Stand By Me ♡˖ [Yunjong/2Ho]

•DOS•

Ese mismo día regreso a casa. Como si su día no fuera peor... Chatarrita dejó de funcionar a mitad de camino y la lluvia cayó de la forma más dramática y deprimente del mundo dejándolo como gato recién bañado. Solo comió un trozo de pan, le dió sus medicamentos a su hermano mayor y se acostó en su cama olvidándose de su mal estado físico. Esa misma noche no pudo dormir y cuando lo logró, tuvo un sueño donde el protagonista era aquel ciclista que tenía como jefe. Estaba en la parte donde su jefe estaba apunto de abofetearlo cuando sintió un golpe fuerte en su cabeza cosa que provocó que se despertara.

ー¿Que? ¿Que pasa? --. Su hermano señalo el reloj diminuto de madera que apenas funcionaba y sonrió con esa dulce sonrisa que hacia derretir a cualquier persona. Abrió los ojos con sorpresa cuando vió la hora, llegaría tarde otra vez. --. ¿Tonto por que no me despertaste más temprano? ¡Voy tarde!

Salió disparado de su habitación para ir por sus cosas seguido por su hermano. Ni siquiera tocó el desayuno que con tanto esfuerzo Yeosang robo de la cafetería con adornos bonitos, simplemente se fue con todo y la misma ropa del día anterior. Tomó el primer autobús que vio y se fue dejando un problema atrás con un puchero en los labios.

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Dos horas tarde, lo iban a despedir. Llegó hecho un desastre, sudando y oliendo a charca, San no podía creer lo que veían sus ojos. Choi Jongho, el recepcionista, la segunda cara de la empresa después del seguridad, empleado ejemplar, llegar de esa forma era sorprendente. Jongho era intachable pero para San parecía un borracho ahora ¿Que había pasado para que el muchacho llegará de forma tan desagradable? San se acercó a su menor, quitando el casco de su cabeza y dejándolo aún lado de la mesa.

ーDos horas tarde, vienes sin tu chatarrita, con la misma ropa de ayer ¿Paso algo malo en casa? ¿Es Yeosang?

ー¡Yeosang! Oh, no... No le hice su desayuno. --. Llevó sus manos a la cabeza.

ーOye toma aire ¿Si? Vendré más tarde. Dejare algunos paquetes y hablaremos de esto ¿Estás de acuerdo?

Jongho asintió al borde del llanto mientras acariciaba su propio brazo. Miró al vidrio de la puerta y colocó cara de terror al verse tan fatal como zombie de The walking Dead, siendo tan exagerado. Apresuradamente trato de arreglarse el cabello peinando con sus dedos su cabello y retirando las lagañas de sus ojos y pasando su lengua alrededor de sus dientes «se sentía un completo asco».

ーNo hagas que me llame, te lo suplico. --. Rogó al aire.

ー¡Jongho! Que bueno que te encuentro. El nuevo jefe quiere verte de inmediato... ¿Que te paso? --. El secretario de vicepresidencia se acercó a él. Kim HongJoong. Un chico tan bonito, Jongho sonrió como bobo al verlo ¿Por qué no?

ー¿A mi? Ah, no nada solo yo... Mejor iré rápido a ver qué desea el nuevo jefe.

ーClaro...

HongJoong se quedo mirando al menor con pena, quizá era la última vez que lo veía. Y Jongho no pensaba diferente, estaba 100% seguro que sería despedido por aquel hombre por muchas razones. Llegó tarde más de tres veces, su ropa no era la adecuada y por poco atropella a su propio jefe «iba a explotar». Cuando llegó aquel piso se sintió como un gato amenazado, pues muchos pares de ojos nuevamente estaban sobre el. Avergonzado de si mismo camino a pasos acelerados hasta la oficina de su jefe tratando de ignorar las miradas de lastima y burla. Antes de entrar respiro hondo y limpió sus manos sudadas con su sucio pantalón.

Tenía miedo de entrar. Colocó sus manos sobre la puerta indeciso, pensando en lo que pasaría si lo despedían. Cargaría con la culpa de no poder ayudar a su hermano a recuperarse por completo.

La puerta se abrió asustando al muchacho, quien inmediatamente se alejó de la puerta. Un chico alto de ojos pequeños, elegante, muy atractivo para los ojos de Jongho salió de aquella puerta. Su mirada era intimidante, tanto que sintió ganas de correr al baño de los nervios. El hombre le sonrió y se fue de allí dejándolo solo con el jefe.

ーMuy bien Jongho, sin rodeos. Solo entra, pides perdón y listo.

Empujó la puerta y entró con los nervios de punta. Se asombró por lo bien decorado que estaba la oficina del jefe, olía delicioso, a perfume caro. Sus pies se dirigieron hacia otro lado de la oficina para tomar en sus manos un bonito florero con detalles dorados, mirándolo con ojitos brillantes.

ー¿Nunca has visto un florero?

Se había olvidado de su jefe. Se asustó y dejó caer el muy seguro carísimo florero al suelo, dejándolo en trozos dispersos en el suelo «sus días no eran los mejores, le habían hecho brujería». Hubo un terrible silencio en aquel espacio, uno muy terrible para un Jongho que empezaría a llorar en cualquier instante.

ーLo conseguí en China. Dinastía Ming, período xuande, porcelana pura... Se lo di a mi madre y ella lo colocó aquí ¿Si ubicas?

ーYo... Lo pagaré, lo juro.

ーDudó mucho que alguien como tú tenga para pagar un florero como ese.

Okey, Tenía razón. Jongho se abrazó así mismo cuando pensó la cantidad que tenía que pagarle a su jefe por ese florero, ni su riñón podía ¿Por qué tenía que ser demasiado torpe? Quería golpearse, quería la tierra se lo tragara y lo escupiera lejos del sistema solar. La mirada penetrante de su jefe, analizándolo de arriba a bajo con una mueca de disgusto. Sintió angustia.

ーTe llamé porque serás mi mano derecha, mi asistente. Así que traes tus cosas, te instalas y comienzas a trabajar. Tienes diez minutos.

Jongho había quedado en las nubes desde que el hombre mencionó asistente ¿Por qué lo quería a su lado luego de casi matarlo? ¿Debería aceptar? Quizá era una oportunidad para él luego de cuatro años de ser ignorado por su viejo jefe, una oportunidad para poder mejorar algunas cosas de en su entorno y darle una buena recuperación a Yeosang.

ー¿Me seguirá pagando lo mismo? --. Aquella pregunta interesó al jefe.

ーNo, te subiré el sueldo y más. --. Jongho asintió con una enorme sonrió y desapareció rápidamente de la vista de Jeong Yunho.

Jeong Yunho. Hijo mayor de la familia. Alto, guapo, muy cotizado en todos lados, saliendo en múltiples revistas como portadas. Según las personas era describido como egocéntrico, mandón y gritón; pero no era su culpa, así lo criaron. Le encanta el deporte como el ciclismo, inteligente, con las mejores calificaciones, aunque solo estudiaba para obtener el patrimonio de su padre, sacarle provecho y hacerle la vida imposible a uno de los hijos de los socios de la empresa, Park SeongHwa.

Yunho no comprendía, pero al ver al chico algo dentro de él empezó a sentirse diferente, una sensación inexplicable.

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¡Nos LEEMOS en el siguiente capítulo!

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