iii. pesadillas

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3:17AM.

Hölle despertó sobresaltada y asustada. La borrachera y el efecto de las drogas habían desaparecido. Miró a su alrededor con la poca luz que se colaba de la ventana y recordó dónde estaba; volteó a ver al sofá y se encontró con Izzy durmiendo con una sábana delgada cubriendo su cuerpo.

La chica sentía la garganta seca, la piel húmeda y su corazón palpitaba de manera salvaje. Acababa de tener una pesadilla e intentó convencerse a sí misma de que no era real, aunque de nuevo el recuerdo de los cuerpos sin vida de sus padres vino a su mente.

Tragó con dificultad ante tal imagen mental, la lengua moviéndose sobre sus labios secos y agrietados. Sus nudillos estaban completamente blancos, los dedos agarraban las sábanas con tanta fuerza que podría haberlas rasgado. Odiaba soñar con eso, detestaba no poder tener control sobre su mente y menos tenía control de sus reacciones físicas y tenía miedo de ello ya que Izzy se encontraba durmiendo a unos cuantos metros.

Una desesperación se instaló en su cuerpo. Sus pensamientos le jugaban en su contra durante y después de sus pesadillas. La voz interior de su cabeza se encargaba de atormentarla, los recuerdos de su pasado la perseguían constantemente y la llevaban a niveles de locura inexplicables.

—A la mierda —susurró Hölle.

Se acomodó para intentar dormir de nuevo y volteó a ver a Izzy por última y se sintió tan mal por él, que se acercó y le colocó una manta para que se sintiera más cálido. Se volvió a recostar en la cama y por aproximadamente una hora estuvo mirando al techo con los ojos muy abiertos mientras maldecía a sus propios pensamientos.

Después de un rato, el sueño le ganó y se quedó dormida.

···

4:54AM

Ahora el que había despertado era Izzy. Tenía unas ganas enormes de ir al baño pero le daba pereza levantarse. Se percató de que tenía una cobija más cálida cubriendo su cuerpo y recordó que Hölle descansaba en su cama; volteó a verla, estaba durmiendo plácidamente y eso le trajo calma, así que decidió acomodarse en el sillón para volverse a dormir, sin embargo, las ganas de ir al baño eran más fuertes.

Se quejó silenciosamente, quitando las cobijas de su cuerpo, tirándolas al costado y quejándose más cuando sintió en sus pies el frío del suelo.

Se tomó su tiempo llendo al baño y cuando entró a la habitación, se encontró con Hölle durmiendo pero respirando con dificultad, llorando, murmurando incoherencias y realizando movimientos bruscos, al parecer teniendo un mal sueño.

—¡No! ¡Váyanse! —gritaba Hölle entre sueños—. ¡Déjenme!

La chica comenzó a gritar una y otra vez. Izzy se preocupó y alarmado se acercó a Hölle para intentar despertarla mientras repetía su nombre.

Los intentos de Izzy hicieron esfuerzo, ya que Hölle fue despertando lentamente. Sus ojos se abrieron y se sentó en la cama intentando regular su respiración. Había tenido otra pesadilla.

Hölle se tranquilizó al ver a Izzy a su lado, con rostro preocupado.

—Mierda... Lo siento tanto —murmuró Hölle—. Perdón por despertarte... ya causé muchas molestias, lo siento.

Mordió su labio para evitar llorar. Izzy notó la acción y se acercó para abrazar a la chica; Hölle le devolvió el abrazo con fuerza, suspirando entre sollozos.

—Tus gritos me preocuparon —admitió Izzy.

Hölle sollozó más mientras Izzy se encargaba de encender la pequeña lámpara que estaba en la mesita de noche sin romper el abrazo. Con la luz, Hölle podía notar la preocupación del pelinegro en su rostro y eso la hizo sentir aún peor, pues creía que ya le había causado demasiadas molestias al pelinegro.

—Lo siento, lo siento, de verdad lo siento —repetía Hölle constantemente, descansando su cabeza contra el hombro de Izzy mientras cerraba sus ojos, disfrutando de la cercanía.

—¿Que pasó? —Izzy tuvo el atrevimiento de preguntar—, ¿Quieres hablar sobre eso? —ninguno de los dos tenía la intención de romper el abrazo, ambos se sentían cómodos con el contacto y querían disfrutar un poco de ese momento, en especial Hölle que se sentía algo vacía.

—Nada, no pasa nada —respondió ella, intentando fingir que todo estaba bien. Esperaba que Izzy no insistiera sobre el tema, y el pelinegro no pensaba hacerlo en realidad, pero sentía un interés por Hölle que no podía evitar insistir y sacar su lado protector a flote.

—Entiendo que no quieras contarme, perdón por insistir, pero lo que pasó no fué nada —su tono de voz era un tierno susurró. Hölle se sintió tan vulnerable.

—No tienes que lidiar conmigo y en serio no fue nada —le aseguró nuevamente, tratando de convencerse a sí misma en el intento.

—No es una molestia —dijo Izzy.

Hölle se tomó su tiempo para que sus retorcidos pensamientos se pusieran en orden; no deseaba que Izzy lidiara con sus problemas, pues ella llevaba años acostumbrada a la misma rutina. Si querer hacerlo, rompió el abrazo, limpiando sus lágrimas.

—No sé si quiero decirte lo que soñé —admitió Hölle.

—Claro, te entiendo. Puedes estar tranquila, me quedaré aquí contigo toda la noche, pero por favor no llores.

—Gracias, Izzy —la voz de Hölle se fué apagando lentamente.

La chica se tomó la libertad de ocultar su rostro en el hombro de Izzy mientras el contrario la abrazaba nuevamente. Hölle estaba más tranquila, pero sus miedos seguían frescos en su mente y pensando en eso comenzó a llorar de nuevo, pero está vez más sutilmente.

—Buenas noches —deseó Izzy.

𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐂𝐑𝐘  ━ izzy stradlin, axl rose Donde viven las historias. Descúbrelo ahora