Entre la agonía y la esperanza

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Era el primer día de escuela y Chu WanNing se dirigía apresurado a la universidad R donde había sido aceptado. Iba a toda prisa pues llegaba justo a tiempo. De no haber sido por el auto de su padre que justamente había decidido descomponerse en ese mismo instante, podría haber llegado como de costumbre diez minutos antes (odiaba los imprevistos y odiaba más la impuntualidad) aún así, él quien nunca se saltaba las reglas y que no podía menos que ponerlo furioso las personas impuntuales estaba llegando tarde a su primer día de escuela. Era un día importante por lo que así se callera el cielo hoy el llegaría puntual.

Toda su vida había recibido educación en casa por lo que le sorprendió ver tanta gente que al igual que el se apresuraba a su primera clase, un sentimiento de pánico pasó por su rostro antes de respirar dos veces para calmarse y seguir caminando lo más rápido que podía. Estaba a punto de entrar al edificio E cuando de la nada apareció un chico corriendo justo en frente de él.

Perecía como si el tiempo se hubiese detenido, el chico que paso a toda prisa sólo era una persona más, pero al mismo tiempo Chu WanNing no pudo evitar grabar en su mente cada detalle de su apariencia, era un chico alto y de piel canela con unos hermosos ojos oscuros, además el chico iba sonriendo mientras corría, Chu WanNing incluso pudo grabar en su mente los hoyuelos en las mejillas del muchacho. De pronto se quedó sorprendido. ¿Que era esa reacción? Sobre todo ¡Se le había acelerado el corazón por un hombre! ¿No se suponía que tenían que gustarle las mujeres?. El muchacho tendría cuanto? ¿18 años? El ya era un hombre de 23. ¡Ridículo!. Trato de apartar ese pensamiento tan alarmante de su cabeza antes de entrar por la puerta del salón de clases.

Como una persona que había estudiado toda su vida en casa no sabía nada de las escuelas mucho menos de los chicos y las chicas. Al mismo tiempo sentía cómo si se hubiera perdido la oportunidad de poder relacionarse con todas esas personas de su edad. Había sufrido del corazón desde pequeño por lo que toda su vida se la había pasado ya sea en hospitales o recostado en cama. Todo ese tiempo perdido había hecho que no tuviera todas las experiencias que alguien de su edad debería haber tenido.

Suspiró, bueno de todos modos solo fue una reacción repentina, generalmente el no se alteraría por algo así, y aunque le sorprendió su reciente reacción decidió no darle mas importancia y seguir su camino.

Pero el destino muchas veces es incierto. Paso todo el semestre de manera normal  asistiendo a clases y preocupándose por sus calificaciones. Podría decirse que fue un semestre sin contratiempos. En un momento estaba en su primera clase y al siguiente ya había pasado a segundo semestre.

Chu WanNing tenía una naturaleza fría y salvo dos o tres compañeros que le pedían sus apuntes no había nadie más que le hablara o se hiciera su amigo. Al principio sintió que era extraño pero, después de todo, pensó que no estaría en sintonía con sus compañeros así que sintió que no tener amigos también estaba bien, era después de todo una persona solitaria, si alguien entrara en su vida causaría más problemas y el realmente no quería eso.

Pasaron dos días desde su reinicio de clases en segundo semestre. Chu WanNing era alguien de rutinas, por ejemplo le gustaba sentarse en la esquina izquierda de cualquier salón. Si había alguien ahí entonces elegiría el lugar que sigue y si ya estaba ocupado entonces se dirigiría tan lejos como fuera posible de los demás. Fue así que al llegar a su clase de calculo se sentó en su habitual lugar.

Estaba sentado leyendo el programa que el maestro previamente les había enviado por correo electrónico cuando alguien se sentó frente a el. Al principio Chu WanNing no le presto tanta atención pero entonces la persona se volteo y le habló

—¿Es ese el programa que el maestro envió? ¿Me lo puedes prestar para sacarle una foto? olvide mis copias y no tengo conexión para revisar la información.— Dijo el joven amablemente.

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