Neptune

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Después de que aquel buzo intentara capturarlo, Levi redujo el tiempo que visitaba la superficie por petición de Trevor, pero jamás dejo de ir a ver a Eren, ni de enviarle sus perlas. Aunque Trevor y Clover ya no estaban muy de acuerdo en ayudarlo, pues estaban yendo en contra de los mandatos de Poseidón, pero Levi era su protector ya que al ser sus "pets", ninguna otra criatura podía atacarlos.

Pero además de eso Levi era su amigo y nunca antes lo habían visto tan feliz.

Además si lo pensaban bien Poseidón tenia cientos de asuntos que atender como para darse cuenta que Levi le regalaba perlas a un humano, pero en esto último se equivocaban, pues Poseidón sabía bien lo que Levi hacía, pero estaba de acuerdo con esto, ya que gracias a los regalos de Levi los humanos estaban recordando su nombre.

Pues aunque a los dioses no les guste reconocerlo ellos necesitan de los humanos para tener energía y poder, utilizar sus poderes y ahora gracias a los regalos de Levi la gente estaba recordando su nombre e incluso comenzaban a dedicarle oraciones pidiendo su protección y que les diera una buena pesca.

Así solo a esos pescadores que se encomendaban a él les permitía llevarse una buena pesca.

Levi... Levi siempre le ha parecido a Poseidón su creación más parecida al propio mar, completamente indomable y libre así que tenía claro que si él le prohibía ir a ver al humano aquel, Levi no lo obedecería y continuaría con sus visitas y regalos.

—No sé cómo alguien como Levi acepto un trato conmigo, debió estar realmente enamorado de ese humano y la herida en su corazón debe estar abierta aun, ya que de no ser así no podrían sus lágrimas convertirse en perlas tan grandes y hermosas

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—No sé cómo alguien como Levi acepto un trato conmigo, debió estar realmente enamorado de ese humano y la herida en su corazón debe estar abierta aun, ya que de no ser así no podrían sus lágrimas convertirse en perlas tan grandes y hermosas.

Aunque a veces me gustaría que el corazón de Levi sanara, pero por otra parte ninguna sirena ha creado perlas tan hermosas y sería una lástima que dejara de crearlas. Supongo que eso me hace un Dios sumamente cruel, pero sinceramente deseo que siempre pueda crearlas aunque eso implique que aquella herida nunca llegue a sanar— Murmuro Poseidón mientras jugaba con las perlas que adornaban su cuello.

—Aún recuerdo el día en el que hizo aquel pacto conmigo:

La tormenta era intensa y el barco ya se encontraba bastante dañado. Sus velas estaban rotas y el mástil no tardaría en convertirse en astillas.

Su capitán insistía en que podían atravesar la tormenta sin ayuda mía, aunque ya habían perdido a la mitad de la tripulación. Solo Levi se daba cuenta de que si no pedían mi intervención todos en aquel barco terminarían alimentando a mis criaturas.

Fue el quien me invoco y a cambio de convertirse en uno más de mis tritones le concedí su deseo, el cual era:

"Salvar al capitán de aquella embarcación"

Al parecer no le importaba nada más y ahora que lo pienso no fue un trato justo comparado con los que les he dado a otros.

Aunque a decir verdad el obtuvo la cola más hermosa de todas las sirenas y tritones que he creado por pactos.

Obviamente gracias a que se convirtió en un tritón pudo salvar a aquel necio Capitán. Ya que las sirenas pueden atravesar tormentas fácilmente, así que mientras aquel barco se hundía en el mar con lo que quedaba de su tripulación, el simplemente tuvo que nadar con su capitán hacia la playa, donde lo dejo ya libre de todo peligro.

Levi pensó qué su relación con el capitán seguiría igual y más cuando gracias a el había podido recuperar todo el oro y demás riquezas que transportaba en aquel barco que se hundió, incluso se emocionó cuando le dijo que había mandado a hacer una alberca con entrada al mar para que el pudiera entrar y salir de aquella mansión sin problemas.

Levi pensó qué su relación con el capitán seguiría igual y más cuando gracias a el había podido recuperar todo el oro y demás riquezas que transportaba en aquel barco que se hundió, incluso se emocionó cuando le dijo que había mandado a hacer una ...

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Pero esto solo duro un tiempo muy corto.

Pues un día al regresar a la mansión se encontró con que la puerta de la alberca estaba cerrada y por más que llamo a su capitán este parecía no escucharlo.

Es triste decir qué pasó ahí mucho tiempo, más del que puedo imaginar, pegado a aquella puerta, esperando que los barrotes se abrieran hasta que por fin se rindió al ver un día en la playa a un pequeño de cabello rubio y ojos azules, que tenía casi el mismo aroma que aquel capitán, y detrás del pequeño, una mujer de largo y hermoso cabello negro corría detrás de él, instantes después logro ver a su capitán quien tomo al pequeño de brazos de la mujer y comenzó a contarle historias sobre los temibles monstros que habitaban el mar, los cuales engañaban a los marineros con una hermosa apariencia, seguida de una canción tan irresistible, que los pobres humanos al escucharla perdían por completo la voluntad y la razón, así aquellos despiadados seres se los llevaban al fondo del mar para devorar sus corazones.

El capitán termino su historia y Levi sintió que algo dentro de él se había hecho añicos y fue entonces cuando sus primeras perlas surgieron. En esa ocasión no pudo dejar de llorar a pesar de mis esfuerzos por ofrecerle consuelo. Solo el tiempo y el cansancio lograron que sus lágrimas se detuvieran.

Aunque Hange también lo ayudo pues fue ella quien sugirió el plan de hundir toda la flota de barcos de la empresa de aquel capitán dejándolo en la ruina. Y esto de algún retorcido modo lo ayudo a seguir adelante. Pero cuando se enteró de su muerte de nuevo un rio de perlas brotó de sus ojos y más cuando se enteró que su amado capitán no murió de causas naturales sino que se había suicidado al haber quedado en la ruina para que su familia pudiera cobrar su seguro de vida.

Todo esto recordó Poseidón mientras descansaba en su trono mientras disfrutaba de las plegarias de los humanos.

El pescador y El tritonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora