i. concierto fallido

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HÖLLE estaba sentada en una esquina del camerino sin decir nada, escribía en un cuaderno sus típicas incoherencias y lamentaciones que poco a poco se convertían en versos que formaban canciones. Dichas canciones las había presentado ante los demás miembros de la banda, los cuales objetaron diciendo que las letras eran "demasiado oscuras y sin sentido para el fiel mercado".

Nuevamente, como era costumbre, Jeffrey, el guitarrista, se posicionó de pie en el centro del pequeño camerino, comenzando con sus críticas y tensando el ambiente a su alrededor. Inició su discurso señalando las adicciones de Hölle, a pesar de que él también era adicto, pero no tanto como ella, con la diferencia de que él si podía mantenerse en abstinencia sin perder la cordura.

Hölle nunca decía nada, ya que no quería iniciar una pelea, a pesar de estar cansada de los constantes insultos de parte de su guitarrista, concluyó en que debía aguantar para mantener a la banda de pie; lo hacía por la pasión a la música, por sus admiradores y por su propia paz mental, que ahora más que nunca estaba yéndose por un precipicio.

Jeffrey hablaba y hablaba, mientras se notaba más el agotamiento tanto físico como mental de Hölle, quién sentía que todos sus esfuerzos habían sido en vano, que su sufrimiento no era el suficiente y que su voz estaba siendo silenciada por la obsesión de la perfección.

Hölle mantenía un sufrimiento en su interior que cada día iba en aumento: su fama y la banda la dejaban exhausta y las sustancias tóxicas se encargaban de acabar con ella.

—Y tú, Adeline. Te advierto que dejes de descontrolarte de esa manera en las presentaciones —habló Jeffrey, de manera cortante, observando con desagrado a la chica—, arruinas la atmósfera con todos esos movimientos exagerados que haces cuando tocas la batería, y deja de escribir esas canciones de mierda, que nunca las vamos a tocar. No haces nada que aporte.

Hölle se levantó de su asiento ante esas palabras, harta de la situación densa, se acercó al guitarrista y lo miró con odio.

—¡¿Qué carajos quieres que haga?! —exclamó sin contenerse, llevaba mucho tiempo callada—. Tú tampoco haces nada especial, sólo críticas y esperas que te aplaudamos por ello.

El guitarrista frente a ella se cruzó de brazos, totalmente indignado, pues no pensó que Hölle se revelaría tan inesperadamente, que le levantara la voz, ni mucho menos que se dirigiera a él de esa manera.

—Sin lloriqueos, sólo digo las cosas como son —habló Jeffrey de manera tranquila—, aquí mando yo: yo fundé la banda y te acepté en ella, yo tomo las decisiones que importan y si no te parece, pues lárgate de una vez.

Hölle respiró profundo y tomó la decisión final.

—Bien, me largo —concluyó Hölle, tomando su cuaderno de un movimiento brusco y dándole la espalda a su banda.

—¡Que quede claro que estás despedida, zorra! —exclamó el guitarrista cuando Hölle salió del lugar dando un fuerte portazo.

—¿Qué mierda hiciste? —le recriminó el bajista a Jeffrey—. ¡En unas horas vamos a abrir el concierto de Guns N' Roses!

—Ya lo sé.

—¡Acabas de despedir a la baterista! ¿Qué demonios...?

—Cállate —lo interrumpió—. Lo resolveré, como siempre. Porque ustedes, par de imbéciles, no son capaces de resolver los contratiempos. ¡Ahora pónganse a ensayar y dejen de holgazanear! —les ordenó para finalmente salir del camerino.

—Pero... —comenzó diciendo el vocalista, pero después decidió que no valía la pena hablar, ya que arruinaría las cosas.

Al final, Jeffrey concluyó en qué no necesitaban la presencia de Hölle para realizar una presentación aceptable. Agregarían las partes de la batería con efectos de sonido y finalmente saldrían del escenario victoriosos como siempre.

𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐂𝐑𝐘  ━ izzy stradlin, axl rose Donde viven las historias. Descúbrelo ahora