenderás — gruñó Katsuki sin moverse. Extrañado, Izuku obedeció y pego la espalda a la pared y dejó caer su cabeza hacia atrás como el rubio mirando hacia el techo, entonces empezó a sentir su ropa húmeda y fría. — No se había secado la pintura.

— ¡Katsuki! — El chillido de Izuku se escucho junto a la carcajada del Alfa que observaba a Izuku despegarse de la pared mientras intentaba ver su espalda completamente manchada en pintura. Izuku lo fulmino con la mirada, pero Katsuki siguió riendo — Eres un... — mazcullo Izuku apretando los puños.

— Eh, eh, sin malas palabras, bonito. — dejo de reír poco a poco mientras negaba con la cabeza divertido hacia su enfurruñado Omega.

Izuku arrugó la cara y apartó al alfa para mirar como ahora la pared le faltaba pintura y se veían dos siluetas distorsionadas de diferentes tamaños.

— ¡Mira lo que has hecho! — gruñó Izuku enojado observando como Katsuki seguía con esa sonrisa de bobo, el peliverde bufo cruzandose de brazos sobre su pancita — Estúpido Alfa borracho.

— ay, ya mi amor, — arrullo Katsuki colocándose detrás de él para abrazarlo, manchandose más de pintura — Miralo de esta forma, ahora los dos estamos siempre en la habitación del cachorro — rió Katsuki de su propio chiste dejando besitos en la mejilla pecosa de un enojado Omega que se dejaba hacer pero no quitaba su cara arrugada y su posición. — Vamos cosita hermosa, te comprare algo dulce — y le dio una nalgada que hicieron chillar al Omega — adoro cuando haces eso...

— ¡Estúpido Alfa!

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