Artic

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Hange había intentado alcanzar a Levi, pero en el agua Levi tenía la ventaja, así que regreso a tierra firme, mejor dicho a la casa de Eren a quien le reclamo por sus acciones. Y él le contó su versión de los hechos.

—Levi tenia razón, el saco es lo más delicado de este mundo y seguramente el mal manejo mato a su contenido, por otra parte Levi te eligió porque te ama, yo realmente nunca lo vi así de enamorado de alguien, y tú fuiste muy cruel con él, además te acostaste con tu ex y ahora no sabemos ni donde esta Levi y si está bien. Demonios por que no fuiste tras él, tu eres un completo idiota—Dijo Hange mientras salía de casa de Eren.

—Iré a buscarlo contigo, no sé cómo pude comportarme de esa manera y todo lo que le dije antes, yo en realidad... no lo culpo si no quiere volver conmigo. —

El peso de los recuerdos había caído por fin sobre Eren, quien se había dado cuenta en ese momento lo mal que había tratado a Levi,  lo mucho que lo había herido con sus palabras y después con sus acciones por lo que ahora se sentía muy mal y solo quería ir a pedir su perdón.

—Como quieras pero ve pensando en que Poseidón te castigara de alguna manera, eso si es que Levi te perdona después de todo lo que le has hecho. —Dijo Hange molesta mientras se dirigía al mar seguida de Eren. Cuando ya estaban a unos pasos del agua Eren busco a tientas su amuleto en el cuello pero ya no lo tenía, es más ya no tenía tampoco el collar del infinito.

—Hange, no tengo el amuleto. — Eren estaba asustado pues sin el amuleto no podría hacer nada más que quedarse en la playa.

—Te lo habrás quitado para estar más cómodo mientras engañabas a mi mejor amigo. — Respondió Hange.

—Iré a buscarlo. — Eren regreso a su casa y busco cuidadosamente el amuleto, pero este simplemente no estaba, aunque si estaba el resto de su ropa. Desesperado llamo a Armin para preguntarle por el amuleto y el collar diciéndole que uno era una antigua reliquia familiar y el otro era una promesa que tenía con Levi.

—Los dejaste colgados al inicio de la escalera, aunque deberías preguntarle a tu novio por que él los tenía en las manos antes de salir corriendo. —Respondió Armin.

Eren colgó el teléfono y se dejó caer al suelo con la espalda pegada a la pare, estaba desesperado pues sin ese amuleto no podría ir a ver a Levi y si él se lo había llevado quería decir que no quería verlo.

Eren colgó el teléfono y se dejó caer al suelo con la espalda pegada a la pare, estaba desesperado pues sin ese amuleto no podría ir a ver a Levi y si él se lo había llevado quería decir que no quería verlo

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Mientras tanto...

Hange buscaba en el mar a Levi, primero en el arrecife, pues pensó que podría está descansando en el caparazón de alguna tortuga pero al no encontrarlo, decidió ir a Mermeid City donde aún los estragos de los piratas eran visibles. Busco en la ciudad y finalmente en su casa, donde únicamente se encontraban sus pets, quienes le habían respondido que Levi solo les había dejado mucha comida y se había ido sin decirles nada más.

Entonces la sirena salió de la casa aún más preocupada que antes ya que Levi nunca dejaba así a sus mascotas.

Nado entonces en las cercanías de la ciudad pensando en que podría encontrarse detrás de cualquier roca, incluso reviso los naufragios, pero no había señal alguna de que Levi hubiera estado ahí.

Finalmente decidió recorrer los mares, pensando en qué tal vez se había unido a las ballenas, orcas o delfines que nadaban grandes distancias todo el tiempo. Pero no lo encontró por ningún lado, desesperada, perdió toda noción del tiempo y solo detenía su búsqueda para alimentarse y descansar cuando ya su cuerpo no podía más.

Paso mucho tiempo buscándolo hasta que un buen día encontró una pista, una de sus perlas y delante de esta había otras más y así hasta que se dio cuenta que se trataba de un camino de perlas. Lo siguió sin pensar, pues sentía que su amigo estaba ya muy cerca pues todas aquellas perlas eran creadas por sus lágrimas.

Finalmente su búsqueda la llevo al Ártico. Nunca antes había estado ahí, pues aunque sus aguas seguían siendo territorios de Poseidón, las sirenas no solían visitar aquellas aguas pues eran muy frías y poco agradables para las sirenas.

Pero nada de eso le importaba a Hange pues en esos momentos en lo único que pensaba era en encontrar a Levi. Pero entonces el camino de perlas termino frente a un enorme glaciar el cual Hange rodeo varias veces en su búsqueda, pero no logro encontrarlo.

Pregunto por su amigo a las pocas criaturas que veía en aquellas aguas pero ninguna le daba razón alguna de Levi, hasta que un Narval se acercó a ella.

—Hola, me llamo Sunny y quisiera preguntarte algo, ¿de casualidad conoces a un tritón de cabello negro bastante corto?, Es que mi familia lo tiene resguardado pero estamos muy preocupados por el, apenas come y no habla, no tiene heridas visibles, pero aun así no nada y simplemente se mantiene en el fondo o sobre alguno de nosotros—

—Pues sí, si lo conozco, de hecho vine a buscarlo, serias tan amable de llevarme con él. —Pidió Hange, pero antes de que comenzaran a nadar Poseidón hizo acto de presencia en el lugar.

—Quien se atrevió a herir a mi creación favorita. — Poseidón hablo y aunque su voz no fue un grito ni nada parecido su voz provoco que cada criatura en los mares sintiera que un escalofrío recorría su cuerpo.

Inmediatamente el dios puso su mano sobre la cabeza de Hange, con lo cual pudo ver todo lo que había ocurrido. Enseguida le pidió al Narval que le entregara a Levi.

En poco tiempo un Narval aún más grande que Sunny llego con Levi sobre su cuerpo, Poseidón tomo en brazos a su tritón y junto con Hange los llevo de inmediato a Mermeid City no sin antes agradecer a los Narvales por cuidar de Levi.

—Si ese humano se atreve siquiera a poner un dedo en el agua de mis territorios, toda mi ira caerá sobre el— amenazo Poseidón ya en su palacio donde se ocupó de ver que Levi se encontrara a salvo.

El pescador y El tritonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora