Capítulo 2: La princesa

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*Narra Harry*
Era casi medianoche y estaba tumbado en la cama, boca abajo, tapado con las mantas hasta la cabeza; en una de mis manos tenía la linterna y en la almohada tenía abierto el libro de Historia de la magia de Adalberto Waffling. Recorría con una pluma la pagina buscando algo importante para mi redacción sobre "La inutilidad de la quema de brujas en el siglo XIV". Me detuve en la parte superior de un párrafo que podría ser útil

«En la Edad Media, los no magos (comúnmente denominados muggles) sentían hacia la magia un especial temor, pero no tenían la capacidad en reconocerla. En las raras ocasiones en que capturaban a un auténtico brujo o bruja, la quema carecía en absoluto de efecto. La bruja o el brujo realizaba un sencillo encantamiento para enfriar las llamas y luego fingía que se retorcía de dolor mientras disfrutaba del suave cosquilleo. A Wendelin la Hechicera le gustaba tanto ser quemada que se dejó capturar no menos de cuarenta y siete veces con distintos aspectos»

Puse la pluma entre mis dientes para poder buscar el tintero y él pergamino; destape cuidadosamente destape el tintero, mojé la pluma y comencé a escribir... algunas veces me detenía para escuchar si alguno de los Dursley pasaba al baño y pudiera escuchar el sonido de la pluma escribiendo... si eso pasaba podrían encerrarme con llave en el armario debajo de las escaleras hasta terminar el año.

La familia Dursley, era el motivo de que no pudiera tener nunca vacaciones de verano. Tío Vernon, tía Petunia y mi primo Dudley eran los únicos parientes vivos que tenía, quienes eran muggles, y su actitud hacia la magia era muy medieval. Lo que hacían en verano era guardar bajo llave mis libros de hechizos, la varita, el caldero, la escoba y prohibirme que hablara con los vecinos y eso era un grandísimo problema, porque los profesores nos mandaron muchas tareas para el verano; uno de los trabajos era escoger una de las pociones y Snape estaría encantado de tener una excusa para castigarme. Así que durante la primera semana de vacaciones, aproveche la oportunidad cuando tío Vernon, tía Petunia y Dudley estaban en el jardín admirando el nuevo coche de la empresa de tío Vernon... fui a la planta baja y forcé la cerradura del armario de debajo de las escaleras, tome algunos libros y los escondí en mi habitación. Mientras no dejara manchas de tinta en las sábanas, los Dursley no tendrían por qué enterarse de que aprovechaba las noches para estudiar magia.

No quería problemas y menos en aquellos momentos, porque estaban enfadados gracias a que había recibido una llamada de Ron, que por desgracia, fue tío Vernon quien respondió

Vernon: ¿Diga?—yo estaba en la habitación y al escuchar que era Ron me quede congelado

Ron: ¿HOLA? ¿HOLA? ¿ME OYE? ¡QUISIERA HABLAR CON HARRY POTTER!—grito haciendo que tío Vernon lo alejó de su oído con furia

Vernon: ¿QUIÉN ES?... ¿QUIÉN ES?

Ron: ¡RON WEASLEY! —gritó a su vez— SOY UN AMIGO DE HARRY, DEL COLEGIO—se giró hacia mi

Vernon: ¡AQUÍ NO VIVE NINGÚN HARRY POTTER! —gritó manteniendo el brazo estirado, — ¡NO SÉ DE QUÉ COLEGIO ME HABLA! ¡NO VUELVA A LLAMAR AQUÍ! ¡NO SE ACERQUE A MI FAMILIA!—Colgó el teléfono—¡CÓMO TE ATREVES A DARLE ESTE NÚMERO A GENTE COMO... COMO TÚ! —me grito salpicándome de saliva

Ron no volvió a llamar, Hermione solo llamó una vez y pasó lo mismo, pero cuando ___ llamó hizo algo muy inesperado

Vernon: ¿Diga?

___: emm... si, habla la princesa —se escuchaba muy formal pero yo sabía quién era por su tono de voz

Vernon: ¿la princesa?—tenía la boca abierta y los ojo como platos, yo solo sonreí un poco

___: si, quería hablar con un joven, no sé en realidad su nombre pero me dijeron que hacía magia

Vernon: si... es mi sobrino Harry Potter—se veía enojado

Siempre fue ella (Harry Potter y tú) [tercer año]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora