Capítulo 27

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Sus manos temblorosas del pobre hombre herido tocaban el maletero, empujando con la poca fuerza que le quedaba. Empezaba a ahogarse en ese pequeño lugar mientras se desesperaba para salir, intentaba golpear con sus piernas pero un solo movimiento brusco con ellas lograba lastimarlo.

John creía que ése sería su final, que sería llevado a otro sitio y que tendría que seguir estando con Jack quien poco a poco empezaba a perder el control. No quería seguir sufriendo más, no toleraría ser tocado otra vez por él.

Cerró sus ojos al rendirse, se podían escuchar sus lloriqueos y su pedido de auxilio mientras aún tenía sus manos apoyados en el maletero. Entendió que nadie iba a poder ayudarlo, pero el ruido de unos pasos acercándose llamó su atención.
Creía que se trataba de Jack así que guardó silencio antes de que le empezara a gritar o prometer que iba a golpearlo cuando tenga oportunidad pero lo más extraño era que la voz era la de un joven.

– ¿...Hay alguien ahí? – Habló temeroso al presenciar algo como eso por primera vez. Creía que era una broma pero esos lloriqueos se volvieron a escuchar. – ¿Hola?

– ...Ayuda...– John empezó a entrar en pánico intentando averiguar si lo que sucedía era real, empezando a golpear otra vez desde adentro del maletero. – ...Ayúdame por favor.

El joven se había asustado pero de igual manera se apresuró para marcharse e ir por unas herramientas que dejó cerca de uno de los surtidores de combustible. Estuvo alerta observando el negocio donde había entrado ese hombre por el miedo que podía llevarse si supiera lo que estaba haciendo.

Cuando se acercó de nuevo hacia el vehículo empezó a tratar de romper el sector donde estaba la entrada a la llave, sabía quizá que su padre podría enojarse con él pero de todas maneras metió un destornillador para romper ese pequeño sector mientras seguía escuchando los lloriqueos de la persona que estaba encerrada.

– No te preocupes, te sacaré de ahí.

Mientras el joven seguía intentando salvar al desconocido Jack esperaba que lo atendieran en la caja registradora, se notaba muy nervioso ya que pudo notar un cartel de él y John en la espalda del dueño que atendía el lugar. Pero de igual forma intentaba pasar desapercibido ya que su aspecto había cambiado.

Cuando la mujer que estaba delante suyo se había retirado no tardó en pedir unas pastillas para el dolor de cabeza y una caja de cigarros, el hombre lo atendió sin ningún problema hasta que Jack pidió algo para el dolor muscular. Eso último era para John, creía que tal vez con eso sus dolores iban a mejorar ya que no quería seguir aguantando sus lloriqueos constantes.

Cuando pagó con efectivo solo por casualidad observó su vehículo estacionado afuera, dándose cuenta enseguida como una persona sospechosa estaba cerca del auto, algo que lo volvió loco a tal punto de gritar mientras el dueño del lugar estaba a punto de darle la bolsa de sus compras.

– ¡Hey!

Sus piernas se movieron enseguida, corriendo desesperado y enojado llamando la atención de unas dos personas más en el lugar. A la vez el dueño que lo atendió salió detrás de él al enterarse que su hijo era la persona que estaba cerca de ese vehículo.

Jack no podía creer lo que sus ojos habían visto, no quería aceptar que fuera real al observar como John había salido del auto con ayuda de ese joven y con solo darse cuenta que iba a acercarse salió huyendo hacia el bosque que estaba alrededor de ellos.

– ¡¡John!! – Gritó asustado mientras el joven que lo dejó en libertad se escapaba con miedo junto a su padre, sin esperar la oportunidad de contarle lo que había sucedido.

El joven Everett se apresuró para abrir la puerta del auto y buscar el arma que había guardado, al tenerlo ya en sus manos las personas a su alrededor que ya lo miraban asustados no tardaron en alejarse o esconderse. Con el enojo que sentía apuntó con el arma al joven que había liberado a John pero el padre de ese chico no tardó en cubrirlo con su cuerpo.

The Rape of Jonathan BeckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora