IV. MASCARAS

257 45 12
                                    

Por el horizonte se podían observan los primeros rayos del astro rey, mientras unas tripulación trabaja a marchas forzadas para mantener su fachada, guardan banderas rojas y negras, intercambiandolas por blancas cuyos estampados son oficiales, limpian el navío por cada rincón para dejarlo reluciente, por último guardan el ron y las botellas.
posteriormente siguen  con su aseo personal, cuando terminan aquellos alfas lucen irreconocibles,portando sus uniformes e insignias.
Hasta sus modales vuelven, pues bajan uno por uno educadamente.

El último en bajar es su capitán, acompañado de su teniente, su mano derecha y mejor amigo.

Absolutamente nadie se podría imaginar que se trata del mismo barco pirata del que tanto hablan, al que tanto le temen.

La hoguera no era cualquier embarcación, pues todos los que suben abordó guardan un secreto, son alfas que  se oponen al absolutismo del nuevo imperio.
Entre sus ideales principales es acabar  con su  gobierno.
Son alfas educados, que alguna vez fueron parte de la alta sociedad pero con las nuevas dogmas lo habían perdido todo, hasta su familia.
La mayoría sólo siguen por un único motivo ; su lucha, esperan poder acabar con todo.

Son una comunidad selecta, su secreto está pactado en sangre y quien rompa su juramento lo ha de pagar con su vida.
Aquella facha sólo era una enorme cortina de humo, una muy difícil de sostener.

— ¿Hablaste con todos los tripulantes?, le haz explicado las circunstancias. —Xiao Zhan se dirigía a su acompañante, mientras hablaba en voz baja.

— Con cada uno de ellos, saben que tienen que esperar indicaciones. —El alfa terminaba le comentaba.

—¡Perfecto!. — Zhan seguía caminando.

—¿Pero que haremos con ya sabes quien?.
— Dijo preocupado.

—Su nombre es Wang Yibo, ¿Ahora lo tratas como un desconocido?.
— Formo una media sonrisa.

—Es solo la costumbre, es muy raro mencionar su nombre delante de ti, sin causar ningún conflicto, todos estos años, te vi llorar su muerte y la de... — Pauso  rápidamente.
—Fue un milagro haber llegado justo a tiempo —Enfatizó .—¿Dime pudiste hablar con él?, ¿Qué pasará con nuestros planes?.

—Así lo fue, te dije que lo encontraría...Esta vez no volverá a escapar.
Recuerdas cuando vi por primera vez aquella pared con todos esos garabatos, supe inmediatamente de quien se trataba , pero dijiste que estaba terminando por volverme loco,lo mismo que me han dicho  todas esas veces que salí a buscarlo.
— Sentía alivio, aunque una parte de él se se había terminado por romper.
—No pude decir nada, apenas me reconoció, quería acabar conmigo, lo note en su mirada, en su aroma.

—¿Pudiste decir algo? — Lo reprendió.

— Aún así se que nunca me perdonara.Ni yo puedo mismo puedo. — Voltio a ver el vuelo estrellado.
Pero al menos quiero ayudarlo con su causa, se lo debo.
— Por un momento su mente divagó.
— En cuanto a tu pregunta, buscare un lugar  seguro, mientras Dalai estará para su cuidado, y los planes siguen siendo exactamente los mismos. — Pará luego obtener esa actitud del otro, no sabe si lo ve con lástima o si solo ya está arto de seguirlo, no lo culpa.

— Me parece razonable.—Palmeo su espalda. — ¿Podrías?... —Le mostró una carta perfectamente doblada.

—Por supuesto.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MI CONDENA TIENE TU NOMBRE    ZHANYI - OMEGAVERSE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora