El pescador y El triton

Fishing

Levi quedo al cuidado de Poseidón quien le había creado una enorme almeja finamente decorada, donde Levi pasaba la mayor parte del tiempo. El interior era mullido y acogedor ya que Poseidón lo había creado específicamente para que Levi pudiera estar cómodo.

Podía salir de la almeja en el momento que quisiera, pero ese era el problema, el no quería salir, estaba cansado de las miradas de tristeza y lástima que le daban las demás sirenas y tritones que se encontraba mientras Hange lo llevaba al arrecife para que estirara un poco sus aletas. Por esas miradas era por lo que Levi prefería mantenerse dentro de la almeja donde nadie hablaba a sus espaldas ni lo miraban de esa forma.

Aunque desde el día en que había encontrado a Eren con Armin, Levi no había vuelto a hablar, y tan solo movía la cabeza negando o asintiendo según fuera el caso.

Poseidón lo obligaba a comer, lo que implicaba salir de su almeja, pero el desanimado tritón apenas y probaba un par de bocados.

Además conforme iban pasando los días las perlas que salían de los ojos de Levi eran más y más grandes al punto que termino quedándose ciego. Sus ojos antes de un azul grisáceo ahora lucían completamente blancos, vacíos, como si tan solo su cuerpo se encontrara en aquel lugar y su alma ya hubiera partido a un mejor sitio.

Pero eso no era posible de ninguna manera, pues Poseidón previendo la profunda tristeza de su tritón, había pactado con Hades el entregarle 371 almas humanas por año, a cambio de que nunca se atreviera a llevarse el alma de Levi. Un alma por cada día que no tomaba la de Levi y las demás como tributo ya que él era un dios, y a un dios se le debe rendir tributo. Para Poseidón el darle ese número de almas no era nada difícil pues él no sentía afecto por los humanos y menos ahora que tomaban su reino como un basurero.

Todos esos esfuerzos eran lo que mantenían a Levi con vida, pero a pesar de todo eso a Levi lo seguía consumiendo la tristeza día tras día. Por lo que Poseidón y Hange pasaban buena parte de su tiempo ideando formas de animar a Levi hasta que a Poseidón se le ocurrió un "plan".

—Hange, ¿estas segura que el hijo de Levi está muerto?— Pregunto Poseidón, pues pensaba que si por alguna razón el pequeño había sobrevivido tan vez el tenerlo con el animaría a Levi.

—Pues no realmente, señor, ya que nadie vio el saco o su cuerpo. —Respondió Hange.

—Podrías ir a buscarlo, de vez en cuando la fortuna le sonríe a los más indefensos. —Dijo Poseidón.

Entonces Hange preparo todo lo necesario para su nueva misión y fue a tierra firme.

Pero apenas salió del mar se encontró con Eren, quien había retomado su rutina de pescador, aunque ahora pasaba la mayor parte del día ebrio y era Armin quien se encargaba de preparar todo y navegar, pues Eren apenas y se encontraba consciente un par de horas, cuando sus niveles de alcohol bajaban lo suficiente para permitirle a su cerebro funcionar adecuadamente por un corto periodo. Pues cuando se encontraba sobrio, recordaba a Levi y lo mucho que lo había herido.