ix. una canción

219 21 5
                                    

Axl decidió no ir a un bar como se lo había planteado antes. Planeaba beber y drogarse hasta olvidar sus problemas, pero al final concluyó que no iba a hacerlo. Tal vez sus acciones eran equivocadas, pero no le importaba y siguió a Adeline intentando ser lo más sigiloso posible, el cielo comenzaba a nublarse amenazando con llover y pensó en dejar su estúpida idea, sin embargo, ya lo estaba haciendo y justo vio como la chica ingresaba a un pequeño hotel de bajo perfil pero con una imagen presentable.

El pelirrojo entró al hotel. Visualizó a la recepcionista y sonrió porque ya se le había ocurrido una idea para conseguir su objetivo.

—Hola, linda —Axl le sonrió a la recepcionista; así funcionaba siempre: si coqueteaba, conseguía lo que quería—. ¿Viste a la chica de suéter negro entrar aquí hace un momento?

La recepcionista sonrió, pero aquella sonrisa se borró de golpe cuando escuchó la mención de una chica. Axl notó esa acción y necesitaba arreglar sus palabras.

—Es mi hermana y quisiera hacerle una sorpresa, pero no sé cuál es el número de su habitación... ¿Estás libre esta noche? —la última pregunta la lanzó de manera casual. Supo que su plan funcionaba porque la recepcionista volvió a sonreír; Axl hizo lo mismo.

—Habitación 52 —respondió—. Y mi turno termina a las 7:00pm.

—Gracias, dulzura ¿De casualidad tendrás una llave extra de la habitación 52? ¿Y prefieres ir a un bar o a un restaurante?

—Me encantaría ir a un bar —sonrió ella, extendiendo la llave de manera discreta. Axl la tomó bruscamente y se marchó a la habitación de Hölle sin pronunciar ni una palabra más; haber sido demasiado amable con esa recepcionista le había resultado agotador.

Ahora debía ir a buscar a Hölle... ¿Era una violación a la privacidad? Probablemente, pero prefería romper unas cuantas reglas a que su consciencia no estuviera tranquila; ya tenía muchos pensamientos que no lo dejaban dormir por las noches y no necesitaba uno más a la extensa lista

Se encontraba frente a la puerta, debatía en sí hacerlo o no; quedaría como un imbécil frente a Hölle, probablemente sería la primera vez en años que admitía sus errores y se disculpaba por ello.

—Tal vez no estoy pensando bien —se dijo a sí mismo en voz alta para después dar media vuelta—, al carajo —se arrepintió de nuevo y comenzó a tocar la puerta con fuerza.

No obtuvo respuesta, todo se mantenía en silencio a excepción de los golpes en la puerta provocados por sí mismo. Recordó que tenía la llave de la habitación; una parte de él no quería hacerlo, pero aún así colocó la llave en el cerrojo y abrió la puerta.

Al entrar a la habitación, pudo ver latas de cerveza, botellas de alcohol, jeringas y envolturas de comida chatarra tiradas por todos lados y en general las condiciones no eran las mejores. No había ni un ruido y Axl quiso irse; pensó que lo que hacía era estúpido, aunque sentía curiosidad y su deseo por seguir husmeando lo impulsó a adentrarse más por el cuarto.

Se detuvo horrorizado cuando contempló un camino de sangre que lo guió hasta el cuerpo de Hölle; estaba recostada en el suelo con los brazos abiertos, movía los pies de arriba a abajo, susurraba algunas cosas incomprensible y tenía heridas profundas en los brazos que hicieron que todo se tiñera de rojo

—¡Hölle! ¡Hölle! —gritó sin poder creer lo que veía. Su acción inmediata fué cargar a la chica y comenzar a correr con ella en brazos hacía la salida del hotel. Estaba aterrorizado, sentía que iba a hiperventilar en cualquier momento—. Mierda, mierda —susurró—. ¿Qué hiciste, Hölle? Carajo, mierda.

Pudo haber tomado el elevador pero este estaba fuera de servicio, tuvo que usar las escaleras. Con cada paso que daba sentía que se adentraba en un trance lleno de desesperación y terror en donde no sabía qué hacer ni cómo debía reaccionar.

𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐂𝐑𝐘  ━ izzy stradlin, axl rose Donde viven las historias. Descúbrelo ahora