Capitulo 11: El Grim

254 9 0
                                    

Harry: Sybill Trelawney, profesora de Adivinación —leyó— ¿Cómo vamos a subir ahí?— la trampilla se abrió y una escalera plateada cayó hasta los pies de este

Ron: Tú primero —dijo con una sonrisa

Harry: yo no...—dijo asustado

____: cobardes—dije empujando a Harry a un lado y subiendo por las escaleras delante de los demás

Al entrar pude ver que era como una especie de ático y salón de té, con muchas mesas circulares, rodeadas de sillones tapizados con cojines pequeños y redondos. Todo estaba iluminado con una luz roja; había cortinas en todas las ventanas y las lámparas estaban tapadas. Hacía un calor horrible y el fuego que ardía en la chimenea calentaba una tetera grande. Las estanterías de las paredes estaban llenas de plumas, muchas barajas, bolas de cristal y muchas tazas de té.

Ron: ¿Dónde está la profesora? —pregunto y de repente se escucho una voz suave

X: Bienvenidos... Es un placer verlos por fin en el mundo físico—se acercó a la chimenea—Siéntense niños míos, siéntense —dijo, y todos se encaramaron sobre los sillones o se hundieron en los cojines. Me senté en una mesa redonda en el centro, Ron se sentó a un lado de mi, a mi otro lado estaba Herms y Harry enfrente de Ron— Bienvenidos a la clase de Adivinación —dijo sentándose en un sillón delante del fuego— soy la profesora Trelawney. Seguramente es la primera vez que me ven... noto que descender muy a menudo al bullicio del colegio principal nubla mi ojo interior—nadie dijo nada—Así que han decidido estudiar Adivinación, la más difícil de todas las artes mágicas. Debo advertirles desde el principio de que si no poseén la Vista, no podré enseñarles prácticamente nada... los libros tampoco los ayudarán mucho en este terreno... —Harry y Ron nos miraron con una sonrisa burlona a Hermione y a mi— Hay numerosos magos y brujas que, aun teniendo una gran habilidad en lo que se refiere a transformaciones, olores y desapariciones súbitas, son incapaces de penetrar en los velados misterios del futuro —continuó recorriendo las caras— Es un don reservado a unos pocos. Dime, muchacho —dijo de repente a Neville, que casi se cayó del cojín— ¿se encuentra bien tu abuela?

Neville: Creo que sí —dijo tembloroso, su abuela era una buena mujer

Trelawney: Yo en tu lugar no estaría tan seguro, querido —dijo haciendo que Neville tragara saliva— Durante este curso estudiaremos los métodos básicos de adivinación...Dedicaremos el primer trimestre a la lectura de las hojas de té, el segundo nos ocuparemos en quiromancia... a propósito, querida mía —le soltó de pronto a Parvati Patil— ten cuidado con cierto pelirrojo— Parvati miró con un sobresalto a Ron, que estaba detrás de ella, y alejó su sillón—Durante el último trimestre, pasaremos a la bola de cristal si la interpretación de las llamas nos deja tiempo. Por desgracia, un desagradable brote de gripe interrumpirá las clases en febrero. Yo misma perderé la voz y en torno a Semana Santa, uno de ustedes nos abandonará para siempre—Un silencio muy tenso siguió a este comentario—querida —se dirigió a Lavender Brown—¿me podrías pasar la tetera grande de plata?—Lavender dio un suspiro, se levantó, tomo una enorme tetera de la estantería y la puso sobre la mesa—Gracias, querida... A propósito, eso que temes sucederá el viernes 16 de octubre—Lavender tembló— Ahora quiero que se pongan en parejas. Tomen una taza de la estantería, vengan a mí y se la llenaré. Luego siéntense y beban hasta que sólo queden los posos. Remuevan entonces los posos agitando la taza tres veces con la mano izquierda y pongan luego la taza boca abajo en el plato. Esperen a que haya caído la última gota de té y pasen la taza a su compañero para que la lea. Interpretaran los dibujos dejados por los posos utilizando las páginas 5 y 6 de Disipar las nieblas del futuro. Yo pasaré a ayudarles y a daros instrucciones. ¡Ah!, querido... —asió a Neville por el brazo cuando el muchacho iba a levantarse— cuando rompas la primera taza, ¿serás tan amable de tomar una de las azules? Las de color rosa me gustan mucho—en cuanto Neville alcanzo las tazas, se oyó el tintineo de la porcelana rota. La profesora se dirigió a él rápidamente con una escoba y un recogedor—Una de las azules, querido, si eres tan amable. Gracias...

Siempre fue ella (Harry Potter y tú) [tercer año]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora