El pescador y El triton

Jellyfish

Hange estaba desesperada, no sabía que iba a hacer cuando Levi llegara y pidiera que le entregara al prisionero. Cómo le diría que aquel pez la había hipnotizado para que lo liberara.

Aunque podría hablarle de todos los descubrimientos que había hecho sobre las profundidades y sobre aquellos peces. Pero realmente dudaba que esa información calmara la ira de su amigo. Por lo que decidió ir en busca de otro pez linterna.

Se sumergió a toda velocidad y rápidamente logró llegar a las profundidades, pero entonces se encontró con una barrera de medusas que le impedían seguir avanzando, intento apartarlas de un fuerte coletazo, pero en seguida sintió como aquellas criaturas la picaban, aunque el veneno de las medusas no es muy potente, ni efectivo en las sirenas, la picazón y la hinchazón si son bastante molestas.

Hange busco todas las formas posibles de atravesar la barrera de medusas pero aquellas criaturas estaban empeñadas en no dejarla pasar a costa de todo. Por lo que después de varios intentos las picaduras eran tantas que tuvo que retirarse a tomar un descanso.

Aunque de ninguna manera se rendiría tan fácil y nuevamente intento: atravesar, rodear por todos los lados posibles, incluso intento hacer algunas fintas pero nada parecía funcionar.

Finalmente cuando su cuerpo estaba tan hinchado y herido que el simple hecho de moverse le causaba dolor, decidió rendirse y aceptar la ira de su amigo.

Levi llegó al lugar donde se había quedado de ver con Hange. Se sorprendió al no verla, pues a pesar de todo su amiga no solía ser impuntual. Por lo que el no encontrarla le preocupo bastante. Comenzó a revisar los alrededores, hasta que de pronto,  pensó que debía ir a buscarla a las profundidades.

Comenzó a nadar hacia donde suponía que se encontraba su amiga, pero entonces  notó que alguien venía de regreso de estas nadando lentamente. No lograba distinguir bien,  por lo que nado hacía lo que sea que se acercaba, y se sorprendió al ver que se trataba de su amiga, la cual estaba bastante herida, a grado tal que le costaba nadar.

—Se me escapó. —Dijo Hange con dificultad mientras Levi la ayudaba a regresar.

—Algo me decía que no era buena idea dejarte a solas con ese pez, bueno ya no se puede cambiar el pasado. Pero mi pregunta es ¿por qué estás tan herida?— Hange le contó a Levi sobre su encuentro con las medusas y todos los intentos que hizo.

—No debiste hacer eso tu sola, aunque te agradezco la intención de querer conseguir otro pez linterna. Por ahora no hay que pensar más en eso y simplemente regresemos, seguramente en tu laboratorio tendrás algo que funcione contra las picaduras de medusa—

Una vez en su laboratorio usó varias pomadas, ungüentos, sueros y cremas hasta que el dolor y la hinchazón bajaron.