VI. MARCAS

252 40 7
                                    

El lugar ya hacía totalmente en decadencia, los años tampoco se detuvieron para aquella casa,la cual algunas vez lucio reluciente y llena de vida.
Pero para Yibo los últimos días en ella no fueron para nada agradables.

Con sus dedos podía retirar todo ese polvo acumulado en  aquello muebles viejos, fue de aquí allá como si buscará algo.
Hasta que llego a la que alguna vez fue su habitación  trayendo de inmediato aquellos penosos recuerdos.

Es como si en la esa cama rota que se que se encuentra frente a él pudiera ver aquel omega agonizante, aferrándose a su pequeño milagro.

—Mi niño cada vez está más débil, necesita de las feromonas de su alfa, su marca. —le decía preocupada una beta, ya mayor.
Mientras veía como el joven ardía en fiebre.

—Nana eso no será posible, yo no tengo alfa, me ha abandonado.
—Mencionaba entre dientes, procurando no llorar más.
—Pero me he alimentado bien, no he hecho esfuerzos, tal como me lo pediste.

—Mi niño me creó que eso no será suficiente, el embarazo no va bien, me temo que no llegara a termino.
— Estaba desesperada, estaban complemente solos, lo único que podía hacer en esos momentos colocarle  compresas de agua tibia para bajar la temperatura.

—No nana, no digas eso, mi cachorro, por favor...ayudame.— Un dolor agudo vino a el, terminando con las pocas fuerzas que le quedaban.

Después de ello no recuerda nada, cuando volvió a despertar estaba en otra ciudad, sin nadie... Con el vientre vacío.

Cuando abrió aquel cajón, tenía la esperanza de encontrar aquello, pero está vez tampoco tuvo suerte, será que su querida nana guardo aquel par de guantecitos.

Cuando abrió aquel cajón, tenía la esperanza de encontrar aquello, pero está vez tampoco tuvo suerte, será que su querida nana guardo aquel par de guantecitos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Me han dicho que ayer, no dejaron seguir a mis hombres. —Comentaba el emperador en una reunión no oficial.

—Perdón padre pero estabas en un momento de intimidad, fue penoso por poco y nos encuentran en una situación bochornosa. —Se sonrojo un poco. —Fue por ello y por que ya habías recorrido aquel territorio no notamos  nada extraño. ¿No es así Zhan?.

—Así fue su majestad.—Sonó sincero a pesar de tal mentira.

—Ya veo, es normal son una pareja joven, no está mal que anden jugueteando por ahí, es verdad que quiero un nieto pero por favor sean prudentes. —Miro a Jiyang. —No quiero que tu honor sea manchado, recuerda que eres el príncipe imperial.

—En verdad lo siento padre. —El omega agachó su cabeza, seguido inmediatamente por el alfa.

— Aclaró esto, necesito hablar de unas unos acontecimientos que están ocurriendo.
— Dirigiéndose completamente a Zhan.
—Jiyang podrías dejarnos a solar.
—Señalo la salida.

—Pero padre... —Fue renuente.

—Es una platica entre  alfas, mejor ve a la cocina, verifica que todo vaya bien para la cena, tenemos invitados.—Volvió a apuntar hacia la puerta.

MI CONDENA TIENE TU NOMBRE    ZHANYI - OMEGAVERSE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora