Capítulo 44: La realidad del sueño

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*Narra ___*
Sirius: ¿Cómo te atreves? —gruñó— ¿Yo, espía de Voldemort? ¿Cuándo he husmeado yo a los que eran más fuertes y poderosos? Pero tú, Peter... no entiendo cómo no comprendí desde el primer momento que eras tú el espía. Siempre te gustó tener amigos corpulentos para que te protegieran, ¿verdad? Ese papel lo hicimos nosotros: Remus, Lucifer y yo... y James...—Pettigrew volvió a secarse el rostro

Peter: ¿Yo, espía...? Estás loco. No sé cómo puedes decir...

Sirius: Lily y James te nombraron guardián secreto sólo porque yo se lo recomendé —susurró con tanto odio que Pettigrew retrocedió—Pensé que era una idea perfecta... una trampa. Voldemort iría tras de mí, nunca pensaría que los Potter utilizarían a alguien débil y mediocre como tú... Sin duda fue el mejor momento de tu miserable vida, cuando le dijiste a Voldemort que podías entregarle a los Potter.

Hermione: ¿Profesor Lupin? —dijo tímidamente— ¿Puedo decir algo?

Lupin: Por supuesto, Hermione —dijo cortésmente

Hermione: Pues bien, Scabbers... quiero decir este... este hombre... ha estado durmiendo en el dormitorio de Harry durante tres años. Si trabaja para Quien Usted Sabe, ¿cómo es que nunca ha intentado hacerle daño?

Peter: Eso es —dijo con voz aguda, señalando a Hermione con la mano lisiada— Gracias. ¿Lo ves, Remus? ¡Nunca le he hecho a Harry el más leve daño! ¿Por qué no se lo he hecho?

Sirius: Yo te diré por qué —dijo—porque no harías nada por nadie si no te reporta un beneficio. Voldemort lleva doce años escondido, dicen que está medio muerto. Tú no cometerías un asesinato delante de Albus Dumbledore por servir a una piltrafa de brujo que ha perdido todo su poder, ¿a que no? Tendrías que estar seguro de que es el más fuerte en el juego antes de volver a ponerte de su parte. ¿Para qué, si no, te alojaste en una familia de magos? Para poder estar informado, ¿verdad, Peter? Sólo por si tu viejo protector recuperaba las fuerzas y volvía a ser conveniente estar con él

Hermione: Eh... ¿Señor Black... Sirius? —preguntó tímidamente. Al pulgoso le sorprendió que le hablaran de esta manera, y miró a Hermione fijamente, como si nadie se hubiera dirigido a él con tal respeto en los últimos años— Si no le importa que le pregunte, ¿cómo escapó usted de Azkaban? Si no empleó magia negra...

Peter: ¡Gracias! —dijo asintiendo con la cabeza— ¡Exacto! ¡Eso es precisamente lo que yo...!— pero mi padrino lo silencio con la mirada

Sirius: No sé cómo lo hice —respondió— Creo que la única razón por la que nunca perdí la cabeza es que sabía que era inocente. No era un pensamiento agradable, así que los dementores no me lo podían absorber... Gracias a eso conservé la cordura y no olvidé quién era... Gracias a eso conservé mis poderes... así que cuando ya no pude aguantar más me convertí en perro. Los dementores son ciegos, como saben. Se dirigen hacia la gente porque perciben sus emociones... Al convertirme en perro, notaron que mis sentimientos eran menos humanos, menos complejos, pero pensaron, claro, que estaba perdiendo la cabeza, como todo el mundo, así que no se preocuparon. Pero yo me encontraba débil, muy débil, y no tenía esperanza de alejarlos sin una varita. Entonces vi a Peter en aquella foto... comprendí que estaba en Hogwarts, con Harry... en una situación perfecta para actuar si oía decir que el Señor Tenebroso recuperaba fuerzas... —Pettigrew negó con la cabeza y movió la boca sin emitir sonido alguno— ...Estaba dispuesto a hacerlo en cuanto estuviera seguro de sus aliados... estaba dispuesto a entregarles al último de los Potter. Si les entregaba a Harry, ¿quién se atrevería a pensar que había traicionado a lord Voldemort? Lo recibirían con honores...— me miró un instante y yo asentí— Así que ya ven, tenía que hacer algo. Yo era el único que sabía que Peter estaba vivo... Era como si alguien hubiera prendido una llama en mi cabeza, y los dementores no podían apagarla. No era un pensamiento agradable... era una obsesión... pero me daba fuerzas, me aclaraba la mente. Por eso, una noche, cuando abrieron la puerta para dejarme la comida, salí entre ellos, en forma de perro. Les resulta tan difícil percibir las emociones animales que se confundieron. Estaba delgado, muy delgado... Lo bastante delgado para pasar a través de los barrotes. Nadé como un perro. Viajé hacia el norte y me metí en Hogwarts con la forma de perro... He vivido en el bosque desde entonces... menos cuando iba a ver el partido de quidditch, claro... y cuando está pequeña me visitaba y me daba de comer— me sonrió- por cierto, Vuelas tan bien como tu padre, Harry... —Miró al azabache— Créeme —añadió— Créeme. Nunca traicioné a James y a Lily. Antes habría muerto— Harry asintió

Siempre fue ella (Harry Potter y tú) [tercer año]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora