Capítulo 16

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Los tranquilos días se habían acabado para John, temprano en la mañana ya se encontraba encerrado en el baño vomitando lo poco que tenía en su estómago.
La razón de su malestar fué por una llamada de su abogado recordándole que mañana sería el juicio contra Leonard.

Los días habían pasado tan rápidos que la noticia lo había tomado por sorpresa, no dejaban de escucharse las arcadas mientras el pobre hombre se encontraba sentado en el suelo intentando poder respirar con normalidad para recomponerse.

Estaba muy nervioso, después de tanto tiempo volvería a ver a Leonard en uno de los peores lugares. Sabía lo que iba a ocurrir, ya había pasado algo como éso dónde lo humillaron frente a varios desconocidos terminando por gritar su nombre queriendo llamar su atención.

El señor Beck apoyó su espalda contra la fría pared del baño y se quedó en silencio notando que se encontraba un poco mejor, esperó solo unos minutos para levantarse con cuidado y limpiar su rostro. Tuvo que seguir adelante con su rutina, después de todo faltaba muy poco para poder mudarse luego de terminar el juicio.

Solo arreglaría algunas cosas con su abogado y terminaría yendo a su casa para preparar sus maletas, por suerte ya estuvo averiguando un sitio en dónde podía vivir.
Lo había hecho todo muy rápido por la desesperación de empezar su vida sin volver a ver a varios conocidos que ya sabían de su problema.

Así que por ahora continuaría el día de manera tranquila y en paz, completamente sólo en casa.

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Los oficiales encargados de buscar a Jack empezaban a frustrarse, sus compañeros de escuela no sabían nada de él aunque estuvieron pendientes del mejor amigo del joven, habían revisado los chats pensando que quizá encontrarían algo pero al parecer la última vez que estuvieron en contacto era el día en el que había sido llevado de la escuela.

Pero lo que nadie sabía era que el muchacho mentía, cuando supo que su amigo había escapado empezó a escuchar varios rumores aunque él jamás creyó en ellos.

Era estúpido creer como inculpaban a su amigo de tonterías, para él era ridículo creer que supuestamente había abusado de ése hombre mayor, de solo pensarlo lo hacía reírse. Así que cuando había recibido una llamada de un número desconocido y supo que se trataba de su amigo no tardó en alegrarse.

– Me alegro que estés bien...– Decía el joven en su casa aunque susurrando en su habitación para que no lo escuchen sus padres. – ¿En dónde estás?

– No puedo decirte mi ubicación, solo necesito que me escuches, búscate otro celular y estaremos comunicándonos desde ahí... éso es todo, yo te llamaré. – Hablaba algo nervioso para luego colgar.

Su amigo Alex miró dudoso su celular y se apresuró para revisar sus ahorros dándose cuenta enseguida que le alcanzaría para uno algo barato, estaba dudando en hacerlo pero estaba muy preocupado por su amigo así que aunque tuviera que ocultarlo de sus padres se terminó por comprar un nuevo celular días después.

Luego de haberlo conseguido estuvo en contacto con Jack, aprovechaba al salir de la escuela para irse a un parque y hablar tranquilamente ya que en su casa no tenía mucha privacidad. Rápidamente había sido engañado por su amigo quién aseguró que era inocente y que se sentía muy mal emocionalmente porque su padre no lo haya defendido.

Ocultándose como si fuera un criminal y viviendo por un tiempo en la casa de un amigo que había conocido de hace unos pocos años por internet, un sujeto que ni el mismo Alex sabía de su existencia.

– Tal vez las cosas puedan calmarse y podrás volver otra vez. – Decía su ingenuo amigo esperanzado de que las cosas podrían arreglarse sin saber la verdad.

– ¿Volver a dónde? ¡No tengo a nadie, mi propio padre me traicionó y creyó en las estupideces que dijo ése maldito viejo!

– Oye cálmate.

– ¿Calmarme? ¿Sabes que podría calmarme ahora mismo?, Tener a ése maldito viejo frente a mi para poder darle la golpiza que se merece.

Alex escuchaba las quejas de su amigo, era muy obvio que iba a estar enojado así que no era bueno intentar calmarlo haciéndole entender que la violencia no era buena, ya que él también estaba enojado que ése hombre arruinara su vida.

– ¿Acaso tú no piensas lo mismo?

– ¿De qué hablas?

– Necesito que me ayudes, solo te pido que lo vigiles por mi, quiero que me avises todo lo que haga él.

Alex sintió un frío en todo su cuerpo, no quería involucrarse mucho o meterse en problemas pero al parecer ya era tarde y no quería dejar solo a Jack.
El joven intentó decir algo pero su voz no podía escucharse, parecía que se había quedado sin habla aunque por suerte su amigo terminó por interrumpir.

– Yo puedo pasarte su dirección, solo intenta ir las veces que puedas y mandarme algunas fotos.

– ¿Tú... qué intentas hacer?

– Haré que confiese la verdad, no te preocupes no te voy a involucrar en nada malo...solo ayúdame en ésto y verás que quizá si se pueda arreglar éste gran malentendido.

El pobre chico estaba dudando, no sabía que cosas podría pasar al final aunque con una voz temblorosa había aceptado. Si al hacerlo podría ayudar a su amigo entonces confío en que todo saldría bien.

Cuando la charla se había terminado Jack no tardó en reírse al arrojar el celular a un lado de su cama, estaba muy ansioso de poder ver a Jonathan aunque sea en fotos.
Obviamente seguía estando enfadado después de que tuvo que huir de su casa pero él no se iba a rendir fácilmente.

Lo que le había contado a su amigo no era todo cierto, a decir verdad no sé encontraba con ningún amigo, estuvo viviendo en un hotel barato durante todo ése tiempo. También terminó por cambiar mucho su aspecto, cambiando el color de su cabello y haciéndose un corte diferente.

Se veía como todo un desconocido, había hecho un gran trabajo aunque le molestaba tener que trabajar de varias cosas para poder permitirle vivir algo decente en ése horrible lugar.

Ahora mismo se sentía feliz estando acostado en su cama, mirando hacia el techo y pensando solamente en que las cosas iban a mejorar. Dándose cuenta que al final si iban a poder verse otra vez, después de todo no dejaba de pensar en el señor Beck todas las noches.

Lo único que le quedaba eran los recuerdos de la última vez que pudo sentir su cálido cuerpo, cuando cerraba sus ojos aún podía verlo.

Disfrutar del momento a solas apreciando todo de él, observar sus lágrimas que pasaban por sus mejillas y el color rojizo de su sangre en su rostro.

Extrañaba tanto su compañía, odiaba tener que pasar las noches solo intentando calmarse con su mano cuando éso no era suficiente, necesitaba de su cuerpo para poder ser feliz.
No le importaba que su vida haya cambiado, lo único que deseaba era poder tener la oportunidad de vivir en un lugar alejado de todos junto a él, aunque tenga que encerrarlo para siempre en la oscuridad lo tendría de vuelta a toda costa.

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Disfruten éste capítulo corto, ahora sí a seguir escribiendo ya que tengo unas tremendas ganas de finalizarlo. 😂😂😂
Nos vemos en el siguiente capítulo ☺️

The Rape of Jonathan BeckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora